El inicio de todo

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¿Se acuerdan cuando Elena derrotó a Shuriki junto a las sirenas? ¿O como Mateo hizo piedra a Fyero para que no vuelva?

Pues, hay un cabo suelto que dejaron, llamado Víctor y Carla.

Ellos volvieron a Avalor con ayuda del jaquin Cruz y su hermana de éste. Y en un intento arriesgado, lograron que Shuriki vuelva.

Resulta que ambos malvagos rompieron la joya del cetro de la noche, y al hacerlo, liberaron a la malvada hechicera. Esta última al estar dentro de la joya absorbió poderes oscuros que antes sólo podía transmitir mediante el cetro. Ella volvió a Nueva Vista y liberó a Fyero.

Ahora, todos han jurado vengarse de Elena y todo aquel que la haya ayudado.

La futura reina, Elena, a los pocos días se enteró de aquella situación. Obviamente le sorprendió, pero esta vez estaba segura de que si pudo derrotar a Shuriki antes lo haría de nuevo. Y todos los reinos y su familia estaban dispuestos a ayudarla para acabar con Shuriki de una vez por todas.

Y así, comienza esta historia.

***

Ya se acercaba el día del cumpleaños de Elena, ésta última se encontraba haciendo su lista de invitados muy feliz al imaginarse su 17avo cumpleaños.

-Abuelita, estoy muy emocionada por mi cumpleaños. Es en una semana y aún no sé qué me pondré-decia Elena algo preocupada.

-Calmate, Elena. Esteban está organizando todo, no te preocupes-le calmaba su abuelita.

-Eso es cierto, la última fiesta que hice fue todo un éxito-dijo Esteban recordando la fiesta que había hecho para Naomi hace muchos meses. Había pasado tanto tiempo, pero fue algo inolvidable.

-Ojala no me corrompas, primo-le advirtió Elena de forma divertida.

Desde que Esteban había organizado la "quinceañera" de Naomi, Elena le propuso organizar su fiesta ya que lo había hecho bien, pero con la condición de no quitarle su esencia a la cumpleañera.

-Hablando de tu cumpleaños, Elena, hay que organizar los horarios de la práctica de baile-le dijo su primo, nadie le iba a quitar lo perfeccionista que es.

-No creo que sea necesario, primo, todos saben bailar un simple vals-le dijo Elena.

-Elena, respeto tu opinión, pero es tu cumpleaños y debes recordarlo por cosas que salieron muy bien-le comentó su abuelita.

-Es cierto, además en tu siguiente cumpleaños ya serás la reina, así que disfruta tu último cumpleaños como princesa-le dijo Esteban, pues sabía que sin importar lo que hiciera su prima sería la reina. Además, ella ya había tenido muchas experiencias...tal vez sí sea una buena reina.

-Está bien, hablaré con mis amigos para que vengan a las prácticas-dijo Elena-¿Cuando son?

-Pasado mañana-le respondió Esteban.

-Bien, les avisaré mas tarde. Por ahora haré mi lista de invitados-dijo Elena volviendo a su trabajo.

-Yo voy a salir un rato-dijo Esteban.

-¿A dónde vas Esteban?-le preguntó su abuela.

-Iré a presumirle a Doña Paloma el hecho de que haré un cumpleaños espectacular, porque ella sigue diciendo que no puedo hacerlo a pesar de que le demostré lo contrario.

-No la incomodes, Esteban. Recuerda que la voy a invitar también-dijo Elena.

-Bien, sólo le dejaré en claro que puedo hacerlo y listo.

Y así, Esteban fue a la ciudad directo a la casa de Doña Paloma, en el camino pensó en los detalles de la fiesta para Elena. Todo debía ser perfecto.

Ya estaba pasando por el pueblo, se encontraba cerca del puerto.

-¡Cuidado!-un grito de alerta lo sacó de sus pensamientos.

Al parecer un barril se dirigía hacia él, ya estaba muy cerca. Esteban sólo reaccionó cubriéndose con sus brazos, pero el barril nunca llegó a golpearlo.

Cuando volvió su vista al barril, vio que una soga lo rodeaba, y que una rubia lo había atrapado.

-Esteban, ¿estas bien?-dijo Naomi acercándose a él.

-Sí, gracias por su rápida reacción señorita Turner-dijo Esteban agradecido.

-Bueno, es mi deber. Estaba ayudando a mi padre y de pronto uno de los barriles se cayó, luego lo vi a usted. ¿Que lo trae por aquí?

-Me dirigía a casa de Doña Paloma para presumirle de lo fantástica que será la fiesta de Elena.

-Entiendo, pero no vayas a cambiar sus planes iniciales-le advirtió Naomi recordando cuando echó a sus amigos de su fiesta sólo por no ser tan buenos bailarines.

-Bien, todo saldrá perfecto, digno de una futura reina.

-Eso es bueno, ¿cuando entregaran las invitaciones?

-Tal vez pasado mañana, por cierto habrá clases de baile para ti y los amigos de Elena.

-Bien, aunque yo sé bailar a la perfección, aprendí de cierta personita-dijo Naomi.

-Sólo no vengas con tu simple vestido, sino con algo más elegante-le dijo Esteban.

-¿Qué tiene de malo mi vestido?-preguntó la rubia con un tono notable de molestia, Esteban siempre le criticaba en algo.

-Es muy simple, te ves muy poco linda con él. Aunque creo que es algo común de una simple chica de barco.

-Bueno, Canciller Esteban, me pondré tan linda ese día que hasta usted se enamoraría de mí-dijo Naomi enojada, pero después de procesar sus palabras se sonrojo.

Esteban también se sonrojo, al principio sólo estaba molestando a Naomi, pero lo que dijo no lo esperaba.

De pronto vio a la rubia de pies a cabeza, tenía una linda cintura, sus pechos eran del tamaño correcto, sus ojos azules brillantes y su pelo rubio suave. No lo había notado, pero Naomi era muy linda. Normalmente buscaba ver sus defectos, pero ahora la veía diferente...No, ella siempre fue diferente.

-Oh, lo siento. No estaba del todo en mí cuando dije eso. Yo...-Naomi trataba de excusarse, pero Esteban la interrumpió.

-No se preocupe, fue sólo una broma. Además dudó que alguien se fije en ti en la fiesta-Esteban intentó hacer como si nada hubiera pasado molestándola, aunque dentro de él sintió algo inexplicable.

-¿Y de nuevo con eso? ¿Sabe qué?  Yo he aprendido muchas cosas cuando usted organizó mi cumpleaños, así que me voy, vendré a cada ensayo de baile, y voy a ser la segunda más hermosa de la fiesta. Así que lo espero ese día, Canciller-dijo Naomi yéndose enojada.

De pronto Naomi se sonrojo de nuevo al recordar lo que dijo "Me pondré tan linda ese día que hasta usted se enamoraría de mí"
Su corazón latía rápido de nuevo y todo por culpa de ese tonto Canciller.

"¿Qué?", se preguntó a sí misma al recordar lo que pensó.

Esteban también estaba pensativo, se imaginó a Naomi en un hermoso vestido, tan linda y perfecta. Después de aquel pensamiento, volvió al castillo olvidándose de su deseo de presumirle a Doña Paloma sobre aquella fiesta en la cual volvería a ver a aquella hermosa rubia.

Un amor inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora