El baile

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Elena, Naomi, Esteban, Gabe y Mateo se pusieron en sus respectivas posiciones para el baile, ya que faltaba una dama más llamaron a Isabel, la hermana pequeña de Elena. La cual aceptó gustosa.

Isabel, ahora con 12 años había practicado también en los ensayos con Esteban, pues ninguno de los dos era un bailarín confirmado ya que Esteban le dijo que estaba bien sólo con Naomi, Gabe y Mateo. Pero, ambos eran buenos bailarines.

Esteban le explicó rápidamente la coreografía, otra vez, ya que Isabel la conocía a la perfección.

La música comenzó a sonar y formaron parejas. Elena y Gabe, Mateo e Isabel, y por último, Esteban y Naomi.

Todos se pusieron a bailar. Sin duda las clases de baile les sirvieron a todos. Naomi podía seguirle el paso a la perfección a Esteban.

El mayor sólo miraba a la rubia en el baile mientras seguía los pasos. Naomi sólo desvío su mirada al sentir la del contrario. Se sentía nerviosa. Nunca antes se había puesto así ante el Canciller.

-No me mire tanto-dijo Naomi.

-No lo estoy haciendo-dijo Esteban.

-Aja, si es otra de tus bromas, deja de...

-Dime algo Naomi, ¿por qué hoy estás más nerviosa de lo normal?

En ese momento Esteban le dio una vuelta a Naomi y la volvió a sujetar en sus brazos. Minutos después cambiaron de pareja las chicas y así durante todo el baile.

Naomi no respondió, se quedó en silencio hasta que el baile acabó. Todos aplaudieron.

La rubia se quedó pensativa durante la cena, la cual estaba deliciosa. Esteban se había lucido con todo.

Pero algo era cierto, estuvo pensando en el Canciller toda la semana y eso la avergonzaba mucho. Tanto así, que por primera vez planeó qué ponerse y cómo lucir 5 días antes, cuando normalmente lo pensaba 1 día antes o el mismo día. Y todo eso porque quería que Esteban le dijera que se veía hermosa.

De pronto pensó en que tal vez...sentía algo por el Canciller.

Siempre le había tenido un odio tremendo por ser tan orgulloso, presumido, y a veces intolerable. Pero sabía que era una buena persona.

Era... ¿Amor?

Naomi se sonrojó al pensar aquello. Eso era imposible. Ella no podía sentirse así por ese tonto Canciller.

-Naomi, ¿estás bien?-le preguntó Elena-Te ves muy preocupada.

-No...No es eso, es que...-Naomi no sabía que decir, porque no podía decir "Elena, creo que me está gustando tu primo el cual es mayor que yo por unas decenas de años". Además, era el cumpleaños de su amiga y no la quería preocupar.

-Ven, bailemos. Relajate, es una fiesta-Elena llevó a Naomi a la pista de baile, ambas empezaron a bailar, y después de ellas el resto de los invitados.

Naomi al cansarse de bailar, empezó a caminar por algunos de los pasillos del castillo. Ya conocía la mayoría del hogar de la familia real.

De pronto llegó a un balcón en la cual vio al Canciller apoyado en ella contemplando el bello paisaje nocturno. La rubia se acercó llamando la atención del mayor.

-¿Qué hace aquí, señorita Turner?-preguntó Esteban.

-Sólo pasaba por aquí. ¿Y usted?

-La fiesta va bien así que me retiré un rato de todo ese bullicio.

-Entiendo.

Esteban miró a Naomi, la rubia se percató de esto y se sonrojó. El mayor sólo rió y se acercó a ella.

-¿Qué pasa?-preguntó Naomi.

-Aún no has respondido la pregunta que te hice cuando bailamos.

La rubia se puso completamente roja, Esteban sólo sonrió y se acercó a ella poniéndola contra la baranda del balcón. Esteban era todo un galán cuando se lo proponía, cuando era más joven podía seducir a cualquier chica,  aún podía hacerlo sin embargo ya no le era necesario.
Pues ahora tenía de nuevo una familia, y eso era lo más importante.

-Pues...yo...-comenzó la rubia, pero luego tomó aire y se sinceró-La verdad es que desde esa vez en la que usted y yo hablamos hace una semana...No he podido dejar de pensar en usted y eso es raro porque...Nunca había sentido algo así y eso me asusta, yo...

Esteban sólo se sonrojó, la rubia notó esto y pensó que había hecho algo malo al decir eso.

-Perdón, yo sólo...

-No te preocupes. La verdad es que yo tampoco dejé de pensar en ti desde aquella vez. Y siendo sincero creo que me estás empezando a atraer, señorita Turner.

Naomi se sonrojó a más no poder, nadie nunca se le había confesado así.

-Por ahora...creo que no podemos...-empezó a decir la rubia.

-Veamonos mañana en el bosque, el que está cerca del pueblo. A las 3 de la tarde. Hay que hablar sobre nosotros, ir conociéndonos...-propuso Esteban.

-¿No le contarás a nadie, verdad?-preguntó Naomi desconfiada.

-No, por ahora no. No creo que se lo tomen bien.

-Entiendo, entonces lo veo mañana-dijo la de ojos celestes yéndose, pero fue detenida por el mayor-¿Que pasa?

Esteban se acercó y le dio un beso en la mejilla a Naomi, esta última se quedó congelada por eso. No se lo esperaba.

-Bueno, nos vemos mañana señorita Turner-dijo Esteban saliendo de ahí y dejando a una Naomi sonrojada y aún sorprendida.

Un amor inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora