Capítulo 10: Cambio.

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Un año había pasado desde entonces, Obito y yo seguíamos de la misma manera. Ninguno de los dos volvió a mencionar aquel tema, aunque había notado un leve cambio en él, pero el que más ha cambiado es Kakashi. Cada vez que Obito se me acercaba, Kakashi aparecía de la nada molestándolo y en varias ocasiones me pedía salir.

Aun así, mis sentimientos no han cambiado.

—¿Por qué tardará tanto? —preguntaba Rin quien mantenía sus manos juntas mientras miraba la entrada. —¿Creen que haya pasado?

Estábamos esperando a Obito, esperando a ver si él se había vuelto Chuunin.

—Solo esperemos que no se haya distraído al final. —digo cruzada de brazos. La puerta principal fue abierta dejando ver a un Obito que mantenía la miraba baja. —No me digas que...

Inesperadamente él levantó la mirada con una gran sonrisa lanzando así su chaleco y certificado.

—¡Lo logré! ¡Yo también soy Chuunin!

—¡Felicidades! —exclamó Rin con emoción y entonces me mandó un codazo.

—Felicidades, Obito. —comencé a acercarme haciendo que él me mirara curioso. Me acerqué a su oído para susurrarle. —Ven luego al cerezo que está en el parque...ni se te ocurra llegar tarde, Obito.

—Sí...

Me alejé notando que Obito mantenía un sonrojo en su cara, le dediqué una sonrisa y volví con mi hermana. Rin comenzó a decir que debíamos de hacer algo, nos despedimos de nuestros compañeros y comenzamos a irnos.

Mientras me iba le hice señas a Obito de que si llegaba tarde lo ahogaría.

❇❇❇

Cuando llegué al lugar de encuentro, me encontré con la sorpresa de que Obito había llegado a tiempo; comencé a acercarme, mientras más me acercaba notaba que él estaba nervioso e incluso ocultaba algo en su espalda.

—Primera vez que te veo llegar a tiempo, Obito.

—Bueno es que yo...—decía con nerviosismo.

—Rin no tarda en llegar. —le digo de forma gentil notando su impresión. —Ah, perdón. Ella me pidió que te dijera que nos juntáramos aquí, los demás también deben de estar por llegar.

—¿Lo demás? —preguntó con asombro a lo que simplemente asentí. —¿Por qué vendrían los demás?

—Ya lo sabrás. —me encogí de hombros. —Ahí viene Rin con los demás.

Mi hermana venía junto a los demás, Rin venía con una gran sonrisa mientras en sus manos poseía una pila de papeles; una vez se acercó, saludó a un Obito decepcionado y no sé si habrá sido imaginación mía o no, pero creo a ver visto una flor detrás de él.

—Los reuní a todos para decidir cómo vamos a celebrarlo.

—¿Eh? ¿Decidir que? —preguntaba Obito.

—Kakashi ha sido ascendido a Jounin, Obito. —di un leve suspiro. —No puedo creer que de nuevo me esté sobrepasando. —murmuré con molestia.

—La verdad es que pensé como sus compañeros de promoción. —hablaba Rin mientras repartía los papeles uno a uno. —Deberíamos de regalarle algo, pero hay que mantenerlo en secreto.

Obito mantenía aquel papel en su mano derecha mientras que la otra mano la mantenía aún detrás de su espalda, él me miró unos segundos y entonces con la mano que sostenía el papel me tomó de la mano y comenzó a alejarme del lugar.

En todo el camino me mantuve callada, simplemente lo miraba con un leve sonrojo al ver que nuestras manos se mantenían unidas; él se detuvo de improvisto y entonces me mostró un ramo de flores.

—Son para ti.

Tomé aquel ramo de flores mirándolo sin poder articular una palabra, Obito se mantenía mirándome con un gran sonrojo mientras trataba de mantenerse firme.

—Gracias. —agradecí con una cálida sonrisa mientras olía aquellas flores. —Son hermosas.

Obito comenzó a poner aún más rojo y entonces comenzó a correr. Lo veía irse con rapidez y no pude evitar soltar una risita al ver que había chocado con un poste; sin embargo, eso no lo detuvo y siguió con su camino.

Yo me quedé admirando aquel ramo de flores.

❇❇❇

Nos encontrábamos frente a nuestro sensei, él día de hoy tendríamos un arduo entrenamiento por lo que debíamos de estar preparados, ante todo.

—El siguiente entrenamiento será con fuego real. —no decía con seriedad. —Aunque es un entrenamiento, si comenten un error sus vidas pueden correr peligro. ¿Entienden?

—¡Sí!

Minato-sensei nos dio la señal de que empezáramos, los cuatro comenzamos a correr en línea recta y entonces hubo unas explosiones, las cuales esquivamos sin ningún problema. Llegamos a un punto en donde los chicos se colocaron frente a nosotras; sin embargo, yo hice que Rin se colocara detrás de mí y comencé a ver a todos lados.

Una variedad de Shuriken comenzaban a venir a nuestra dirección, los tres tomamos un Kunai y comenzamos a desviar aquellos shuriken con éxito; una vez hemos terminado me di cuenta de que Obito mantenía un Shuriken y su mano izquierda; él la ocultaba de tal manera de que no nos diéramos cuenta, pero simplemente me acerqué jalando de aquella mano.

—¡No es nada, en verdad!

—¡Rin! —llamé a mi hermana con seriedad y tiré de la mano de Obito haciendo que él se quejara. —Cúralo.

—¡En verdad no es nada! —decía con una sonrisa mientras su mano temblaba. Mi hermana tomó de su mano y comenzó a curarlo, yo me quedé del lado de Obito viendo cómo se quejaba. —No debieron preocuparse. Ya saben, los hombres ganamos valor con una cicatriz o dos. Pensé que ya era momento de obtener una...es por lo que está herida...

El escuchar eso presioné su mejilla.

—No tienes que fingir que no te haces daño. —digo con seriedad manteniendo mi mano en su mejilla. Rin terminó de curarlo y comenzó a ir con Kakashi. —Ya sabes que te estoy observando y me doy cuenta de cuando te haces daño, Obito.

—__-chan...

—Me prometiste que te convertirías en Hokage y que me protegerías a mí junto a los demás, ¿verdad? —Obito comenzó a mirarme conmovido mientras asentía. —Entonces no trates de ocultar estas cosas. ¡Ánimo, Obito!

—¡Sí!

Con una sonrisa sostuve la mano de Obito, comenzando así a jalar de ella para ir junto a los demás.

—Recuerden que mañana debemos de encontrarnos a primera hora. —habló nuestro sensei a lo que simplemente asentimos. —Mañana se les dará la información de la misión.

—Más te vale no llegar tarde, Obito.

—¡Cállate, Bakakashi!

—Ustedes dos, deténganse.

—No tiene caso detenerlos, Rin. —me encojo de hombros viendo como mi hermana intentaba detener la pelea de Kakashi y Obito. —Ambos son unos idiotas.

—¡No soy un idiota!

Ambos habían hablado al mismo tiempo causando que se miraran mal, nuestro sensei se mantenía viendo la escena con una sonrisa; al parecer le divertía el vernos así.

—Ustedes cuatro se llevan bien. —habló nuestro sensei con aquella sonrisa que lo caracterizaba. —Me alegro mucho el ser yo su sensei. Esforcémonos muchos y tengamos muchas aventuras juntos, ¿bien?

—¡Sí!

Todos nos miramos con una sonrisa, bueno no sabíamos exactamente si Kakashi estaba sonriendo.

COUNTING STARS; Uchiha Obito. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora