[Haciendo uso del Pensamiento 1]
- ¡Ahh!-El grito de Kari retumbó en la sala.
Todos en ese semicírculo de sillas y personas la miraron. Era como un hogar de rehabilitación de alcohólicos, pero en realidad era una reunión de la iglesia universal. El hombre sentado con su silla en la pared, fuera del semicírculo, era el obispo Yun. Siempre intentaba ser tan amable como pudiese frente a los demás, pero en realidad era un ser muy cruel y malvado. Éste la estaba mirando con una expresión desagradable, incluso aun peor que los demás. Kari se levanto de su silla, y esta se cayó. Con la expresión más sombría y de exasperación que le salió, dijo:
-Ustedes la verdad, que nunca comprenderán el mundo...
- ¡¿Qué?!-La gente se enojó mucho con su comentario, pero el obispo intentó calmarlos:
- ¡Tranquilos! Déjenla hablar. Después de todo... No le quitaremos el derecho a opinar ¿No?-Se calman y vuelven a sus sillas. Yun gira hacia Kari.- Dinos Kari ¿Por qué piensas eso?
-Porque no pueden sustituir a la realidad con un juego de niños.-La expresión del obispo se va volviendo mas macabra mientras ella hablaba.-Médicos por Curanderos, Biología por Creacionismo...
-No hables más...-La interrumpió el obispo.
- ¿Me creyeron al fin?-Sonrió como si su mayor sueño haya sido cumplido.
-No...-El "no" más seco que Kari haya escuchado jamás, salio de la boca del obispo Yun. Girando hacia los demás, este dijo:- Agarren a la hereje...
La gente se abalanzó contra ella sin pensarlo dos veces. Kari sale corriendo por los extensos y estrechos pasillos de la iglesia universal N° 722. Al salir afuera, ella le había sacado una gran ventaja a los demás. Pasa corriendo al lado de su moto, pero ni lo advierte. Sigue camino hacia el bosque que estaba detrás. Llega, y muy cansada se sienta contra un árbol. Estaba exhausta, mas de lo normal. Era porque tenia una extraña enfermedad, que ni médicos ni curanderos habían podido sanar. No había sido vista en ninguna persona en el mundo más que en ella. Esta enfermedad hacía que se canse de modo extremo al realizar actividades físicas en temperaturas superiores a los 25° C. Esa era justamente la temperatura de ese día. Sí se llegaba a exceder con el ejercicio en un día de éstas condiciones, explotarían sus vasos sanguíneos. Éstos detendrían su flujo por la contracción que en conjunto, generaban el calor y el ejercicio. De ahí que esté tan cansada. Todo lo que se había atorado en sus venas, llegaba de golpe a su corazón, y por eso palpitaba tan fuerte. Ve salir a los demás. Piensa lo bueno que era estar tras un árbol, mientras sus cabellos marrón rojizos se apoyaban contra el tronco de éste. Pronto advierte algo: Su moto seguía estacionada en el mismo lugar de siempre. Le había pasado por al lado, y ni cuenta se había dado. Otra de sus esplendidas cualidades. Era demasiado distraída, tanto que muchos creían que tenia mala suerte. Aun así, su distracción era, en muchas ocasiones, opacada por su inteligencia. En el estado en que se encontraba caminar suponía un riesgo terrible. Pero tampoco llegaría a la moto. Llegar a la moto implicaba un doble riesgo, por lo que entonces decidió caminar. Logra atravesar el bosque, yendo por su costado, no adentrándose en él. Llega al río que cortaba las dos partes del bosque. Se pasa a la carretera, y cruza por el puente. En el agua se reflejaba el sol que se estaba yendo. A no muchos metros, se encontraba un joven de quizás uno o dos años menos que ella. Estaba apoyado con sus manos en el barandal, viendo el atardecer. Tenía los oídos lastimados. De éstos salían sangre, y ésta manchaba las puntas del cabello blanco del chico, con rojo.
- ¿Estás bien, chico?-Él no la percibe. Al ver que le sale más sangre, lo toma de un brazo.
Apenas ahí la ve. El joven ni se resiste. Va por el bosque con el muchacho, que ni la miraba. En lo más profundo del bosque, yacía un hospital que parecía abandonado. Ya en estos tiempos, los hospitales eran poco usados, y generalmente erradicados, porque la ciencia no era muy bien vista. Para aquellos que negaban a la medicina, la esperanza de vida rondaba los 50 o 60 años. Eso se debía a la falta de facultades medicas de los curanderos. Para la gente como Kari, la esperanza de vida era superior a 70 años. Como era de esperarse, el hospital estaba vació. Antes de entrar, un chico se le adelanta y pasa corriendo, entrando primero que ella. Estaba por insultarlo, pero advierte que en sus brazos llevaba a una mujer con sangre que salía de la parte trasera de su cabeza. Se abstiene de insultarlo, por respeto a la herida. El chico se dirige a la sala de emergencias. Ella va por otro pasillo, hacia una puerta. La golpea tres veces, pero como no responden, grita.
- ¡Gutuo! ¡Gutuo Kaminokizu!
Gutuo Kaminokizu, era un hombre amado por sus cercanos. Familiares y amigos, siempre estaban sonriendo junto a él. Pero fuera de este entorno, era odiado. Llegó a ser tapa de revista por sus conductas rebeldes hacia la voluntad de Dios, y tenia una orden de captura a nivel mundial. Pero aun así, era un gran médico, y otro genio prodigio, tal cual Kari. Ella estaba enamorada de él, pero él siempre la trato como a una hermanita menor, ya que se llevaban 3 años. Gutuo al fin sale, en calzones y con su bata de medico puesta. Sus pelos estaban lo mas despeinados posibles, y se notaba que había estado dormido.
- ¿Qué pasó?
-Este chico esta sangrando, intenta hacer algo para que se detenga.-Inexpresiva, o al menos lo estaba hasta que advirtió que no tenia pantalones.-Y si puedes...-Se sonroja.-...Vístete.
-Sí... Mas tarde. Entren.
Luego de analizarlo totalmente, va por unas vendas, y se las pone al chico en las orejas. Va por una hoja y un lápiz, en su escritorio, y vuelve hacia donde estaba el joven. Escribe algo, se lo muestra, y el dice:
-No puedo leer eso.
-Típica letra de médico. Dame eso.-Kari le quita la hoja y el lápiz.-Yo lo haré ¿Qué quieres que ponga?
-El nombre y la edad. Luego te seguiré diciendo, pero por ahora solo eso.
-Bien.-Lo escribe, y se lo muestra. El responde:
-Soy Hyoma Lee. Tengo 16 años.
-Ahora pregúntale que le pasó en los oídos.
Ella lo hace, y se lo muestra.
-Preferiría no contarlo.
-Me lo imaginaba. Kari, no podemos dejar que alguien lo vea. Ya sabes lo que le hacen a la gente como ellos. Pregúntale por su familia.
Le pregunta, y de pronto se larga a llorar. Aunque Kari notó algo en su llanto, no quiso tomarlo por fraude, y se limitó a acatar las órdenes de Gutuo:
-Llevémoslo con la psicóloga, Kari.
Logran levarlo con la psicóloga. Pero tuvieron que esperar en el pasillo, ya que había otra persona adentro. Ya no lloraba tanto, se había tranquilizado.
-Podemos suponer-Dice Gutuo.-que él no tiene padres
Un hombre llega corriendo, y toma a Gutuo del brazo, lo levanta, y sale corriendo. Mientras se lo lleva, le va diciendo que estaban en una emergencia, y que lo nesecitaban. Sentados en unas de las pocas sillas plásticas del lugar, el aburrimiento se dominaba de ellos. De pronto, Kari saca la hoja y el lápiz de uno de sus bolsillos. Dibuja un tatetí con una X en medio, y se lo da a Hyoma.
- ¿Quieres...jugar?-Pregunta él.
Ella escribe "Sí" en la hoja, y se la da. Por primera vez en el día, sonrió. Se pusieron a jugar, y lo repitieron una y otra vez, casi por media hora, hasta que salio la psicóloga. Atrás de ella salio el chico que se había metido delante de Kari, en la puerta. Se aleja hacia la sala de emergencias, y cuando esta lo bastante lejos, ella pregunta:
- ¿Qué le paso?
-Sufre un trauma. Su amiga se puede morir... ¿Y a qu'e viniste hoy?
-No es para mí, jaja.-Se ríe.- Es por él.
La mujer lo mira, y luego le pregunta a Kari:
- ¿Qué es lo que le pasa?
-No es nada muy grave. Aunque si lo considero más que como algo psicológico, algo físico...Creo que es algo emocional. Se puso a llorar cuando preguntamos por sus padres, y no nos quiso contar qué le sucedió en los oídos.
-Sí, sí es algo emocional, pero no debes forzarlo a que te cuente, eso generara aún más dolor en el. Pobre... Debió haber pasado cosas horribles.
- ¿Dónde se puede quedar?
-Cuidaremos de él aquí, no te hagas problema, ve a casa... Se hace de noche.
-Hasta mañana.-Se va yendo, pero Hyoma le grita:
- ¡Espera! ¡No te vayas, amiga!-La psicóloga lo detiene con su mano izquierda, antes de que saliese corriendo.
-Amiga...-dijo cuando ya estaba afuera.-Hacía tiempo que alguien no me llamaba así.
(Si la historia no es de su agrado, absténgase de comentar por favor. No me gustarían comentarios ofensivos)
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Haciendo uso...
Science FictionEn la historia de vida de Kari, verás cómo caen los buenos mientras que prevalecen los malos. Te darás cuenta de por qué los extremos no están del todo bien, descubrirás cuánto arriesga una persona por el bienestar de otra, y aprenderás que ni el pe...