¡Haciendo uso del Pensamiento 7!

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[¡Haciendo uso del Pensamiento 7!]

La incubadora se abrió. Gases de un verde azulado salieron de ésta, al mismo tiempo que se apreciaba en su interior la silueta de una mujer. Aquel hombre que se encontraba al frente de esta incubadora, tragó saliva, se limpio el sudor en su frente, y vio a través de sus anteojos aquello a lo que había dedicado gran parte de su vida: Clonar a una persona. Pero ¿Por qué? ¿Por el simple hecho de volver a ver a un ser querido? ¿Para llegar a ser conocido por tal hazaña? ¿O…? ¿Tan solo era por el bien común? Así era. Por el bien común. Ya que había resucitado al genio estratega más grandiosa de todos los tiempos: Kari Kimune.

— ¿Cuánto tiempo?—Resonó una vez más la voz de la superdotada.

— ¿C-Cómo?—Dijo el hombre de anteojos quien aparentaba unos 40 años.

—Dije que…—El hombre de anteojos y bata de laboratorio sintió un escalofrió que viajó por todo su cuerpo, al igual que las demás personas tras él. — ¿Cuánto tiempo pasé en la incubadora?

— ¡Oh! Pues… 50 años. Es el tiempo máximo que funciona la maquina. Y solo pudimos clonarte a la edad de 16 años.

—Ya veo…—Su cuerpo desnudo salió con pasos veloces y se dirigió hasta una percha que sostenía una bata de laboratorio. Se la puso, la abotonó, y abrió la puerta con furia. Sus pelos, ahora negros, se movían con el viento.

— ¡Señorita Kari! ¡¡Cierre la puerta!! ¡Podrían detectarnos!

— ¿Aún hay problemas con la iglesia?

—No… Ahora la ciencia es de quien nos escondemos. Nosotros somos todos doctores, científicos, físicos, biólogos, etcétera. Pero afuera hay gente que también son como nosotros, y utilizan sus conocimientos para hacer el mal…

— ¿Qué tipo de mal?

—En estos 50 años que tú no estuviste, el líder del mundo Hyoma Lee, ha infectado a la gente con terribles enfermedades. Su idea era crear la enfermedad y luego la cura, para que la gente creyera que hacía el bien. Pero se fue de control, y ya no se sabe si se puede curar a toda esa gente enferma.

—Comprendo… Quiero averiguar algo ¿Cuánto calor hace hoy?

—Unos 26-27 grados, según el termómetro.

— ¡Hm…!—Sonrío maléficamente y salió corriendo fuera de esa pequeña cabaña de madera.

— ¿Q-Qué?—Dijo el hombre de anteojos y bata, mientras dejaba caer sus brazos decepcionado.

Ni se molestaron en buscarla, ya que obligarla a ayudarlos no era su estilo, aunque la hubieran clonado para eso. Pasaron 20 minutos, en los cuales cada una de las personas de esa cabaña, sentía que habían trabajado en vano. Unos golpecitos desganados resuenan en la puerta. Abren y ven que era Kari. Estaba toda ensangrentada. Rápidamente la llevan a una cama y logran pararle el sangrado.

—Ya estoy bien. No necesitas preocuparte tanto… Ya estoy lista para ir a matar a Hyoma.

—No debes matarlo, sólo hazlo entrar en razón.

— ¿Y quien dijo que te iba a hacer caso? Ten más respeto ante la persona que logró tener al mundo en sus manos.

—Soberbia…—Dice el hombre entre dientes.

—Así es. Soy soberbia. Pero tengo mis razones para serlo.

— ¿Acaso estás orgullosa de ello?

—Sí, porque la soberbia es algo más que un ego inflado. Es la fortaleza que los débiles no tienen, por ser débiles. Recuerda que si tú mismo no crees en ti ¿Quién mas lo haría?

Haciendo uso...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora