Capítulo dedicado a editorialup. ¡gracias por la oportunidad!
*¿vas bien?*- me preguntó Lobo, colándose en mis pensamientos.
Yo asentí, aunque me daban ganas de negar.
Ese chico tan solitario era muy raro. Una parte de mí, creyó que sería simplemente un chaval joven y sin ganas de seguir a la gente ni hacer caso; sin embargo, otra parte de mí, comenzó a sospechar que, con tantas infiltraciones en ambos lados de la dimensión, podría ser un enviado del clan... Con esa melena negra, a conjunto con su ropa.
«Brianda, no seas superficial, por favor», me dije con auto- decepción.
Yo no pude evitar preguntar a mi amigo sobre el misterioso muchacho.*- ¿quién es el chico que está solo?*- pensé.
En ese mismo instante, el silencio se vió roto por los susurros y cuchicheos de la múltitud.
*se llama Dix. Casi nadie le conoce, es muy callado y vive lejos de aquí. Nadie sabe donde exactamente.*
En un par de pasos, llegamos a la mesa.
Lobo me retiró la silla mas grande y que estaba en el centro; yo me agarré el vestido, retirándolo para poder sentarme. Él se sentó en la silla de mi derecha, algo más pequeña; y Vitality, que nos seguía, en la de mi izquierda.El silencio volvió a reinar.
- ¡tengo un regalo para Brianda Pugh!- irrumpió una voz femenina e infantil.
Entonces, en el pasillo, apareció una hermosa niña que no tendría más de siete años, de pelo castaño y ojos amarillentos, con un lunar minúsculo debajo del ojo izquierdo.
Detrás de ella apareció ¡Lyle! Ambos caminaron hacia la mesa, colocando una pequeña caja sobre esta.- es Marte, la hermana pequeña de Lyle- me dijo Vitality, inclinándose hacia mí.
Destapé la caja, color violeta, y me encontré un pañuelo suave y amarillo, extremadamente largo.
- lo puedes utilizar como pañuelo, como capa ¡incluso como vestido!- aclaró la niña con entusiasmo.- también, te lo puedes poner para taparte la cabeza si hace calor o frío, o para esconder tu rostro, Lyle me ha contado que eres tímida.
El chico, detrás de ella rió, provocando también mi risa.
- muchísimas gracias Marte.
*yo también tengo un regalo para tí*- susurró en mi cabeza una voz desconocida y misteriosa.
Miré a todos lados, buscando al dueño de esa voz. El tal Dix, estaba mirándome fijamente, y al ver que yo también le observaba, sonrió de la manera más pícara que había visto jamás.
*- tú no puedes meterte en mi mente, eres humano*- le transmití.
*jajaja, qué graciosa. Pero, ¿has terminado ya el chiste? Deseo darte mi regalo.*
ESTÁS LEYENDO
MENTAL: THE WORLD © #2doPuestocienciaficciónUpAwards
Science FictionMi respiración no me hacía mejorar, la calma que mi cerebro intentaba hacer reinar no ablandaba mi rigidez; mi cuerpo estaba tan extremadamente tenso que me hacía pensar que eran los latidos de mi corazón los que producían esos golpes metálicos que...