➳ chapter 010

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-Joven Lucas, su padre lo busca – Un capataz detrás de mí anuncia. 

-Dile que...

-Es urgente joven – El hombre insiste.

-Bien. ¿Si me permiten? – Se excusa y sigue al otro por el pasillo y luego escaleras abajo.

Ruggero deambula por la habitación – Es una habitación bastante espaciosa, me pregunt.... – No consigo escuchar el resto de la conversación puesto que ha cruzando la puerta del baño, escucho el murmullo de su voz, así que avanzo para intentar escuchar mejor lo que intenta decirme. Al instante sale de baño mientras observa con ojo crítico el espacio a nuestro alrededor. 

-El estilo es mucho más contemporáneo de lo que esperaba - Admite con un deje de desgana

-Creo que tu madre está cansada de vivir con el pasado y busca inspiración en el futuro - Digo sonriendo, por fin, un tema del que tengo completo y absoluto control.

-¿Ha habido muchas aportaciones de Alejandro? - Pregunta frunciendo su ceño.

-Ninguna. El nunca viene aquí – Tengo la necesidad de afirmar.

-Pareces tener muy buena "Relación con él" – Otra vez "Vuelve la burra al trigo". Su tono desdeñoso y desconfiado me produce hastío. Ruedo mis ojos y maldigo por dentro por su maldito interés con el tema.

- Me limito a tener una relación de jefe a empleada con él –Hice apego de toda mi buena educación y dije con voz serena, intentando no ofenderme por sus prejuicios; eso no era asunto suyo y me negaba a permitir que Ruggero me hiciera sentir incómoda.

Cierro la aplicación de la cámara en mi móvil y lo llevo de vuelta a mi bolso, antes de hacerme la valiente y subir la mirada hacia el rizado, esforzándome para que no se de cuenta de que soy un manojo de nervios. Sus asombrosos ojos marrones me miran fijamente haciendo temblar cada parte de mi cuerpo, su aspecto es hostil e intimidante así que empiezo a retroceder para alejarme pero él no está de acuerdo con mi decisión. Ambas de sus manos atrapan mis antebrazos deteniéndome. Tiemblo perdiendo el control de mi cuerpo, mis piernas se tambalean, los pinchazos en mi pelvis y el cosquilleo caliente en mi entrepierna, me dicen que me encuentro en un peligroso estado de excitación. Durante un segundo, me quede sin aire. Mis pechos se hinchan bajo la ropa y mis pezones se tensan a punto de reventar, mientras mi sexo palpita desenfrenadamente, esta sensación no es desagradable, me gusta, pero no quiero sentirla, no ahora.

-¿Qué estás haciendo? – Mi voz ronca sale en un susurro con más seguridad de la que esperaba. Jadeos descontrolados salen de mi boca, intentando llenarme los pulmones de oxígeno, mientras sus suaves manos descienden por mis brazos para cerrarse sobre mis muñecas.

-Lo que he querido hacer desde el primer momento en que te vi – Dice con voz aún más ronca. Avanza arrastrándome de espaldas y haciendo que retroceda hasta apoyarme en la pared – Descubrir lo rico que debe saber la preciosa Meg.

-No, gracias – Lanzo las palabras con toda la firmeza que pude acumular, luchando contra el impulso desenfrenado de hundirme en su pecho, rodear su cuello con mis brazos y sentir el sabor de esos labios rosados que me están pidiendo a gritos que los bese.

-¿Mirándome como me miras?, ¿en serio esperas que me tome ese NO en serio? –Su sensual boca se curva en una sonrisa burlona.

Me da vueltas la cabeza, todo pasa con tanta lentitud y a la vez tanta rapidez que me confunde. Su brazo rodea mi cintura, impidiéndome escapar, su boca desciende hacia la mía de forma hambrienta y desesperada, su lengua invadiendo mi boca borra todo pensamiento sensato de mi mente. Oleadas de sensaciones recorren mi cuerpo de arriba abajo, con cada embestida de su húmeda lengua, la sensación es exquisita.

Estoy en llamas ahora mismo, puedo sentir el fuego extenderse por mi sexo y mis pezones se tensan hasta el punto del dolor. ¿Por qué respondo así con él? Yo no lo sé, pero me gusta. Me aprieto aún más contra a su pecho, lanza un gruñido que me dice que le gusta también y eso me motiva más, me prende. Sus habilidosas manos bajan a mi trasero y me alza para atraparme entre su caliente cuerpo y el muro de frío concreto. 

-Rodéame las caderas con esas malditas perfectas piernas, bebé – Dice contra mi boca y por primera vez obedezco sin chistar. Estoy acorralada, excitada, con un salvaje anhelo de más, sí, de más, quiero llegar más lejos. 

Su mano libre recorre mi espalda haciéndome estremecer, captura mi cuello mientras mis dedos se enredan en su cabello rizado y espeso. Mi nariz se ensanchaba al captar su aroma, huele a limpio, ardiente, a jabón y perfume – ¿Sientes lo duro que me pones, preciosa?. – Me informa apretando su entrepierna con la mía - Me encantaría tenerte en este mismo instante en mi cama, suplicándome con esa misma mirada que tienes ahora por la mejor follada de tu vida.

Toxica Atraccion. {Ruggarol}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora