Mi Querido Tom 🐾

La segunda carta

Su tormento terminaba, una tarde lluviosa mientras observaba el lago negro recargado en un árbol frondoso y acogedor, A lo lejos un ave majestuosa cruzaba el cielo con sus maravillosas alas, un ave de fuego, el ave de las cenizas, se posó en el Gran árbol y dejo caer un pergamino nuevo, con una letra peculiar, la daga usada no era cualquiera, fue escrita con una daga de polvo de bismuto, mezclado con sangre de corazón de dragón, materiales difíciles de conseguir para hacer una estaca, una tan prolija, también se percató que la tinta era especial, diferente a cualquiera que el hubiera visto, era demasiado perfecto, la incógnita lo estaba matando, abrió el pergamino con rapidez, sus ojos verdes se tornaron a un tono un poco más oscuro;

Mi querido Tom

En este momento me encuentro en Madrid pronto te veré.

Esta vez la firma era tan clara, un nombre se daba a notar, escrito con un poco de polvo de esmeralda decía:

Atte: Mayra Riddle 

Tom sintió un escalofrío recorrer su cuerpo por completó, sintió que sus fuerzas abandonaban su cuerpo, su corazón latía con gran velocidad queriendo escapar de su pecho, su cabeza iba a explotar, No entendía nada, sus manos temblaban, su respiración era agitada.

Depronto empezó a entrecerrar sus ojos, lo último que vio antes de caer inconsciente fue un par de sombras que lo levantaron del suelo y un grito ahogado.

El director Armando Dippet junto a la enfermera Quencil hablaban de la situación, Tom comenzó a abrir sus ojos poco a poco, Desesperado por saber que había pasado, Armando lo calmo con un par de palabras, y le entregó la carta que había caído al suelo cuando se desmayó y le recomendó que se quedara en cama un tiempo, cuando Tom intento levantarse sus piernas le fallaron y hubiera caído al suelo si el director no lo hubiese alcanzado a sostener, después le dijo que le daría la autorización para faltar a clases y que sería mejor que se quedara en la enfermería hasta sentirse mejor, Tom asintió con la cabeza y tomo asiento en la camilla.

En su cuerpo corría el escalofrío y sentía que la cabeza iba a explotarle, recordó a aquel hermoso Fénix y no pudo evitar preguntarle a Quencil que había pasado antes de que se desmayara y Quencil comenzó a relatar:

-Estaba con Armando, íbamos hacía la cabaña de Stephen el guarda bosques, nos informaron que había una criatura herida pero te vimos, estabas débil, tú cabeza iba a azotar contra el suelo y corrimos, lamentablemente no pudimos detener tú caída... y el Fénix que se encontraba contigo salió volando con rapidez y se perdió entre los cielos, Armando y yo te trajimos aquí y después despertaste-

-Gracias-

-De nada joven, sólo le recomiendo que tenga más cuidado-

Pasaron unos minutos mientras Quencil y el profesor Joseph preparaban una poción que le ayudará a Tom a sentirse mejor...

-Quencil, tú sabes si tengo familia?-

-Cuando el profesor Dumbledore te trajo noté tú preocupación, pero...no Tom nunca supimos nada de tú pasado, lo lamento Tom-

Tom lanzó un suspiro y poso su mirada en el techo de la enfermería.