Quizás no era momento de pensar en lo de esa tarde, quizás debía prestar atención a lo que Yoon Gi me decía, pero mi mente no dejó de dar vueltas con el mismo tema.
-Lo entiendo -sus palabras me regresaron a la realidad.
-¿Cómo? -no entendía a que se refería, quizás realmente me perdí demasiado en mis pensamientos que no pude oír un medio de palabra que saliera de su boca.
Me sentí mal, tenía la oportunidad se pasar un poco de tiempo con él y simplemente me dedicaba a ignorarlo, ¿cómo esperaba que de esa manera algún día se fijara en mí?
-Entiendo que el problema de tu amigo sea importante, puedo comprender que lo que sucedió con ese chico de la tarde te haya trastocado, pero quisiera tener un poco de Ji Minnie para mí. ¿Puedo tenerte este poco tiempo?
Y eso me hizo sentir peor, ahora quería llorar. No me había dado cuenta lo mucho que estuve metido en los asuntos de Tae Hyung que descuidé tanto a Yoon Gi para que dijera eso.
Bajé la cabeza, avergonzado, sólo quería desaparecer, aunque eso sonaba bastante exagerado.
Él sin embargo tomó mi mentón con sus delicadas y pálidas manos, elevó mi rostro hasta poder apreciar esos ojos que tanto me volvían loco y esa sonrisa que podía jurar estar en el mismo infierno.
No sé porque creí que quizás me besaría, que tocaría sus delgados y rosados labios, que por fin podría probar lo más dulce. Fui tan estúpido al creer que eso sucedería, ya que sólo se limitó a sonreírme como siempre lo hacía y dejar de tocar mi mentón para recobrar la compostura.
-Piensa un poco en mí, Minnie -era gracioso, porque siempre pensaba en él.
-Lo siento, hyung -intenté sonreírle, pero no funcionó.
-¿Hyung? Hey, mocoso -golpeó mi hombro con fuerza, haciendo que casi cayera al piso -. ¿Desde cuándo le tienes respeto a tus mayores? ¿Acaso sabes cuánto tarde en lograr que me llamaras así y ahora que me había resignado lo dices? Estás demente, Park.
Él era el único que lograba alterar mis emociones de esa manera, si sus palabras me habían hecho sentir el hombre más mierda del mundo, esas nuevas palabras que salieron de su boca me hicieron sentir feliz.
-E-Es cierto -sonreí mostrando todos mis dientes.
-Bien, Ji Min -se puso de pie y sabía lo que eso significaba -. No quiero que tu madre se enoje por acapararte demasiado tiempo -miró su reloj para después posar esos preciosos ojos en mí -. Es hora de irte, pero no lo olvides mocoso, haré que dejes de pensar en otros -guiñó un ojo y caminó hasta desaparecer frente a mí.
Mis mejillas ardieron, eso estaba claro, mis piernas perdieron el equilibrio de siempre y casi caía al suelo, pero eso era lo de menos, un raspón más, un raspón menos, ¿qué más daba? Lo único que importaba eran sus palabras que no dejaron de retumbar en mi cabeza hasta que llegué a casa.
Cuando por fin estuve en mi habitación, aislado de todo y todos pude dejar que mi mente hiciera un recorrido de recuerdos que sucedieron ese día, hasta que se detuvo en el accidente.
«-¿H-Ho Seok hyung? -me levanté lo más rápido que pude e intenté ayudarlo, pero él se puso de pie sin mi ayuda.
Me dirigió esa característica sonrisa y en su rostro pude leer la palabra "esperanza", con lo que todos siempre nos referíamos a él "la esperanza".
-Ji Min-ah, ¿a dónde con tanta prisa?
En ese momento el rostro de Tae Hyung vino a mi mente y sin poder evitarlo tuve que preguntar.
-¿Te gusta Tae Hyung? -él me miró de manera extraña y sabía que había cometido un error garrafal.
-¿T-Tanto se nota?»
A Tae Hyung le gustaba Ho Seok hyung y viceversa, más sin embargo ninguno se atrevió a declarar sus sentimientos.
¿Quizás suceda lo mismo con Yoon Gi y yo?
계속
Claudisela.