Capítulo 2

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Años después

Ciudad de Londres, 1820.
El pobre diablo temblaba atado a una silla con los ojos vendados, a su nariz llegaba el asqueroso olor de humedad  y pudrición. Un sudor frio bajaba por su espalda baja, mientras pensaba: “¡¿Maldición cómo pude ser tan estúpido?! Ahora él va a matarme”.

—Vaya que eres imbécil —dijo su captor con un tono lleno de diversión que hizo erizar la piel del hombre —¿De verdad creíste que podías escapar Horacio?
Horacio tragó saliva, intentando no mearse encima.

—¡Henry, te juro que iba a pagarte! Yo solo iba a buscar el dinero...

—¿En el muelle a plena noche cerca de un barco apunto de zarpar lejos de la ciudad? —escuchó las carcajadas de los tres hombres, aparte de él en esa habitación —Horacio en serio creí que serias un hombre de palabra, que desperdicio.

La venda fue retirada de sus ojos, mostrando el rostro desfigurado de su verdugo.

—Te lo preguntaré un vez más porque te consideraba mi amigo, Horacio. ¿Dónde está mi dinero? —preguntó esperando su respuesta.

—¡Solo dame más tiempo y te lo conseguiré! —pidió desesperado.

—Mala respuesta Horacio.

De repente el dolor de la navaja enterrada en su pierna lo hizo gritar de dolor como una mujer, haciendo que todos rieran aún más divertidos con su dolor.

—Lamento tener que hacer esto. —dijo sin sentirlo. Henry siempre desconfío, sabía que terminaría así. —Tú sabias lo que pasaría si no pagabas sucia rata.

—¡No! ¡No, no espera! ¡Puedo conseguirlo Henry, puedo…

Uno de los hombres lo calló de un golpe y lo obligó a mirar al rostro de Henry.

—Tú decidiste entrar a la boca del lobo sin escuchar las advertencias, ahora enfrenta las consecuencias —Henry retorció la navaja aun clavada en la pierna de Horacio. —A mí nadie me tima, mucho menos tú...
Un rápido corte en su garganta le dio el punto final a su vida.

—Saquen esta basura de aquí, no quiero que empiece apestar el lugar —dijo para darse la vuelta y salir de ese cuarto.

No sintió ni el más mínimo remordimiento, los jugadores siempre piden préstamos y ellos saben a qué atenerse si no pagan. Henry se los advertía pero era culpa de ellos si no hacían caso a sus advertencias.

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MOSCÚ, RUSIA

RESIDENCIA DE LOS BULGÁKOV.
Las doncellas terminan de empacar lo que faltaba en los baúles. Era la  más  emocionada por este viaje, ¡por fin saldré de los muros de mi hogar! Mi padre dijo que debía ir a Inglaterra para resolver unos asuntos comerciales pero eso no me interesaban en lo más mínimo.

“¡Iríamos al extranjero! Conocería una ciudad nueva”.

A una de mis doncellas se le caen mis frascos de perfume al piso y uno se rompe.

—¡Discúlpeme, mi señora! —se disculpa temerosa la pobre muchacha que al parecer tiene mi misma edad.

—Fue un accidente, además ese perfume lo odiaba por como olía —dije con una sonrisa para tranquilizarla —Recoge eso y ten cuidado de no cortarte.

—¿No está molesta?

—¿Te parezco molesta? —la chica niega con las mejillas sonrojadas. Ella era nueva y no me conocía.

Nunca me molestaba con nadie del personal, eso lo hacia mi madre.

—¿Cuál es tu nombre muchacha? —pregunto interesada.

—Sasha.

—Sasha no voy a martirizarte, sé que fue un accidente, ya recoge eso y no te preocupes —le guiño un ojo acompañado de un cálida sonrisa.

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Mis padres y yo salimos de nuestro hogar y al llegar al puerto nuestro equipaje fue subido al barco que se preparaba para zarpar. El olor del mar y la sal que se respira en el aire es tan delicioso. El sol brilla intensamente y el gran sombrero que mi madre me obligó a usar para que mi piel no se queme me cubre de él. Yo soy la primera en subir al barco.

—Tasya no te alejes —ordenó mi padre, deteniéndome de ir a explorar la proa del gigantesca de la embarcación —Iremos a nuestros camerinos, no andarás sola por ahí.

Contuve mi irritación debido a la sobreprotección de mi padre. Los camerinos eran de primera clase, las dos habitaciones conectadas una con la otra por una puerta, me instalé en el camerino continuo al de mis padres, donde ya habían dejado mis baúles.

Había traídos dos grandes baúles: mientras que en uno estaban mis vestidos, zapatos y joyas. En el otro iban mis lienzos y acuarelas, ya que nunca podía salir de mi casa mataba mi tiempo entre pinturas, libros y estudios.

Saqué el lienzo sin terminar de mi fantasía más secreta, “mi caballero oscuro”. La sombra de un hombre con hermosos ojos claros y cabello tan negro y largo. Cada libro que he leído siempre dominaba ese héroe tan perfecto e irreal por el que todas suspiraban, pero yo siempre había preferido al villano; aquel que con solo una mirada te estremecía de pies a cabeza, ese que me hacía sentir temor, pasión y deseo.

Fui criada para ser perfecta en todo sentido de la palabra. Tengo todo, dinero, juventud, buena educación y unos padres que me protegen pero… me siento vacía e insulsa, como una marioneta que se deja manejar a su antojo. Vuelvo a enfocar mi atención en el cuadro, saco mis acuarelas y pinceles para terminarlo.

Cada retoque hacia que su rostro cobrara vida en el lienzo y mucho más en mi mente. Ojos sombríos, sonrisa fría y mirada burlona.

—Si tan solo fueras real —suspiré ensoñadora.

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Tocaron a mi puerta de volviéndome a la realidad, estuve tanto tiempo enfocada en la pintura que perdí la noción del tiempo.

—¿Tasya? —mi madre entró al camarote. —Estabas muy callada, ¿te encuentras bien?  —asentí.

—Sí, solo estaba pintando y me entretuve demasiado —respondí tranquila y mi madre me miró de arriba abajo con desaprobación.

—Tasya cuantas veces debo decirte que cuando pinte tengas cuidado de no manchar tu ropa, ¡mira el vestido esta hecho un desastre! —miré mi atuendo en el espejo y no lo veía tan mal.
Solo tenía unas cuantas manchas de pintura negra y azul, lo que si son un desastre de pintura son mis manos.

—Me cambiaré.

—Date prisa. El capitán nos invitó a cenar y tienes que estar impecable —asiento simplemente, ella se acerca haciendo más notoria la gran deferencia de altura entre nosotras. Mientras yo soy pequeña, mi madre es casi tan alta como mi padre.

Ella limpió con su dedo una mancha de pintura que tenía en mi mejilla.

—Siempre debes tener la cara limpia, anda cámbiate —besa mi frente y se regresa a su camerino.

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Vamos poco a poco con esta historia💜✨ no sé si se acordarán que era una historia corta, de no más de diez capítulos a los cuales les estoy dando y quitando cositas que no me gustaban, ya que en el tiempo que escribí la novela tenía 15 años y una tablet que no me corregía mis horrores ortográficos 🤣

¿Qué les gustaría conocer en esta historia?

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La lady de ojos Rojos. © Precuela: Galanes Imperfectos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora