5° SÁBADO.

374 32 7
                                    

-¿Otra vez vas temprano a la tienda? –Preguntó Nari en el teléfono.

-Sí. De verdad que no quiero verlo, es un grosero. –Dije estacionándome.

-Haru quizá deberías dejar de tratar a éste desconocido. Y... quizá podríamos hablarlo... ¿más tarde? Es muy temprano (bosteza).

-A veces eres muy mala amiga.

-Pero soy tu única amiga. Ya, es juego... Es sólo que anoche bebí mucho, y me siento un poco mal...

-Está bien, descansa. ¿Está en pie lo de más tarde?

-Sí. Iré más tarde para ver esa película que tanto quieres ver.

-Gracias, eres la mejor. –Dije entusiasmada.

-Te amo. –Colgó.

Casi no había autos, bueno es que nadie se levanta a las 7:00 am para hacer las compras un sábado. Estaba algo nublado y yo traía mi pijama aún, es seguro que ese tonto atractivo aparezca más tarde y no lo veré a ésta hora ni de chiste.

Me acerqué a los carritos y comencé a jalar uno, el cual estaba bastante pegado al otro.

-¡Mugrero! VAMOS, SUÉLTALO. AGH... ¡Listo! –Dije aliviada.

Caminé en rastra y fresca a las puertas cuando lo vi sentado ahí en una banquilla al lado de la gran puerta. ¿Es en serio? Quisiera saber por qué mi corazón se acaba de alegrar como si hubiese ganado la millonada.

-Vaya mujer, eres bastante predecible. –Se sonrió poniéndose de pie acercándose a mi. Di un paso hacia atrás nerviosa.

El tipo pasó de largo y tomó un carrito.

-¿Vamos?

Me quedé en silencio.

-Bueno, entraré primero. –Se sonrió y pasó.

Lo alcancé.

-¿Qué haces aquí tan temprano?

-¿Qué? ¿Ésta es hora exclusiva para tus compras? Creí que esa era a las 10.

-Yo creí eso de ti. –Dije viendo el carrito ya que sentía su mirada fija a un lado mío.

-Bingo. Pues por eso vine más temprano, pero en serio, ¿7:20 am? –Se sonrió.

-¿Quieres decir que viniste más temprano para coincidir conmigo? –Pregunté apenada.

-No vine a coincidir. Estaba esperando a que llegaras con toda intención para hacer las compras contigo, me alegro haber acertado. Sino habría esperado hasta las 10. –Dijo pelando sus ojos. Me hizo sonreír.

-Que tontería. –Dije.

-Bueno, si no te ofendieras tan fácil quizá podríamos levantarnos más tarde y venir a las 10 am.

Apreté mis labios pero no pude contenerlo más, esa sonrisa de quién sabe qué se apoderó de mí y me gustó como se sintió.

-A todo esto, quería preguntar...

-¿Si?

-¡Ah! Oppa... -Una voz femenina apareció.

Ese sonido del auto frenando de inmediato sonó en toda la tienda, o al menos para mí. Fue como si esas ideas locas que estaba imaginando ya a su lado se derrumbaran haciéndome entrar a una realidad precipitada. Giré el carrito y desaparecí.

De compras con él | Junhui Donde viven las historias. Descúbrelo ahora