Punto de Vista de Nora
Los primeros días siempre son la peor pesadilla del universo. No importa cuántas veces lo repitas, comenzar en una nueva escuela siempre resulta incomodo. Pero comenzar a mitad del año, cuando todo el mundo ya se conoce y hasta ha formado grupos, en una escuela nueva, en una ciudad nueva, bueno, eso sí que es aterrador.
Claro que había intentado ser positiva. Llevaba toda la mañana repitiéndome que todo iría bien. Pero, ahora, aquí frente a la enorme estructura de ladrillos naranjas que se imponía ante mí como un enorme y aterrador monstruo, resultaba un tanto difícil.
Había llegado temprano por si tenía algún problema para recibir mi horario o para encontrar el salón de clases, pero, definitivamente no esperaba usar el preciado tiempo extra que tenía encerrada en el auto, en el medio del estacionamiento, lamentando mi situación.
Llevaba algunos minutos -quizás, un poco más que algunos- en el estacionamiento de la preparatoria North High y había notado cómo el lugar se llenaba, poco a poco, con vehículos de todo tipo; autos último modelo, camionetas y motocicletas ocupaban los lugares, hasta que mi antes solitario auto, se encontraba rodeado. De aquellos ostentosos carros bajaban chicos y chicas bien arreglados, con tacones, lentes de sol, relojes Rolex y kilos de maquillaje y fijador para el cabello. Creo que jamás en la vida había visto tantas chicas rubias como ahora, aunque pocas de ellas eran 100% naturales.
La mayoría de ellos buscaba cumplir con algún estereotipo de chico perfecto que solo podías encontrar en una revista de moda o en un programa de televisión de gente guapa. Estaba bastante claro que yo no pertenecía a ese lugar, con mis converse desgastados, mi simples pantalones de mezclilla y la playera del equipo de fútbol de mi anterior escuela que destacaba de una manera aterradora. Incluso los chicos que llegaban en patineta y las chicas con atuendos menos llamativos lograban encajar. Todos ellos intentaban mirar a través de los cristales tintados del auto para ver a la chica que se escondía dentro. ¿Un poco de discreción, chicos?
Intenté dejar de pensar en eso para concentrarme en mí siguiente movimiento. Tenía que parar de preocuparme y bajar del auto antes de que se hiciera tarde. O quizás, podía esperar a que el timbre sonara y una vez que todos estuvieran dentro de sus respectivas clases, yo podría dirigirme a la mía por los pasillos vacíos. Pero, no tenía ganas de ser el centro de atención, llegando tarde a mitad de la clase.
Bien, era hora, no había tiempo que perder. Tome un par de respiraciones antes de abrir la puerta del auto.
En cuanto baje un pie, me arrepentí al instante. Todo el mundo se volteó a mirarme. Algunas chicas me señalaron y comenzaron a reírse sin disimulo, mientras que otros se limitaron solo a mirar, los más considerados se tomaron apenas unos segundos y siguieron su camino. Gracias. Pensé con sarcasmo.
Intenté ignorarlos mientras cerraba la puerta del auto y me dirigía a la primera clase del que bien podría ser el peor año de mi vida.
No es que fuera una completa antisocial o una sociópata con problemas, solamente no me sentía cómoda siendo el centro de atención. Había pasado los últimos diez años viviendo con mi madre en un pueblo pequeño, asistía a una escuela pequeña y conocía a todo el mundo. Todos éramos esa clase de chicos: "pueblerinos". Me había acostumbrado a una vida aburrida, con una rutina simple. Siempre pasando desapercibida. Nadie competía por tener un puesto alto en un club o por ser la reina del baile, nadie buscaba llamar la atención.
Sin embrago, aquí yo llamaba la atención sin si quiera intentarlo.
Antes de decidir quedarme con mamá en Clearwater en Kansas, viví con mi padre por muchos años. Papá tiene un empleo como vendedor de bienes raíces, lo que nos impedía pasar mucho tiempo viviendo en un solo lugar. Nos mudamos varias veces y recorrimos casi todo el país con el fin de hacer grandes ventas. Cada vez que sucedía, era hora de despedirme de mis antiguos amigos y comenzar una nueva vida. Aun así, a cada lugar nuevo al que llegábamos, yo solo era una chica mas.
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Una Chica Diferente
Teen FictionEn la preparatoria North High existe una tradición casi tan vieja como la secretaria, la señorita Jenkins. Cada año los de ultimo grado elijen a un novato y a una chica a la que él debe conquistar antes del primer partido oficial. ¿Que pasa si no l...