Nora
-Seamos claros de una vez.- Daniel jugaba con un cubo de rubik sin prestarme atención.- No estamos saliendo, tu no me gustas y esto no es para nada una cita.
-¿No te gusto?- dejo el cubo aun lado y me miro por un segundo.
-No, no me gustas. - me giré para no mirarlo y caer en la cuenta de que estaba mintiendo.
-¿Porque no te gusto? -esta vez me miraba con atención. El cubo descansaba sobre la mesa de la biblioteca y sus manos vacías buscaban las mías.
Ocupe mis manos con uno de los libros de biología que habíamos traído a la mesa y miré la pagina sin realmente leerla solo para no tener que mirarlo a él.
-¿Porque tendrías que gustarme? -contesté.
-No lo sé. -volvió al cubo. -Soy guapo, musculoso. inteligente, tengo un gran sentido del humor, pudo armar el cubo de rubik en menos de un minuto, también soy...
-...egocéntrico, presumido y todo un idiota.- termine por él.
-¿Que te hace pensar que soy un idiota? - me preguntó.
Cambie de pagina, aunque ni siquiera había entendido el tema de la anterior.
-Bueno, te acuestas con cualquiera.- respondí.
-Tu no eres una cualquiera. -señaló.
Cerré el libro con brusquedad, el cubo estaba de nuevo sobre la mesa, esta vez completamente armado, sus ojos me miraban, no parecía estar bromeando.
-Yo no me eh acostado contigo.- me limite a responder y me levante de la silla.
Camine entre los anaqueles de libros, mirando los lomos como si buscara algo en especial. Daniel me seguía lo suficientemente cerca para ponerme nerviosa.
-¿Alguna vez te has acostado con alguien? - me pregunto de repente.
El libro que tenia entre las manos fue a dar al suelo. Él lo recogió por mi y lo puso de nuevo en su lugar.
-Que mas te da. -le respondí cortante.
-Tomare eso como un no. -comenzó a leer los títulos de algunos libros por si solo. -¿Tienes novio?
-No. -ni siquiera me digne a mirarlo.
-¿Te gusta alguien mas?
-¿Porque me haces tantas preguntas? -me gire y le cargue una pila de libros pesados en las manos.
-Bueno, supongo que debe haber una razón para que me trates tan mal. Quizás tu novio es muy celoso o solo no quieres que el chico que te gusta se entere que estás conmigo. -No me había gustado la manera en que había pronunciado ese "estás", como si se refiriera a que éramos algo mas, o a que hacíamos algo más que estudiar.
-No estoy contigo y no tengo novio, ni siquiera hay alguien que me guste. - regrese por el mismo camino hasta la mesa.
-¿Entonces?
-Entonces ¿que? -seguí acomodando los libros sobre la mesa, intentando no mirarle ni una sola vez.
Le estaba mintiendo, desde luego que había alguien que me gustaba, él me gustaba; sin embargo, no iba a dejar que el lo supiera, no después de lo que Mía me había contado. No iba a ser parte de su estúpida apuesta, no me iba a dejar tratar como un objeto y no me iba a convertir en una cualquiera solo por un chico.
-¿Por que me odias? - el tono el que lo dijo sonaba serio, distinto a como le había oído hablar desde que lo conocí. Sonaba como si realmente le importara y no solo eso, como si le doliera que lo rechazara.
-No te odio.- me mordí el labio.
-Me tratas tan mal que eso parece.- sentía sus ojos sobre mi, su cuerpo demasiado cerca del mío.
No lo mire, no respondí, no me moví. No lo odiaba ¿o si? ¿Realmente lo odiaba? Odiaba que fuera un verdadero idiota, odiaba que me coqueteara todo el tiempo, odiaba verlo con otras chicas en el almuerzo, odiaba que me gustara y odiaba saber, que por mucho que me gustara, él solo iba a jugar conmigo
Sentí su aliento demasiado cerca de la piel de mi mejilla, y lo sentí acariciarme suavemente el labio inferior con el dedo pulgar. Hasta ese momento no me di cuenta que estaba conteniendo la respiración.
-Vas a lastimarte si continuas mordiéndote.- sus ojos se veían claros, honestos y brillantes, su semblante reflejaba verdadera preocupación.
Agite la cabeza para despejarme las ideas y con ello también lograr que dejara de tocarme.
-Tenemos que estudiar, para eso vine aquí. -rebusque entre los libros alguno de los temas que mejor sabia.
-No importa cuanto intentes enseñarme, Nora. Soy un asno para la Biologia, nunca aprenderé.- me lanzo una sonrisa de resignación y volvió a desarmar el cubo.
-Dices eso porque nunca me has tenido como maestra. Ya veras, te convertiré en un experto.- le sonreí, y me refiero a que en verdad le sonreí, con un poco de orgullo y un poco de camaradería.
-Si en verdad logras que me saque algo mas que un 7 en el examen te invitare al mejor día de tu vida. Haremos lo que sea, lo que tu quieras ¿esta bien? ¿Aceptas la apuesta? -extendió la mano.
Esta vez no lo decía como un truco, realmente estaba apostando a hacer lo que yo quisiera. No supe si era por que en el fondo sabia que Daniel no era un idiota, o por que la oferta de tener el mejor día de mi vida a su lado sonaba tentadora, o quizás simplemente me gustaban los retos; pero le sonreí y le estreche la mano.
-Acepto.- le dije y los dos nos hachamos a reír.
La encargada de la biblioteca nos hizo callar y tuvimos que contener las carcajadas.
No, no lo odiaba, pero me negaba a aceptar, al menos en voz alta, lo mucho que en realidad me gustaba.
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Una Chica Diferente
Teen FictionEn la preparatoria North High existe una tradición casi tan vieja como la secretaria, la señorita Jenkins. Cada año los de ultimo grado elijen a un novato y a una chica a la que él debe conquistar antes del primer partido oficial. ¿Que pasa si no l...