La Novatada

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Daniel PDV

Los ojos me ardían por recibir el sol tan directamente toda la tarde. Sentía el sudor bañando mi cara, mi cuello y el resto de mi; y mi cuerpo se sentía peor que si hubiera corrido hasta México y de regreso además, estaba seguro que tendría más que un par de moretones debajo del uniforme, pero ¡hey! No podía haber nada mejor que ser parte del equipo de americano de Carolina del Norte ¿cierto?

Claro que esto solo era el equipo de americano de la preparatoria de Carolina del Norte, pero por algo se empieza.

-¡Daniel! Piensa rápido. -escuche gritar a Tayler, y me giré justo a tiempo para recibir la botella de agua que él me había arrojado. La destape, me bebí la mitad y me arrojé el resto sobre la cabeza. Una desventaja de vivir en el soleado valle de California, es que los días calientes, son realmente calientes.

Tayler arrojó otra botella, esta vez iba dirigida a Will, quien miraba muy entretenido a las porristas del equipo, sin darse cuenta del proyectil que se dirigía directamente hacía él. Tay alcanzó a gritar justo cuando la botella impactaba el lado derecho de la cara de Will.

-¡Carajo! ¡Hermano, ten más cuidado! -gritó él, llevándose las manos a la mejilla. Tayler y yo reímos con las pocas fuerzas que nos quedaban.

Habíamos empezado a entrenar desde temprano y habíamos presentado las pruebas para el entrenador. Hoy era el día en que se elegiría a los nuevos jugadores para el equipo, de nuevo. Había como otros quince chicos aparte de nosotros esperando ser reclutados. Aunque, estaba seguro de que no tenía por qué preocuparme. Amigo, jugaba americano antes de empezar a caminar. Mi problema no era ese. Había logrado entrar a cada equipo de fútbol desde que inicié en la escuela primaria. Sin duda, era el mejor jugador de mi edad en esta parte del país. Además, técnicamente ya había logrado entrar al equipo. Pero, claro, eso antes de que nuestro capitán se fuera de intercambio a Canadá y Maxon Park se quedara en su lugar.

-Bien, niñitas. Reúnanse. -Maxon usó su voz de macho para llamar a todos al centro del campo. En menos de un minuto todos formábamos un circulo a su alrededor. -Llego la hora de la verdad. El entrenador me dio la lista de los chicos que fueron aceptados en el equipo. Pásenla y si su nombre no está ahí, lárguense.

Los chicos fueron tomando la lista y buscando su nombre en ella en cuanto llegaba a sus manos, yo no hice lo contrario. Y ahí estaba, tal y como lo había imaginado. Nunca lo dudé ni un segundo. Mi nombre estaba en la lista y en las observaciones ponía el puesto que mejor ocuparía en el equipo.

Daniel Harris - Quarterback/Corredor/Cornerback

La sonrisa en mi rostro se ensanchó como diez veces más, hasta que casi sentí que se me partiría la cara. Pase la lista a mis amigos y ellos también comenzaron a sonreír. Lo habíamos logrado, estábamos todos en el equipo. Chocamos las palmas y saltamos como unos tontos mientras festejábamos nuestra pequeña victoria. Por otro lado, quienes no habían sido aceptados, abandonaban el campo con pasos cansados y miradas abatidas. Bueno, no siempre se tiene lo necesario. Cuando todos habíamos terminado de leer la lista, quienes permanecían en el centro del campo, teníamos sonrisas enormes pegadas al rostro y las fuerzas renovadas.

A unos pasos de nosotros, Maxon y sus amigos reían a carcajadas mientras nos señalaban. En el momento en que su mirada se cruzo con la mía, un escalofrió me recorrió toda la espina dorsal. Sabía que no podía escaparme de su venganza.

-No estén tan felices, novatos. –se burlo el chico moreno que siempre lo seguía a todos lados. Su de por si fea cara ahora estaba marcada por una gran mancha morada en el centro de la cara. - Aun tienen que ganarse su puesto.

Una Chica DiferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora