Keith me dejó en la puerta de la casa. Nos despedimos con un beso en la mejilla y subió a su auto. Abrí la puerta y entré feliz, con la mente en el mundo de los unicornios y arcoiris. Tarareé una canción mientras dejaba la mochila en el sillón y subía a mi habitación.
— Hola demo-
Me detuve en seco en cuanto abrí la puerta de mi habitación.
Anker estaba desnudo con su trasero saludándome. Sus músculos de los brazos se flexionaban cada vez que se secaba el cabello con la toalla. Su piel era tostada, como un perfecto bronceado. Una tostada apetecible. Su cabello le caía hasta el cuello, de verdad que era largo. Las gotas bajaban tan felices por estar en su cuerpo saboreándolo. Era tan alto que daba miedo, pero así desnudo, parecía una clase de dios. Giró su cabeza y sus ojos rojos chocaron con los míos. Quedé hipnotizada unos segundos.
Reacciona.
— No se te ocurra girar todo tu cuerpo o eres demonio muerto— fue lo primero que dije.
Sonrió de lado y juro que algo en mí se prendió.
— ¿Qué? ¿Acaso no lo quieres ver? Oh, me acordé que eres virgen.
— Anker, hablo en serio.
— Si no quieres ver, entonces vete tú.
— Es mi habitación, no puedes echarme.
— Entonces... — comenzó a girar lentamente, tentando a la suerte.
— ¡Agh! ¡Idiota! — cerré la puerta de un portazo.
Encima que les dejo quedarse en mi casa, no me dejan ni dormir, se comen todo de la refrigeradora y dejan la casa patas arriba, me dan órdenes. Eso me pasa por ser tan buena. Tengo que poner mano dura, no puede seguir sucediendo esto.
Cité a los demonios una reunión en la sala. Todos estaban sentados en el sillón mientras yo me encontraba parada con los brazos cruzados.
— ¿Qué es tan importante para interrumpir a Calix de su baño de burbujas? — preguntó este.
— Comen como cerdos— empecé a enumerar — Dejan la sala de juegos llena de basura, no me dejan dormir, me dan órdenes en mi propia casa, ni siquiera agradecen por la comida, tengo que ordenar su ropa y Alexis por favor, deja tus boxers en un lugar donde nadie los vea— agachó la cabeza avergonzado — A partir de hoy las cosas van a cambiar. Comenzamos por los platos sucios — les lancé los mandiles en la cara con fuerza — Van a organizarse y dejar los servicios limpios y secos. Cada uno puestos en su respectivo lugar.
— ¿Y qué te hace pensar que te haremos caso?
Sonreí, porque sabía que Anker iba a decir algo como eso. Destapé los video juegos que estaban en mesa de centro. Todos sus video juegos favoritos.
— ¿Saben qué es esto? — les mostré un martillo. Todos tragaron saliva, incluido Attis que es el más frío y serio de todos. Pero él también quedó cautivado por los video juegos— Juro que si no hacen lo que les pido voy a destrozar sus discos y también...— saqué la consola — el xbox.
Alexis ahogó un grito.
— Eres la humana más terrorífica que he conocido en todos estos miles de años.
— Vamos, no tengo todo el tiempo.
Todos se pusieron de pie y Anker fue el único que maldecía por no poder amarrar la parte de atrás. Me acerqué para ayudarlo.
— Así no, idiota— agarré las tiras y las amarré— Así es.
— Como sea— gruñó entre dientes.

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Invocados
ParanormalDakota tiene el don de poder ver a muertos. Tras la muerte de su abuelo, ella queda devastada por lo cual, sin importarle el riesgo y el peligro, decide realizar un ritual para poder contactarlo. El ritual no sale como lo planeado y cuando piensa q...