7- Ring AU

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Carol se reprendió mentalmente tras fijar la vista en el hombre frente a ella. En un acto cargado de buena voluntad había bajado de su motocicleta y había ofrecido su ayuda al ver que ella estaba en problemas.

Su auto se había detenido de un momento a otro y tras un análisis rápido a la parte delantera, patadas nada femeninas a las ruedas del auto y la conclusión de que no había nada que hacer buscó su teléfono para darse cuenta que estaba sin señal.

No sabía de donde había salido ese hombre, pero si había tenido la suficiente amabilidad para bajar de su moto y ofrecer ayuda es porque algo había hecho que se cruzara en su camino.

Cuando aquel extraño se alejó del capó y lo cerró dando por terminado su trabajo ella podría jurar que estaba a punto de saltar a sus brazos, los preparativos ya le estaban saliendo costosos y no podría permitirse reparar el auto en esos momentos.

-Era solo un problema con la batería -Explicó el hombre, sus ojos azules se posaron en los de ella y aun cuando el pelo largo le cubría parte de la cara pudo ver las facciones en ella.

-Muchas gracias... -Ni siquiera sabía como se llamaba y no había tardado en analizarlo con la mirada.

-Soy Daryl, no fue nada, trabajo en un taller mecánico, te sorprendería la cantidad de veces que llega este mismo problema al taller.

Carol sonrió ante él y agradeció nuevamente lo que había hecho, el ojiazul descartó haber realizado una maniobra "que salvara una vida" como lo había llamado y le entregó una tarjeta que Carol recibió con sorpresa. El nombre resaltaba el apellido Dixon y anunciaba la innumerable cantidad de trabajos que hacían en ese lugar.

-No te imaginas lo que me has ayudado Daryl.

-Solo pasaba por aquí.

Carol sonrió y con una expresión que creyó haber abandonado hace un par de años dijo sus siguientes palabras. -Entonces tengo suerte de que hayas pasado por aquí.

Daryl miró sus zapatos y asintió intentando ocultar el tenue rubor que se había apoderado de sus mejillas. A Carol el gesto le pareció hermoso y aún después de ver que el hombre había seguido su camino, tardo un par de minutos en volver en sí.

El anillo de compromiso que llevaba en su dedo anular jamás se había sentido tan pesado.

Caryl drabbles Donde viven las historias. Descúbrelo ahora