10-. Química

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El contacto visual no era suficiente para calmar sus corazones martilleantes que delataban su nerviosismo, las palmas de sus manos estaban sudorosas y las respiraciones eran tan bravas que podian sentir el aliento del otro sobre sus propios labios que se encontraban a escazos centimetros de entrar en contacto.

-Esta bien, creo que esto no es para nosotros -Dijo Carol separándose. ¿Amigos con beneficios? ¿Una noche para acabar con la tensión que a ambos los atormentaba? ¿Qué estaban pensando? Casi quería reír al darse cuenta del comportamiento adolescente que estaban teniendo.
Daryl asintió sin emitir palabra, quizás el también se había arrepentido tras decir que podrían intentarlo. Quizás solo hay personas que no pueden encontrar química en los brazos del otro.

Miró la puerta y con rendición comenzó a caminar hasta ella, no había nada mas que hacer, seguirían con la amistad y esperarían a que el tiempo hiciera desaparecer esos bochornosos recuerdos.

Comenzó a girar el pomo de la puerta pero una palabra hizo que se detuviera por completo. -Carol-Escuchó decir al arquero que ahora estaba junto a ella.

Quizás se equivocaba, pero durante todos esos años jamás la había llamado por su nombre, y ahora, cuando se encontraba a punto de girar el pomo para abandonar la habitación un escalofrío recorrió toda su espina dorsal.

Sintió la mano de Daryl en su brazo, sus ojos entraron nuevamente en la visión del otro y esta vez no tuvo que esperar o pensar en lo que harían cuando la mano de Daryl sin hacer presión la acercó hasta él para terminar con la distancia en una fracción de segundo.

¿En que estaba pensando cuando dijo que no tendrían química?

Las manos del arquero viajaron a través de su cintura tratando de abarcar todos los lugares que podía encontrar, su blusa rápidamente subió un par de centímetros dando a Daryl libre albedrío para acariciar la suave piel expuesta. El arquero le mordió el labio consiguiendo que un gemido se escapara de sus labios y permitiendo que su lengua viajara a través de su cavidad bucal, la batalla que se comenzó a trazar en ese momento solo disminuyo con la sonrisa en la cara de ambos cuando Daryl puso el pestillo en la puerta.

Eso no era química. Eso era un maldito incendio.

Caryl drabbles Donde viven las historias. Descúbrelo ahora