Cerca de Beijing, la capital de aquel extenso país, se encontraban las diez montañas más famosas de toda China. En una de esas montañas, en la famosa Jiankou para precisar, se ocultaban entre los frondosos y espesos bosques, ninjas sangrientos y despiadados. Y aunque Jiankou era un lugar muy visitado por turistas del mundo, estos pasaban desapercibidos gracias a la espesa naturaleza que ocultaba sus campamentos y al simple hecho de que nadie buscaría un ejército de asesinos en el lugar más obvio de toda China ¿No?
En aquel lugar, entre los soldados, un muchacho corría torpemente, dirigiéndose con prisa hacia su general, quien aparte de ser su superior, también se trataba de su progenitor.- ¡General! ¡General!
-Habla.-Se escuchó una voz gruesa y aterradora proveniente de un gran hombre sentado en un pequeño escritorio rodeado por fornidos soldados quienes lo custodiaban para protegerle de cualquier peligro.
Aquel muchacho de cabellos de color ébano, doblo las rodillas algo cansado, seguramente por haber corrido una larga distancia. Tomo algo de aire y se irguió, saludando a su general como un soldado común.-Mi señor, los ninjas están preparados para atacar la capital cuando usted de la orden.
-Bien.-La vista del general se encontraba sobre unos documentos que leía con suma concentración.- Si eso es todo, retírate, estoy ocupado.
-Bu-Bueno...Yo...quería saber si...podría dejarme participar en la guerra también...
-¿Mmnh?
-Ya no quiero ser un simple mensajero.-Hizo una leve pausa- Quiero demostrarle a usted que también puedo ser un excelente guerrero como mi difunto hermano.
-¿Quieres que te deje pelear solo porque si? –Su mirada se posó sobre aquel tímido muchacho y no mucho después una carcajada retumbo en el lugar- ¿Bromeas?
-N-no...
-Aunque pelearas con un niño desarmado, perderías en un parpadeo! –Escupió las palabras con asco.- Me tome a libertad de entrenarte durante tantos años y si acaso sabes defenderte un poco, ¡no fuiste más que una pérdida de tiempo!
-Pero...papa...
-¡¡Pero papa nada!! Nunca serás igual de talentoso en combate como Garu o como yo. Lo único bueno en ti es que no eres un estúpido rebelde como lo fue él.
-....
-Ahora deja de hacerme perder el tiempo y regresa a la base con los demás soldados y diles que no bajen la guardia, esperaremos a que el emperador llegue con su querido hijo el príncipe Sying y a mi señal, los emboscaremos.
-Si...mi general.
-Desaparece.
No tardo ni medio minuto en esfumarse de aquel lugar sin emitir queja alguna. Las palabras de su padre se quedaron grabadas en su mente "¡No fuiste más que una pérdida de tiempo!" y aunque le doliera, era la verdad. Tenía diecinueve años, sin mencionar que poseía un rostro hermoso gracias a los genes de su madre, también poseía un sedoso cabello negro trenzado que caía por su espalda, unos intensos ojos azules como el océano, ojos que le habían atribuido su nombre, Dalai, que significaba océano en Chino.
Dalai era el hijo menor del General Zhao Ruan, el líder del Clan Luna de Sangre, o por lo menos lo que quedaba de esta. Este admiraba a su hermano mayor, Garu, a quien veía como un ejemplo a seguir desde que tenía memoria. El general Zhao se sentía más que orgulloso de tener a un hijo tan talentoso como Garu, sería el heredero perfecto si no fuera por su personalidad tan liberal y "heroica". Mucha era su molestia al ver que por más severos que fueran sus castigos no dejaba de ser un rebelde. El general al notar que su hijo menor seguía los pasos del mayor, queriendo evitar tener que lidiar ahora con dos rebeldes, ordeno que Garu fuera enviado al sur de China a entrenar bajo la tutela de uno de sus soldados más confiables. Dalai fue separado de Garu antes de la gran guerra ninja que dejo como consecuencia la perdida de muchas vidas, entre los muertos, a su madre, Kumiko Ruan. Debido a que Garu era el hijo mayor de Zhao, heredero del clan Luna de Sangre, se pensó que lo habían asesinado para evitar que el clan resurgiera en un futuro con un nuevo líder dispuesto a vengar a su clan, sin saber de la existencia de un segundo heredero.
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Lazos de Amor (Pucca x Garu)
FanfictionA veces no importa lo lejos que corras, tu pasado de algun modo llegará a ti para envolverte en un manto de nostalgia y asfixiarte con emociones agobiantes. Eso era lo que pasaba con Pucca, ya no puede esconderse de su destino, solo le queda aceptar...