s e v e n

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Las proporciones de salir vivos eran mínimas, y es que con el gran cerebro de Namjoon, la activación de Jin y la rapidez de Yoongi –el cual apuesto mi brazo a que sigue dormido–. Sí, teníamos esperanzas.

Pero lo que aún no me entraba en la cabeza completamente, era como iba a responderle a Jimin lo que me había preguntado unos segundos –casi minuto– atrás.

—Yo...uh...—vacilé—. ¿Quieres que sea sincera?—pregunté jugando con mis dedos. Ni terminó la pregunta y él estaba asintiendo. Algún día se sacará el cuello—. Pues, tú me gus...—empecé a decir, pero me vi interrumpida por un estornudo.

—Salud—dijo él—, ahora sigue—.

—Tú me...—achís.

Empecé a asustarme, y es que un resfriado era lo menos que necesitaba ahora.

—Estás enfermando por el cambio de temperatura—añadió él. Luego de pensárselo unos momentos –o eso creí que hacía cuando miraba a la nada–, se sacó su suéter azul celeste, luego abrió sus brazos en mi dirección y dijo:—Ven aquí.

Me costó unos momentos acercarme a él –y es que Jimin era un Dios Griego; confirmado–, pero finalmente me acerqué más a él.

—Alza los brazos—dijo neutro.

Hice lo que me pidió y metió su suéter por mis dos brazos, luego dijo «ahora bájalos». Hice caso de nuevo a su petición y luego deslizó el suéter por mi cabeza, terminando su propósito. Y como si no fuera suficiente, me estrechó entre sus brazos, dándome calor.

Aquí fuex2.

—Ahora puedes hacerlo—afirmó él y yo asentí. Sorbí mi nariz y decidí continuar bajo su penetrante mirada.

—Jimin, tú...tú me gustabas en la universidad—murmuré, totalmente inaudible.

—¿Qué?—preguntó él, y no sé si era por incredibilidad o porque se hacía el idiota.

—Me gustabas, Jimin—respondí más audible y mis mejillas empezaron a tomar un poco de color.

El rió, aunque intentó disimular un poco.

—Creo que...eres tierna, Chloe—dijo. Intenté disimular la gran sonrisa que se había intentado formar en mi rostro. Agradecí a todo que el no se había dado cuenta. Sus exhalaciones daban justo en mi mejilla, pero él estaba más arriba que yo y por esa razón no pudo verla.

¿Puede existir alguien tan perfecto como él?

Me retracto, no es un Dios Griego, es un Dios mundial, universal, y el más sexy que jamás existió.

—Pero necesito que me respondas algo más, Chloe—dijo calmado. Sus respiraciones seguían chocando contra mi mejilla y su perfume se había mezclado con sus exhalaciones, dándome un gran momento de placer.

—¿Qué?—murmuré –inaudible, de nuevo–.

—¿Aún sientes algo por mí?—preguntó. Sus respiraciones se sentían más cálidas y lentas.

Y cuando su pregunta terminó, la guerra mundial z se había creado en mi estómago. Los zombies corrían y corrían, persiguiendo a los humanos, los cuales anhelan escapar del virus que su mordida libera. Deduzco que los zombies son el amor, y los humanos soy yo. Y es que realmente no había tenido más de cinco relaciones, pero ninguna de ellas había acabado como telenovela Mexicana. Todas fueron basura. Podría apostar que pasarían, segundos, minutos, horas, días, semanas, meses, años, siglos y eternidades. Pero jamás podría responder a esa pregunta, aunque era muy fácil decir que si o incluso, decir que no, no sabría realmente si siento algo muy fuerte por Park JiMin, aunque su pregunta era simple de hacer, era más difícil que hacer que Yoongi se levantara de responder.

Pero tal vez no era así. Tal vez solo constaba de un sí, un no o un «tal vez», y por eso decidí responder sin pensar en nada. Ni en su respuesta –mucho menos en la mía–, en lo que pasaría después o lo que los demás dirían

—Sí.

Respondí, sin más, sin necesidad de pensar mucho o poco. Sonreí cabizbaja al sentir que su corazón se había acelerado una vez más y su respiración se había vuelto algo regular.

—Te parecerá acosador, o algo por el estilo. Pero creo que si alguien te gusta y no lo ves nunca, te gustaría conservar algo de él, y, esa foto era lo único que tenía de ti—susurré audiblemente, sobando la parte trasera de mi cuello.

—No sé realmente qué decir, yo...jamás me lo habían dicho de frent...– —.

—No importa, si no sabes qué decir, sólo no lo hagas—dije. Él, como respuesta, acercó más mi cuerpo con el suyo, dándome más calor y tratando de protegerme del seguro resfriado que se asomaba por mi nariz.

Jimin.

Después de la gran confesión de Chloe –la cual me cayó con un hielo en los huevos–, ella se había quedado callada –y me pareció totalmente extraño, ya que a ella le gustaba increíblemente hablar–, y por un momento creí que había muerto, pero aún sentía su respiración contra mí. Así que lo más lógico era que ella estaba dormida.

Y que mala posición en la que lo hizo.

Estábamos así.

Pared| Yo|Y ella con
su cabeza en
mi hombro.

Y realmente no era nada cómodo, mi trasero empezaba a doler por tanto tiempo sentado.

La confesión de Chloe me había dejado un tanto loco, y es que no me lo esperaba para nada, realmente me sentía raro. Me regañé mentalmente al sentir mi corazón y respiración un poco más acelerados de lo normal. Me dejó realmente confundido. Y tan confundido, que no me había dado tiempo de responder lo que realmente quería responder.

—Tú también me gustabas.

Photograph ➡️ pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora