e i g h t (II).

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No sé en qué jodido momento me quedé dormida de nuevo, y ahora sudaba como puerco porque antes me había tomado la pastilla para la fiebre.

Al mirarme al espejo había pegado un grito ahogado, y es mi nariz estaba menos roja, pero mis ojeras habían aumentado un 1.000%

Regresé a la habitación y miré la hora en mi celular, 5:29am

Creí que esta era una buena hora para bañarme, capaz olía a mono con puerco y Jimin había estado pendiente mí.

Pensé por un momento revisar a los chicos, y ver si estaban aquí o si se habían ido.

Decidí hacerlo cuando ya estuviese limpia, porque alguno de los chicos –o Jimin– podían estar despiertos.

Aprovecho mi soledad y me despojo de la ropa que tengo, dejándola en el cesto sucio de ropa. Entro a la ducha y suelto un grito ahogado, porque estaba más que fría.

Cuando salí de la ducha, me coloqué ropa deportiva.

Una vez bañada, vestida y con los dientes limpios, salí de mi habitación y me dirigí a donde se quedaba Namjoon –el cual resultó irse a comer con Jin ayer–, pero Namjoon no estaba allí, sino que estaba Jimin, durmiendo. Y es que hasta durmiendo este hombre se veía sexy. Pero veía que temblaba un poco.

Tal vez tiene frío. Pensé, busqué entre los cajones de la habitación y agarré una manta, se la coloqué encima de su hermoso cuerpo y luego salí de la habitación, con una pequeña sonrisa.

Caminé hasta la cocina, no sin antes ver a Yoongi medio muerto en el sofá. Divagué por un momento entre despertarle o no. Sería suicidio.

Finalmente, toco su hombro con mi dedo índice repetidas veces.

—¿Qué mierda quieres?—preguntó removiéndose—. Ya es lo suficientemente incómodo, deja de fastidiarme—dijo e hizo un ademán de echarme.

—¿Quisieras dormir en mi cama, Yoongi?—pregunto y quise reír por un momento, porque abrió un ojo y asintió muchas veces—. Pues ve, yo ya he dormido lo suficiente.

—Gracias—murmuró haciendo una reverencia y yéndose a mi habitación.

Agarré una manzana de la cocina y empecé a comérmela, al mismo tiempo al que salía por la puerta principal y empezaba a trotar.

(...)

Me tumbé sobre el sofá en el que estaba Yoongi antes, y dándole la razón de que era incómodo, me levanté al percibir un gran olor desde la cocina.

Como un Coreano recibiendo pastel de arroz, me dirigí a la cocina. Inhalé el olor seguido de un gemido.

—Hola, Chloe. ¿Qué tal te sientes?—dijo Jin, cocinando pancakes.

—¿Acaso importa como me siento?—pregunté, extasiada del olor.

—¿Quisieres una?—preguntó y yo rápidamente asentí.

—¿Cuando has llegado?—pregunté, llevando la comida a mi boca

—Hace poco—respondió él

~

Luego de comer los pancakes que Jin había hecho –los cuales sabían exquisitamente bien–, empecé a quejarme debido a un pequeño dolor de cabeza.

Photograph ➡️ pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora