1 Un nuevo comienzo.

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-Despedida.

Eso fue el inicio de mis problemas.

Trabajaba en una editorial. Gracias a la falta de rigor del autor de unas novelas, fue despedida por su culpa. Su nombre era Kiritani Noa, como muchos en este mundo tenía un mote por el cual era conocido por sus fans, pero ninguno de ellos sabía en verdad cómo se llamaba realmente.

Al poco tiempo incapaz de pagar el alquiler de mi apartamento, fui desahuciada, quedándome en la calle. No me quedó otra alternativa que encontrar un sitio donde resguardarme del frío.

Todavía recuerdo mi primer día. Estaba tiritando del frío, la gente ni siquiera me miraba, pasaba por delante de mí como si no existiera, tanto hombres como mujeres. Acabé por sentarme en frente de la misma editorial donde había sido expulsada. Mis compañeros de trabajo me hicieron el vacío al salir del edificio. Las luces se apagaron y comenzó a llover. La gente iba corriendo de un lado a otro en busca de refugio, taxis y amigos con paraguas.

La lluvia empezaba a empapar mi abrigo llegando incluso a mi ropa interior. Los escalofríos comenzaron a recorrer mi cuerpo, mis dientes castañeaban sin parar. Mis lágrimas se mezclaban con el agua fría y transparente.

De pronto sentí cómo la lluvia paraba de caer sobre mi cuerpo, sin embargo seguía lloviendo a mi alrededor. Giré la cabeza hacia mi izquierda. Un hombre trajeado de negro, de metro ochenta con pelo castaño oscuro y ojos acorde sostenía un paraguas.

-¿Qué hace una mujer sola y empapada en mitad de la noche? ¿Has olvidado tu paraguas?

Su voz era amable y risueña.

Negué con la cabeza.

-¿Puedo acompañarte a casa?

-No._ susurré.

Me levanté del suelo y comencé a andar sin dirección entre las calles que antes había paseado mirando los escaparates de ropa y los puestos de comida callejera. De pronto, me di cuenta de que el hombre trajeado me seguía unos pasos detrás.

-¿Puedo saber al menos tu nombre?

Me giré.

-¿Por qué insistes?_ pregunté.

Sus ojos me observaban con rectitud, dio unos pasos lentamente sosteniendo el paraguas sobre su cabeza hasta llegar a mi lado.

-Vas a coger un buen resfriado si no vuelves a casa._ dijo de un modo más cercano.

-No puedo volver.

-¿Has olvidado el camino?._ sonrió.

-No tengo casa a la que volver.

El hombre se quedó pensativo durante un rato.

-No está bien que te quedes aquí con este tiempo. ¿Por qué no vienes a mi casa? Al menos estarás resguardada de la lluvia.

En aquel instante me pareció ver un rayo de esperanza. Sin embargo, no conocía de nada a ese hombre, y me estaba ofreciendo su casa a cambio de nada.

-¿Eres un pervertido?

Su cara se congestionó, transformándose más tarde en una gran carcajada.

No sé qué se me pasó por la cabeza. Supongo que pensar en una habitación con una cama y no sentir el frío de la lluvia en los huesos me llevó a tomar la decisión de ir con el desconocido. Tomamos un taxi que nos llevó hasta su casa. Para mi sorpresa salimos del tumulto de la ciudad y nos acercamos a una gran casa típica japonesa rodeada de árboles y naturaleza.

Shigure x oc (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora