9 La maldición

198 17 9
                                    


Llegada la noche de tanabata, nos presentamos ante la imponente mansión de los Sohma. Las puertas se abrieron ante nosotros como si supieran que íbamos a presentarnos. Caminé con cuidado por el suelo empedrado con las getas.

Se anunció nuestra llegada a Akito, las puertas de su habitación se deslizaron dejando paso a mis torpes pies descalzos.

-¿Quién se atreve a molestarme?_ susurró su voz.

Caminé unos metros y me agaché como muestra de reverencia.

-Akito-sama. Necesito pedirte un favor.

-Tú... ¡Osas venir a mi casa!

Mi cuerpo se estremeció.

-Ese maldito gato ha sacado su verdadera cara._ se levantó._ La familia Sohma nunca podrá deshacerse de la maldición. Ha sido todo por la culpa de esa niña.

(Sumire sabe lo del gato y esas cosas... Si Tohru consigue "que la ame" o algo así entonces se va la maldición, me lo invento yuju... xD)

¿Estaba pasando?

-Hay una oportunidad._ dije.

-Eres una ingenua._ se acercó lentamente y paró justo en frente a mí._ Mírame. ¡Mírame!_ me cogió de la barbilla.

-Tohru nos ha dado esperanza.

Me asestó una bofetada.

Hatori se paró al ver la mano de Akito negándole a venir más cerca.

-¿Estás enamorada de Shigure?

No respondí.

-He dejado jugar demasiado a ese perro.

Me agarró del kimono y comenzó a pegarme de forma descontrolada.

-¿Sigues pensando lo mismo?

Me recompuse como pude, y volví a hacer la reverencia delante de Akito.

-Tú también quieres que la maldición acabe._ susurré._ De otra manera, no hubieras dejado a Tohru vivir en la casa de Shigure.

Miré a los ojos llenos de ira de la mujer.

-¡INSOLENTE!

Me propinó una patada en las costillas. Caí al suelo envuelta en dolor y sangre, apenas podía respirar.

-Hatori._ dijo._ Bórrale la memoria.

-Pero...

La mirada de Akito dejaba las cosas claras. Ella era quien mandaba en la familia.

De pronto se oyó un estruendo, seguido de otro ruido. Las puertas se habían abierto de par en par.

-¡¿Sumire?!

-Vaya, parece que el perro ha seguido tu asqueroso rastro.

Me dio un empujón con el pie desnudo, mi cuerpo rodó hasta el lado contrario de Akito, con lo que podía ver a Shigure, lleno de sudor y con la cara descompuesta.

-Llegas justo a tiempo, Hatori iba a acabar el trabajo.

-No serás capaz.

-No puedo hacer nada contra Akito, lo sabes Shigure.

Hubo un silencio.

-¿La quieres?_ preguntó agachándose a mi lado.

-Sí.

Su respuesta fue inmediata, sin atisbos de duda. Como consecuencia inmediata de sus palabras, Akito me cogió del pelo, levantándome varios centímetros del suelo. Shigure estaba temblando del esfuerzo de permanecer quieto, ya que sabía que cualquier acción pondría a Akito más furiosa.

-¡Mírale!_ gritó._ Nunca podrás tenerle, ni siquiera puedes rodearle con tus brazos. ¿Y aún así albergas esperanzas?.

Noté cómo caían las lágrimas por mi mejilla.

-Siempre hay esperanza._ susurré con un hilo de voz.

La piel de Akito se tornó roja.

-¡He dicho...! ¡Que no puedes tenerle!

Me lanzó contra el suelo, volvió a pisotearme y lanzarme patadas. En una de ellas me quedé totalmente inconsciente.

-¡BASTA!_ exclamó Shigure._ ¡BASTA!

Ante la sorprendente falta de respeto del perro hacia Akito, paró de inmediato. Se olvidó de mí y fue en busca del perro que ya no lograba que le obedeciera como antes.

-Puedes tenerla si consigues sacarla de esta casa con tus propios brazos.

-("you can have her, if you can carry her out of this room in your very own ams")

Akito contaba con que iba a transformarse nada más que me cogiera en sus brazos. De este modo nunca sería capaz de sacarme de ese cuarto. Él sabía que en cuanto apoyara el cuerpo de Sumire en el suyo, se transformaría. Pero era la única manera de poder salvarla.

Así pues, Shigure dio varios pasos temblando de ira, mientras poco a poco se acercaba al dolorido cuerpo. Se agachó al lado de ella y le rozó la mejilla amoratada. Tan delicadamente como pudo, paso su brazo bajo su cuello, la cabeza siguió el movimiento de su mano. Y la rodeó, protegiéndola con sus brazos, pegada a su pecho. Hundió su rostro en su cabello, con el corazón ardiendo en dolor, y sus ojos llenos de disculpas que ella no podía oír en aquel momento y esperó a que la transformación siguiera su curso.

Pero nada ocurrió.

Shigure puso el cuerpo de Sumire en sus brazos, se levantó y sin mediar palabra comenzó a andar sin dejar de mirar a la muchacha malherida, dejando a Akito atrás.

-¡Esto no está bien! ¡Te tenías que haber transformado! ¡Tenías que fallar! ¡Tenías que sufrir!

Hatori le cogió por los hombros.

-Un trato es un traro Akito.

Shigure no podía creer que estuviese cogiendo el cuerpo de Sumire, pegado a su pecho, junto a su corazón. Aquello solo podía significar una cosa, la maldición había llegado a su fin. Era libre. ¿Pero a qué precio?, pensó mirando a la mujer.

-¡Shigure!

Era Hatori.

-Ve a mi oficina, allí podrás curarla.

Shigure la dejó en la cama y fue a un lavabo para empapar una compresa y así deshacerse de toda la sangre que estaba medio seca y que cubría parte de la cara. Una vez acabó de limpiar su rostro, cogió un paño frío y lo dejo sobre las zonas hinchadas. Se inclinó y con cuidado besó la frente de Sumire, dejó que el dolor que le recorría fluyera. Él había permitido que Akito llegase tan lejos. Si tan solo hubiera actuado antes...

La puerta de abrió lentamente, pero Shigure no le prestó la menor atención.

-Le he dado medicación para que duerma un rato. Akito no estará consciente por un tiempo.

Hatori miró a su compañero, tendió su mano en el hombro.

-Lo hiciste._ susurró_ Conseguiste sacarla de allí. La has salvado y a ti también.

Shigure hizo caso omiso a las palabras, simplemente continuaba mirando al rosto magullado que seguía inconsciente, cogió una de las manos tendidas en la cama.

-Está herida. Yo lo permití... permití que la hiriese.

Hatori le miró por un instante y recordó el pasado. Poso su mano en la espalda del perro y le sonrió levemente.

-La has salvado, y todavía la tienes.

Salió de la habitación.

Shigure bajó la cabeza. Todavía tenía a Sumire. Hatori no había corrido la misma suerte con Hana.

*

(Ya en casa de Shigure)

Shigure estaba mirándola con preocupación. ¿Le odiaría? ¿Se olvidaría de él? ¿Le abandonaría?. Sumido en sus pensamientos cedió al sueño.

Shigure x oc (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora