Capítulo 1

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Hola queridos lectores, espero que os guste esta fanfic. Si hay gente a la que le guste, la seguiré, aunque sean pocas personas :)

Decidme qué os parece.

Isabelle Lightwood paseaba por las calles de Brooklyn, haciendo guardia. Había decidido salir a vigilar, no podía pasarse más rato dentro del instituto. Necesitaba aire puro.

Su cintura se movía al ritmo de sus pasos hasta que se metió dentro de un pequeño callejón. Allí había oído gritos inhumanos y se podía percibir el olor de sangre desde 50 metros. Seguro que había un demonio, pero este no estaba solo, y esto la cogió desprevenida. Cogió su látigo y empezó a dar golpes a todas las bestias malignas que la habían rodeado. Ahora no estaba segura de conseguir salir, eran demasiados.

Los cabellos se le movían de un lado al otro y se veía como sus extremidades hacían movimientos arriba y abajo para protegerse. Pero de golpe, cuando ya se esperaba lo peor, una figura con una capucha saltó por encima de ella y mató a los dos demonios que no la dejaban en paz, los únicos que quedaban.

-Gracias –dijo Izzy estupefacta.

-No hace falta que me las des –le contestó aquel personaje misterioso.

La persona que la había salvado se sacó la capucha y dejó a la vista sus largos cabellos oscuros y sus ojos color avellana. En sus labios se dibujaba una sonrisa y sus mejillas estaban un poco rojas por el frío.

-Me llamo Sky Moon, un placer –se presentó.

-Yo soy Isabelle Lightwood. ¿Eres una shadowhunter? –preguntó Izzy desconcertada.

-Sí, vengo desde Canadá. Tendría que ir al instituto, pero me he perdido –explicó ella, bajando el rostro por vergüenza.

Izzy rió y la cogió del brazo, con confianza.

-Ven conmigo, iremos juntas.

La recién llegada sonrió y fueron las dos juntas hasta el famoso instituto de Nueva York. Por el camino pero, Izzy no pudo evitar su curiosidad.

-¿Desde Canadá?

-Sí, necesitaba un cambio de aires –aclaró Sky.

-Siempre va bien. Además, nos irás de fábula, ¡luchas muy bien!

Sky rió ante aquel comentario y pensó que quizás sus largas horas entrenando tendrían su fruto.

El submundo contigo (Alec Lightwood)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora