Capítulo 23

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Los siguientes días pasaron sin muchos cambios. No había novedades sobre el nuevo agresor y ninguno de los Shadowhunters sabía por dónde empezar. Alec estaba insoportable: ser director lo volvía todavía más estresante cuando no encontraban las pruebas necesarias para resolver los casos.

-Tranquilo, que hoy descubriremos nuevas pistas –lo animaba Izzy mientras se armaba con cuchillos y dagas.

-Tened cuidado. La reina Seelie nunca me ha transmitido confianza.

Ella y Sky se reunirían al cabo de unas horas con la reina de las hadas, cosa que los tenía a todos muy inquietos. Aquella mujer no sabías nunca por donde te podía salir.

Las dos chicas se encaminaron hacia Central Park sin ningún problema, pero con un silencio bastante incómodo. Izzy no sabía cómo tratar el problema, puesto que aquel malestar entre Alec y Sky lo había provocado ella, aunque ellos no lo supieran.

-Es por aquí –anunció Izzy señalando el fondo de un río-. Recuerda: es muy manipuladora.

Las dos cazadoras se cogieron fuerte de la mano y se tiraron del puente para entrar al mágico reino de las Seelies, un lugar misterioso y muy peligroso. Anduvieron por aquellos caminos espesos y llegaron, después de andar durante mucho rato, al palacio donde habitaba la reina.

Todo estaba decorado con motivos florales, pero seguía sin dar confianza a ninguna de las dos chicas. Unas hadas aparecieron, sonriendo, y les empezaron a sacar las armas. Ahora estaban desprotegidas.

-Así que han hecho venir a la especie más extraña de Shadowhunter... Tu hermano sabe lo que se hace –dijo una niña de unos diez años apareciendo en la sala. Llevaba una magnífica corona la de flores encima de la cabeza y su vestido brillante hacía que costara mirarla a alguno otro lugar que no fuera los ojos.

-Veo que está enterada de nuestra visita –respondió Izzy, ignorando el comentario de la "niña".

La pequeña rio y las dirigió a una sala con unos sofás de plumas que parecían cómodos. Ella se sentó en uno de los más grandes, pero las otras dos se quedaron de pie.

-Será una visita rápida me imagino...

Las dos chicas se miraron con desconcierto y Sky dejó que la morena empezara a hacer las preguntas.

-¿Qué sabe del ataque?

-Mmm... Pues poca cosa. Mataron uno de los míos.

Izzy suspiró, frustrada, pero mantuvo la calma. En cambio, la reina Seelie no le sacaba los ojos de encima a la chica de su lado. Sentía mucha curiosidad por saber más sobre ella, la estaba analizando.

-¿Sabe por dónde tendríamos que empezar a buscar? ¿Tiene alguna idea, majestad?

La reina no la escuchaba, estaba inmersa en los pensamientos de la bruja que tenía delante. La quería poner a prueba.

-¿Majestad? –inquirió Sky, haciéndola salir de sus pensamientos.

-Pienso que primero tendríais que mirar a los vuestros antes de culpar a los subterráneos. No siempre es culpa nuestra.

Con aquellas palabras había dejado todavía más confundidas a las dos chicas. ¿Había alguien de los suyos que estaba matando? ¿Otra vez? ¿Lo conocían? Todas estas y más preguntas surgieron dentro de las mentes de las dos Shadowhunters.

-Bien, muchas gracias por su tiempo, pero es hora de que nos marchemos.

Las dos iban a despedirse formalmente de la reina cuando esta cogió la mano de la chica de ojos avellana y le ordenó:

-Antes tienes que pasar una prueba. Quiero saber si tu sangre de demonio te nubla.

Dicho esto, la empujó al fondo de la sala y una pared la separó de la reina e Izzy. Estaba sola.

-Querida señorita Moon, para que tú y tu amiga podáis salir de aquí sólo tienes que pasar una simple prueba.

Los cuerpos de Alec y de Dorian aparecieron ante ella. El moreno iba vestido todo de negro y sus característicos ojos verdes la miraban sin expresión, Dorian era exactamente igual a cómo lo recordaba: cabellos cortos color ceniza y aquellos ojos azul marino tan profundos como el océano. Ella se sentía en estado de shock, a punto de llegar al pánico.

-Para salir sólo tienes que besar a la persona que más aprecies, bastante sencillo.

La voz de la reina Seelie resonaba en aquella cámara donde Sky estaba atrapada. Decidirse... Demostrar lo que sentía... Todo era demasiado confuso, difícil y doloroso como para poderlo hacer y salir ileso, pero tenía que salir de allí.

Se acercó a la figura inexpresiva de Dorian. Le vinieron a la memoria todos los buenos momentos que había pasado con él. Le acarició dulcemente la mejilla y notó que las lágrimas habían ganado la batalla: estaba llorando. Se acercó a la oreja del chico y le cuchicheó:

-Lo siento...

Lo dejó atrás, notando una gran opresión en el pecho, y se quedó mirando el cuerpo de Alec, tan perfecto como siempre. Se secó las lágrimas que tenía por las mejillas mientras que otros empezaban a chorrearle, y lo besó con ternura, pensando que sería la última vez que lo haría.

Cuando sus labios estuvieron encima de los del chico, la pared desapareció igual que los cuerpos de los chicos.

Sky cayó rendida de rodillas al suelo y empezó a llorar a moco tendido. Aquello que había hecho la reina Seelie era una crueldad, pero era peor todavía todo lo que ella había sentido. Levantó la cabeza y clavó sus ojos con los de Izzy, que la estaba mirando con preocupación.

-Ni se te acuda explicarlo –consiguió pronunciar entre sollozos-. Por favor, Iz...

La morena se arrodilló a su lado y le dirigió una mirada asesina a la niña que se miraba la escena con un grande sonreír a los labios.

-Veo que has decidido ser sincera, Shadowhunter. No sé cómo hay gente que te llama bruja... aquí sólo predomina tu parte mundana.

¿Qué pasará a partir de ahora? ¿Alguna teoría?

Espero que os haya gustado el capítulo tanto como a mi escribirlo :)

El submundo contigo (Alec Lightwood)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora