El submundo contigo (Alec Lightwood)

Capítulo 36

Jace estaba en la sala de control, buscando como uno desesperado algún indicio que le diera la respuesta de quién había hecho aquel mal a Clary. Las otras dos chicas no habían conseguido que fuera con ellas a limpiar las armas. Ahora estaba en un estado de choque del que sería difícil sacarlo.

-No te preocupes más, encontraremos quién le ha hecho daño –repetía de vez en cuando Izzy. Llegó un momento que Sky ya no sabía si lo decía para consolarla a ella o a sí misma. Quizás un poco de las dos.

Cuando las armas ya estuvieron del todo limpias y guardadas a sus respectivas estanterías, las dos shadowhunters decidieron ir a la habitación de Sky para descansar de todo lo que había pasado a lo largo del día.

-Cámbiate, va –le ordenó la morena a la otra, mientras sacaba casi todo el armario-. Que ya no podemos hacer nada más por Clary, pero tú sigues teniendo una cita.

A Sky se le habían pasado las ganas de hacer nada, pero intentó animarse pensando en Alec. Cuando pensaba, se le hacía extraño darse cuenta que no lo había visto en todo el día. ¿Cómo podía ser que no estuviera preocupado por Clary? ¿Le habría pasado algo a él también? Sky ya no sabía qué pensar de los hechos pasados recientemente.

Isabelle la maquilló y, justo antes de despedirse, le guiñó el ojito con una sonrisa. En pocos minutos Alec tenía que pasar a buscarla por su habitación y llevarla ve a saber dónde a hacer quién sabe qué. Estaba nerviosa y no sabía cómo arreglarlo.

Dos golpes a la puerta. Sky cogió aire y abrió para encontrarse con el mayor de los Lightwood vestido elegantemente de color negro con una sonrisa cubriéndole el rostro. Ella no pudo evitar soltar un suspiro de felicidad.

-¿Vamos? –le preguntó él, apartando la mirada de sus ojos rápidamente.

Él empezó a andar sin esperarla. ¿Aquello era parte de la sorpresa? Sky decidió seguirlo, a pesar de que no entendía el comportamiento del chico.

-Venga Sky, ven –dijo él con un tono de voz muy grave.

La chica vio como Alec pulsaba el boto del ascensor. ¿Iban a la terraza? Podía llegar a entenderlo, pero el comportamiento del chico lo estaba poniendo bastante nerviosa. Si aquello tenía que ser romántico, se estaba equivocando mucho.

Subieron los dos al ascensor y él le dedicó una sonrisa extraña que Sky no pudo entender.

-Pobre Clary, ¿verdad? –preguntó él, de repente-. Esto de las armas emponzoñadas no hace buena espina.

-Sí, no llego a descifrar el enigma de quien puede ser...

Alec le cogió la mano y la hizo salir del ascensor justo detrás de él. Estaba todo oscuro. Las luces que iluminaban normalmente la terraza estaban totalmente apagadas. Solo las estrellas y la luna ayudaban a ver por donde pisaba uno cuando andaba.

-Alec, ¿qué te pasa? –le pidió finalmente Sky, poniendo su mano encima del hombro de él, notando cómo todos los músculos del chico se tensaban bajo su contacto.

Él se giró con la mirada oscura. Su expresión le provocó un escalofrío a la chica, que dio un paso atrás para apartarse. Él pero, sonrió maliciosamente y dio un paso adelante.

-Eres tan fácil de leer, Sky. Solo hay que destruir lo que aprecias, tal como hiciste tú, ¿recuerdas?

Sky notó como los ojos se le llenaban de lágrimas. El corazón le dio una punzada: aquel no podía Alec.

-No tienes derecho a ser feliz. Tienes que acabar como ella. O peor si es posible. ¿No crees que te lo mereces?

Su estela estaba en la parte trasera de sus pantalones, demasiado lejos. Si hacía magia, él la podría detener antes de tirar ningún conjuro para aturdirlo. Solo tenía una salida: cerró los ojos y, inspirando profundamente, intentó que su grito de socorro llegara a alguien que la pudiera ayudar.

-Mírame a los ojos, ¡Sky Moon!

Espero que os guste el capítulo y os quedéis con ganas de ¡¡más!!

Siento haber tardado tant en actualizar. ¿Qué creéis que pasará a partir de ahora? ¿Es Alec realmente?