Capítulo 30

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Cuando estaban las tres amigas sentadas a la cama de Izzy, ninguno de los problemas exteriores existía, sólo estaban ellas tres. Clary le hacía una trenza a Sky mientras la morena les explicaba una noticia increíble para ellas.

-Chicas, ¡el sábado tengo una cita con Simon!

Las otras dos abrieron los ojos como dos naranjas y abrazaron a la morena. Era increíble la facilidad que tenía Isabelle para estar con el chico que ella quería.

-Creo que él es diferente a los demás...

-Lo es –le afirmó Clary.

Se pasaron el resto de la noche hablando y riendo, hasta que llegaron al apartado de las pruebas. Aquella noche cada una decidiría una prueba para alguna de las otras dos. Era un juego que se habían inventado hacía un par de noches. Si no cumplías la prueba, te tocaba pagar una cena entera.

-Clary, yo te reto a tener una cita de buena ley con Jace. Esto implica una cena romántica y lo que esto comporte –dijo Sky, haciendo cara de picarona en la última frase. Sabía que haciendo esto los dos podrían hablar más abiertamente y no tendrían miedo de nada.

-Acepto... Aunque yo no sé preparar cenas así...

-¡Yo te ayudo! –exclamó Izzy, exaltada.

-Iz, ya cocinaré yo. Tú mejor que la ayudes con la ropa.

La pequeña de los Lightwood resopló, desacuerdo con la idea de su amiga, pero sabía exactamente como vengarse de este golpe bajo que le acababa de tirar.

-Sky, mi prueba es simple: ve a la habitación de Alec y dale un beso.

Sky notó como las mejillas se le volvían rojas al oír la prueba de Izzy. Ella empezó a negar rápidamente con la cabeza. No pensaba hacer ninguna prueba relacionada con Alec.

-Sabes que a Alec le gustas, no lo rechazará –dijo Izzy de manera picarona.

Sabía que aquella era la última opción que le quedaba para que su hermano se diera cuenta de lo que sentía por ella. Durante aquellos días se había dado cuenta de cómo se tensaba Alec cuando veía a Sky con Dorian. Estaba muy celoso, pero no lo admitiría nunca, así que le tocaba a Sky dar el primer paso y ser consciente de lo que hacía.

-Izzy...

-Vamos Sky, sino pagarás la cena de mañana –la animó Clary.

-No lo haré, ya hemos tenido bastante malentendidos él y yo –declaró, recordando todo el que le dijo aquel día que ahora resultaba tan lejano.

Las otras dos no sacaron más el tema y, al cabo de poco rato, decidieron irse a dormir cada una su habitación.

Sky pasó por ante la habitación de Alec para ir hasta la suya y se miró la puerta con curiosidad. Por un momento le pasó por la cabeza cumplir la prueba que le habían impuesto las chicas, pero se lo sacó de la cabeza muy rápido, encerrándose en su habitación.

Echaba de menos los labios de Alec. Todos los besos que se había dado con él habían sido increíbles y únicos, pero no se podía dejar llevar otra vez por las emociones. Si lo hacía, estaba totalmente perdida.

Se estiró en su cama, todavía con la ropa puesta, y recordó las palabras que le había dicho Izzy hacía un rato: "Sabes que a Alec le gustas, no lo rechazará". Si era verdad... ¿Tenía algo que perder?

Se puso de pie, armándose de valor para salir de la habitación, y se plantó delante la puerta de Alec con los nervios a flor de piel. Tocó dos veces y oyó como alguien se levantaba de la cama y abría la puerta.

Un Alec con los cabellos negros muy despeinados y cara de estar medio dormido se la miró de arriba abajo, desconcertado con su presencia.

-Sky, ¿qué te pasa?

Ella sonrió, inocente.

-¿Necesitas algo?

Sky le cogió la cara con las manos, notando la barba de un par de días, y juntó sus labios con los de él. En su interior se sentían fuegos artificiales más fuertes que los de cualquier otra fiesta.

Se separó de él con una sonrisa, dejándolo confundido como el que más, y se fue hacia su habitación.

-Buenas noches, Alexander –le dijo la chica antes de encerrarse en su habitación.

Él se pasó las manos por el pelo. No entendía lo que acababa de pasar y se pensaba que todo era un sueño. ¿Sky lo había besado de verdad? ¿Cómo se lo podía explicar?

Cerró la puerta detrás suyo y se estiró en su cama otra vez, pero no pudo volver a conciliar el sueño, sólo podía pasarse los dedos por encima de los labios que se habían juntado con los de ella. Seguía haciendo unos besos geniales... a pesar de que esta vez había sido diferente.

¿Os ha gustado? Espero que sí, porque siento mucho haber tardado tanto en colgarlo :( 

Nos vemos :)

El submundo contigo (Alec Lightwood)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora