ᴇɴ ʙᴜsᴄᴀ ᴅᴇʟ ᴀᴍᴏʀ 《ʀᴜɢɢᴀʀᴏʟ》

•26•

Omnisciente

El beso fue lento y cálido, los dos se transmitían lo que comenzaban a sentir estos últimos días, no podían ocultar lo que estaban sintiendo, al pasar los segundos se tuvieron que separar por falta de aire. Se miraron y se volvieron a besar sin darse cuenta que alguien los estaba viendo, se dejaron llevar por el momento, estuvieron así por unos minutos más, besándose sin decir nada.

—¿Interrumpo algo?— una voz hace que después de minutos besándose se separen nerviosos a voltear se encuentran con una persona que miraba la escena confundida.

—Pr-princesa—balbucea Ruggero al ver a su hija de brazos cruzados— ¿qué haces acá?—

—Quería ir al baño, mi tía Caro me acompaño, pero después me perdí e iba a preguntarle a dos personas que estaban a más cercanas si me podían llevar con una policía para poder encontrar a mi tía—los mira—pero vi que estaban demasiadas ocupadas, hasta que vi la cara de Karol—explica, Karol baja la mirada sonrojada.

—¿Cómo que te perdiste?—mira a Karol y decide cambiar de tema, ahora preocupado al escuchar como su hija explicaba lo que paso con ella.

—Es que quería pensar algunas cosas un rato—Karol al escuchar eso se da cuenta de que si su teoría era cierta, Mariana había escuchado su conversación con su madre y ese era el motivo de su actitud, al levantar la mirada Mariana justamente también la mira, pero luego desvía su mirada—...y me perdí—termina.

—Mari yo sé, que tu escuc—

—No te preocupes "Karol", no tienes por qué explicarme nada—corta lo que Karol estaba diciendo de una manera fría, Karol solo baja la mirada y asiente. Ruggero voltea a mirar a Karol notando que una lágrima resbala por su mejilla, niega y mira a su hija.

—¿Princesa podemos conversar un rato?—Mariana sonríe y asiente—Ven siéntate acá—Mariana obedece y se sienta sobre el regazo de su padre mientras Karol miraba a otro lado abrazándose a ella misma al sentir el frío viento que corría por el parque de diversiones.

—¿Por qué te comportas así con Karol?—pregunta, Mariana niega y mira a otro lado.

—Nada papi, todo está bien— baja la mirada, Ruggero niega y levanta su mirada.

—Mari, hija, puedes mentirle a todo el mundo pero a mí no—le agarra sus manos— princesa yo sé que tú estás mal no me podés mentir, sé que estás mal y necesito saber para poder ayudarte, eres mi hija y quiero lo mejor para ti princesa—acaricia su mejilla, Mariana no aguanta más y suelta a llorar, Ruggero la abraza, la niña se esconde en su pecho mientras sigue sollozando.

—Yo...no...—el llanto no la dejaba hablar.

Ruggero hace que Mariana se siente mirando a Karol, la última voltea a mirar con tristeza en sus ojos a la niña, se sentía pésimo al ser la causante de ese dolor.

—Yo...yo....—respira y logra tranquilizarse un poco por las caricias que su padre le brindaba en su pequeña espalda—Karol era como una mamá para mí, desde que ella me empezó a cuidar, sentí algo especial como que un lazo que me une a ella, me cuidaba, me defendía, con ella me divertía, con ella pase mucho momentos bonitos...—mira a Karol y se le cae otra lágrima, voltea a ver a Rugge—pero eso no era real, yo creí que con todo lo que viví con Karol y contigo, pensé que mi sueño por fin se había hecho realidad—llora, los adultos la mirando confundidos por las últimas palabras— hasta que la escuche...conversando con su mamá...le...dijo...que...yo no era su hija y que solo me quería por pena—abraza a Rugge siguiendo con su llanto—yo...creí que por fin alguien me quería pero fui muy tonta papi...nadie...me...quiere...solo...te tengo a ti—lo abraza fuerte y llora.