Karol Sevilla es chica como cualquier otra, con una familia de economía intermedia, por motivos del pasado de obliga a trabajar.
Ruggero Pasquarelli es un empresario muy conocido en Argentina e Italia ,tiene una hija llamada Mariana, pero detrás de...
Me levante temprano para empezará preparar la sorpresa para Mari ya quería tenerla entre mis brazos riendo, antes de hacer cualquier cosa me entra una llamada
Phone Call
—¿Hola?—por la desesperación no vi de quién era el número —Hola amor, ¿cómo estás?—era Candelaria —Hola Cande, estoy ahí, Mari todavía no quiere hablar conmigo entonces le haré una pequeña sorpresa—cuento con una sonrisa —¿Qué tal si te ayudo con la sorpresa?—abro los ojos sorprendido —¿En serio me quieres ayudar?—pregunto, escucho su risa —Obvio Rugge, pronto esa niña será mi hija, ¿no?—me tenso, apenas estamos empezando y ya me está diciendo eso —Eh ¿sí?—me salió como pregunta —Ya pues amor de paso la puedo conocer más y hablar con ella—creo que no puede ser tan malo —Está bien Cande, gracias por querer ayudar, puedes venir dentro de unas horas—sonrío —No te preocupes Rugge, nos vemos al rato amor—nos despedimos y cuelgo
End the Phone Call
Me gusta el tema de que Cande quiera ayudarme y llevarse bien con Mari, creo que no era como imagine que era, al final creo que si es buena persona. Ojala Mari me escuche por fin, sé que hice mal pero no puedo estar así con ella es lo único que tengo y la amo demasiado. Aunque ahora tengo a Cande aunque con ella recién estamos empezando no puedo decir que la amo, pero su ayuda si me viene bien, además es una gran secretaria.
[...]
Narra Karol
Me levante por los rayos del sol que entraban por las persianas de mi habitación las cuales me había olvidado cerrar, me di cuenta de que Mari seguía durmiendo por qué estaba dando espalda a la ventana, sonrío para no despertarla no hice mucha bulla, fui a bañarme, después mientras me terminaba de peinar me quede viendo a Mari es tan pequeña que no merece nada de esto, empecé a acariciarle su cabello despacio, seguí un rato dándole cariños, hasta que veo que abre un ojo se acomoda y vuelve a cerrar sus ojos, sonrío por su acción.
Narra Mariana
Me levante por que sentí algo en mi cabello como si me estuvieran haciendo mimos, cuando abrí un ojo para ver quién era la persona, vi a Karol acariciando mi cabello lo que hice fue acomodarme me gustaba que me diera ese cariño que nunca tuve, sonreí
—Pequeña ya es hora de levantarse—escucho su voz
—Es sábado—recuerdo—no quiero levantarme es muy temprano—bufo
—Mari son la una de la tarde, tu papá se puede enojar—advierte, al escuchar lo último me levanto y un bostezo sale de mi labios mientras me estiro
—Ya me levante Karolcita—la abrazo y me siento en su regazos mientras se echó en su pecho
—Hoy estás cariñosa—susurra, río y la abrazo más
—Yo también te quiero Mari—sonrío al escuchar—pero ahora debemos bajar para tomar el desa...—
—Buenos Días— veo como mi papá entra al cuarto con una bandeja
—Buenos días Sr. Pasquarelli—responde Karol
—Dime Ruggero Karol—pide mi papá, veo como ella asiente y sonríe
—Mari—escucho que me llama mi papá, me separo de Karol y lo miro—Buenos días—saluda, sonrío un poco
—Buenos Días—respondo
—Traje este desayuno para las dos—responde acercándose a nosotras, veo mis panqueques de unicornio como me gusta y mi jugo favorito, sonrío
—No Sr.Pas...Ruggero, yo puedo comer después, lo mejor será que disfruten los dos—miro a Karol que sonreía
—No es nada Karol, por favor come que no sé me olvida que en la madrugada te desmayaste—miro a Karol que me da una sonrisa, río en voz baja—¿Sabes por qué desmayaste?—pregunta, veo como Karol traga saliva, río
—Seguro no comí bien y pues eso me bajo las defensas—justifica, río— gracias por el desayuno—responde, miro a mi papá que estaba mirándome
—Bueno yo me voy—me da una última mirada, bajo la cabeza me gustaría abrazarlo
—Espera—veo como Karol lo para, levanto la mirada—Si yo voy a desayunar creo que tú también debes hacerlo—continua, miro a mi papá que él vuelve a mirarme luego fija su vista en Karol
—No creo que Mariana se sienta cómoda—me siento mal—y para mi lo importante es que ella este bien—bajo la mirada—desayunen las dos y luego me dicen que tal—se da media vuelta, niego me bajo del regazo de Karol y voy corriendo donde mi papá
—No te vayas papi—susurro, luego siento como me carga y me abraza, sonrío escondiéndome en su cuello
—Princesa—siento como una alegría dentro mío explota—te quiero demasiado pequeña—sonrío, lo miro
—Te quiero también papá—sonrío, pero luego lo miro seria—pero quiero que me digas sobre esa chica—él asiente
—Te explicaré todo, pero quiero que entiendas, ¿si?—asiento— ahora anda ve a desayunar luego te tengo una sorpresa—abro los ojos sorprendida
—¿En serio?—chillo, él asiente—¡Sí!—grito
—Bueno a desayunar chicas—papá me baja en la cama y empezamos a hablar de diferentes cosas.
<< Extrañe a papá >>
Omnisciente
Karol aprovecho para pedir permiso, Ruggero se la dio, luego de desayunar entre bromas, charlas y anécdotas, Karol baño y vistió a Mari para que pudiera salir con Rugge, cuando ya todos estaban abajo y listos tocaron el timbre.
—Amor—llega Candelaria y abraza a Ruggero, este sonríe y la saluda con un beso en sus labios
—Hola Cande—pasan y Candelaria se separa un poco de Ruggero al ver que a su al frente estaba la chica de la noche anterior y la niña, fingio una sonrisa y se acercó a abrazar a Mari
—Hola hija—saluda como si fuera normal, Karol se sorprende pero pone una mueca
—Suéltame loca—Mariana se separa rápidamente y no le gusto que ella le llamará así
—Pero yo no te he hecho nada—Candelaria se hace la ofendida y empiezan a derramar lágrimas—yo solo quiero estar a tu lado junto a tu papá—Mariana baja la mirada y niega
—Tú eres mala persona, me haces mucho daño señora y si usted está acá es por qué solo te importa de mi papá, como casi todas las chicas—Mariana estaba un poco enojada—nunca será mi mamá por qué simplemente no lo eres, si quieres hijos ve a otr...—
—¡Mariana Pasquarelli silencio en este momento!—grita Ruggero, viendo como Candelaria lloraba, la abrazo y miro serio a su hija que estaba mirándolo también con sus ojos abiertos.
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