69 DAYS | JJK (ESPAÑOL)

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CAPÍTULO 7

DÍA 8/69

-Gracias, JungKook.

En realidad me molesté en darle las gracias porque mi pierna se sentía mucho mejor. Bueno, no era inhumana, ¿verdad?

-¿Vives sola? -me preguntó.

-Sí, ¿por? Es obvio. Has venido antes.

-Me mudaré contigo. ¿No hay objeciones? Bien -dijo y se respondió a si mismo.

Le di una mirada extraña.

-¡Oye! ¡No dije que sí! -grité y traté de ponerme de pie cuando lo vi salir de mi habitación sonriendo.

Tropecé y cerré los ojos a la espera del enorme impacto, pero nunca llegó. Me di cuenta que terminé en una posición incómoda con JungKook mientras se quejaba.

Sonreí tímidamente.

-¿Lo siento?

-Levántate. Me duele la espalda. Pesas.

-¡Eh, no soy pesada! -le respondí, pero me sacó la lengua.

Intenté volver a la cama. JungKook se levantó y dijo:

-Voy a empacar mis cosas. Préstame las llaves para sacarles copias.

Antes de que pudiera objetar, se fue y suspiré.

Me llamó número desconocido.

-¿Hola?

-¿No tienes mi número? -Esa voz.

-¿Quién eres? -pregunté.

-Taehyung.

Iba a colgar, pero lo escuché decir:

-¡Espera! ¿Podemos encontrarnos? ¡Quiero explicarte!

-Dame diez buenas razones. Rápido. -Rodé los ojos aunque él no me viera.

-Uno: todavía te amo. Dos: ya no he follado con nadie. Tres: no te lastimaría. Cuatro: realmente te extraño. Cinco: no te he visto durante tres años...

En realidad, las nombró una por una. Lo interrumpí:

-¿Dónde y a qué hora? -Pude imaginar que sonreía detrás del teléfono.

-El café habitual. ¿En una hora?

-Bien.

Terminé la llamada y me preparé. Cuando iba a salir recordé que JungKook había tomado mis llaves. Por suerte tenía un repuesto en el cajón.

Salí rumbo al Paradise Cafe. Soliamos reunirnos ahí.

(...)

-Oye -dije al verle.

-Oh, Cassandra, estas aquí. ¿Por qué usas muletas?- inquirió preocupado y me ayudó a sentarme.

-Ve directo al grano. -Me crucé de brazos.

-Está bien. Al parecer, se acordo que... tu mejor amiga se casara conmigo -empezó.

-¿Qué?

-Mis padres y los problemas de la empresa. Sé que todavía estamos estudiando. Les dije sobre ti, juro que lo hice, pero no les importó. Así que me casé con Tiffany. Solo mis hyungs sabían.

-Sigue. -Me molestaba. ¿Entonces ya estaba casado?

-Después de casarnos, fuimos a la playa. ¿Recuerdas que una semana ni Tiffany ni yo fuimos a clases? Estabamos en Jeju. Me di cuenta que ella se parecía a ti y empezó a gustarme. Fui tonto. Aunque fue un matrimonio falso, luego me gustaron las dos a la vez.

-De acuerdo, suficiente. -Quería llorar.

-Aún no termino -insistió―. El día que me viste haciéndolo con ella... estábamos bebiendo y se calentó. No sabía que estarías en casa. Admito que se metió en nuestra casa unas cuantas veces cuando estabas en el trabajo. -Su cara gritaba culpable.

-Sabes que eres un idiota, ¿verdad? -dije sin rodeos.

-Sí, pero juro que ya nos divorciamos. Nuestras compañías están estables y ella sale con otro. ¿Puedes regresar conmigo?

Era ridículo. Cuando estaba a punto de decir algo, alguien golpeó la mesa asustándome un poco.

-¿Terminaste? -dijo JungKook enojado.

Lo miré confundida. ¿Desde cuándo estaba aquí?

-JungKook, vete. Esto no te incumbe -Taehyung insistió, pero sólo enfadó al contrario.

-Me incumbe porque tiene que ver con Cassandra. Ella es mi chica y sabes la regla. ¡Cuando una chica está marcada, el resto de nosotros no podemos tocarlas o pedirles que salgan!

-Bueno, acabo de romper una regla, ¿y qué? ¡Teníamos pasado! -Taehyung exclamó y sentí a todos mirándonos-. ¡Me uní a BANGTAN para protegerla!

-Hyung, mira bien -dijo JungKook y se inclinó hacia mí.

Abrí más los ojos cuando sentí algo suave en mis labios. JungKook me besó. Quise alejarme, pero estaba sosteniendo mi cabeza.

-Está bien. Si así es como quieres jugar, yo también lo haré. -Taehyung dijo y apartó a JungKook antes de poner sus labios en los míos.

«¡¿Qué diablos?!».

Por el rabillo del ojo pude ver un JungKook colérico. Estaba listo para golpear a TaeHyung.

Cuando este me soltó, tomé mi bolso y salí de la cafetería dirigiéndome hacia la arena de boxeo para escapar.

-¡No me sigan! -grité dejando a los dos muchachos allí.