Recuerdos muertos y Soledad.

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Sábado 7:12 am

Hoy era el día de descanso de Chanyeol, y por alguna razón quería estar en su casa todo el día.

Eso era realmente extraño, jamás estaba ahí para evitar peleas o pasar un mal rato, pero esta vez, solo esta vez esperaba no pelear.

—Buanos días. —le dijo Chanyeol a su lindo esposo sin esperar nada de su parte.

Se levantó de la cama y preparó el desayuno para los dos, estaba contento y no sabía por qué, tal parecía que era un día especial.

Y es que lo noto hasta que una notificación apareció en su teléfono.

"Feliz aniversario"

Habían pasado ya 10 años en lo que se habían perdido en malos recuerdos.

No sabía que hacer, Baekhyun no había querido salir del cuarto en todo el día, era raro, el jamás hacía eso.

No había probado el desayuno, tampoco había salido de la cama, las persianas estaban abajo, definitivamente no estaba bien y eso lo preocupaba. Se acerco a la puerta del cuarto, y se quedó enfrente de ella.

Aún podía recordar de la primera vez que se besaron.

—Ya dime Yeol,no le diré a nadie. —pregunto un baekhyun de 17 años.

—No. —dijo Chanyeol nervioso.

—¡Dimeee!

—No, esa es la respuesta. No me bese con son gi, no puedo no se como hacerlo. —el adolescente estaba realmente frustrado y triste.

—¿Y que pasa si te beso yo primero? —
dijo sin dudarlo.

Chanyeol lo miro confundido.

—Pero, no se lo diremos a nadie ¿va?

—Claro que no, solo es para que practiques.

Baekhyun se acercó lentamente a él, miro los labios rojizos de Chanyeol y sin dudarlo los beso. Ese no era un beso de práctica era algo más, fue largo y suave un roce lento y dulce.

Los labios les quedaron rojos, estaban agitados y se veían el uno al otro.

Justo cuando Baekhyun notó que Chanyeol aún miraba directamente a su boca no lo dudo y se abalanzó sobre el una vez más.

 
***

Abrió la puerta y se topó con el cuarto tal y como estaba cuando se despertó, al parecer el único que se había movido era baek, ya que permanecía en la cama pero ahora del lado en el que el alto dormía.

—¿Estas bien? —Pregunto preocupado 

—No.

—¿Te sientes mal, que te duele?

—Nada, solo no quiero verte, no se que haces aquí tu nunca estás preferiría no verte hoy

Salvando Nuestro Matrimonio. EDITANDO  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora