𝙲𝚊𝚙𝚒́𝚝𝚞𝚕𝚘 3

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Hermanos

[...]

La alarma empezó a sonar estrepitosamente, gruño levemente y con su manos busco el aparato al encontrarlo lo apago para seguir durmiendo, busco el calor de su esposo pero al no encontrarlo abrió los ojos dándose cuenta que ya no estaba, se sentó en la cama mirando alrededor.

Otra vez solo.

Se levantó de la cama con las sabanas alrededor de su cuerpo, para entrar al baño a darse una ducha.

No entendía el comportamiento de su esposo, ya todo era diferente para Raph. Recordaba que cuando su hija Mei era pequeña, Donatello lo despertaba con dulces caricias y besos tiernos, también los pequeños detalles como darle el desayuno en la cama o pequeñas sorpresas como un rosa en la cama junto a una tarjeta con unas frases hermosas que hacia el corazón de Raphael latir fuertemente. Ahora Raph sentía la ausencia de su esposo en casa tanto como en su corazón.

-¿Qué te está pasando Donnie? ¿Sera que… te cansaste de mí?- los recuerdos de anoche respondieron sus preguntas. Donnie aún lo amaba con todo el corazón.

Una vez que se arregló para comenzar el día bajo hasta la cocina para hacer el desayuno para sus niños. Busco los ingredientes para hacer panqueques hoy estaba de buen humor, así que preparo el desayuno favorito de sus niños. Cuando ya estuvo todo listo entro al cuarto de su pequeño Kai, lo tomo entre sus brazos acaricio su cabeza haciendo que su hijo sonriera llevando sus manitas hasta las mejillas de su madre, Raph sonrió para luego salir-

-¡Niños a desayunar!- grito en el corredor, en tan poco unos segundos sus hijos salieron de sus habitación ya listos para ir a la escuela, los tres saludaron a su madre para ir hacia el comedor donde les esperaba el desayuno-

Mei miraba los panqueques la verdad había esperado el desayuno pero al leer el mensaje de su amor platónico ya no tenía ganas de comer en absoluto. Y eso lo noto Raph que al su estado se preocupó, le preguntaría porque después.

(…)

Cuando dejo a sus hijos en el prescolar entro al auto para llevar a su hija Mei a la preparatoria, ambos iban en silencio solo la música del estero se escuchaba. Cuando llegaron Mei estaba por salir del auto pero su madre la detuvo, la Omega miro confundida a su madre.

-¿Qué pasa mamá?- pregunto mirando por la ventana viendo a sus compañeros entrando al establecimiento- llegare tarde-

-¿Que te ocurre hija?- la Omega lo miro sin entender- en el desayuno te note extraña no tocaste nada si quiera tu porción. Sabes que puedes decirme cualquier cosa-

-Es solo que…-suspiro, sabía que no podía ocultar nada a su madre- recibí un mensaje de Harry-

-¿Y qué te dijo?-

-Que…quería invitarme al cine- Raph pensó que eso iba a alegrar a su hija pero la reacción fue diferente como puede ver- y el…está saliendo con Susan. No entiendo…mamá-

-Ay hija- la abrazo fuertemente- no te preocupes más, solo no te acerques a él ¿De acuerpo?- la miro a los ojos- no debes sentirte así por un idiota ¿Si?-

-Si…-

-Mi niña, solo hazme caso. No me gusta que sufras así- Mei asintió y salió del auto- Que tengas un bonito día- miro al asiento de atrás para ver a Kai jugando con su peluche- bueno Kai ahora somos tu y yo. Debemos ir a comprar los víveres-

Estuvo media hora en el supermercado comprando lo que hacía falta en casa, cuando ya estuvo listo fue a la caja a pagar, la que lo atendió era un Beta que al verlo sonrió ya que ese Omega es realmente lindo y más con esos color de ojos que no eran muy comunes en ese vecindario. Luego de que pagara se fue con las compras hacia el estacionamiento, primero dejo a su hijo en el asiento de atrás en la silla especial, luego coloco sus compras en el maletero para luego subir al auto. Antes de encenderlo lo pensó un poco estaba cerca de la casa de su hermana por lo cual iría a visitarla.

𝑰𝒏𝒇𝒊𝒆𝒍 [𝑶𝒎𝒆𝒈𝒂𝒗𝒆𝒓𝒔𝒆]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora