Los años transcurrían mientras su legado quedaba en el olvido. La vida continuaba y las personas evitaban rememorar aquel horrible acontecimiento, a pesar de los sucesos toda la armonía parecía haberse reincorporado a la vida del mundo mágico.
Pero...
Es increíble todo lo que puedes pensar teniendo la mente en blanco. Y más si son las 7 de la mañana.
Lily Luna Potter estaba, como de costumbre, cepillando su sedoso cabello y admirándose en el gran espejo que había en la habitación de chicas de 3er curso perteneciente a las instalaciones de Gryffindor.
Al finalizar la tarea que le había ocupado unos buenos 5 minutos, dio media vuelta y dejó el peine encima de su cama.
Agarró su mochila, previamente organizada y se detuvo unos instantes en lo único que decoraba su mesita de noche.
Una foto de su familia.
Aunque Lily recordaba perfectamente los rostros de sus padres, 4 meses sin verlos habían supuesto un distanciamiento notable. La pequeña salió de su habitación hacia el gran comedor con esa idea aún en la cabeza.
Las siguientes horas no supusieron nada fuera de lo habitual: transformaciones, 2 horas de pociones, el almuerzo, hora libre y herbología. Esta última, aún siendo la más fácil, se había convertido en la más complicada de superar.
El profesor, el padre de Frank y Alice, era un notable miembro de la orden del fénix.
La única razón por la que los Potter habían permanecido en Hogwarts esta navidad fue una misión secreta en la que sus padres, como jefes de la corporación, debían asistir. Lily ya no contestaba sus lechuzas, pero teniendo otros factores en cuenta, de los tres hermanos era la que se llevaba mejor con sus padres.
James, en último curso, estaba demasiado enfadado con ellos por el castigo sin excursiones a Hogsmeade debido a la pequeña inundación debido a un aguamenti y un accio mal conjurados entre sí.
Pero si hablamos del hermano mediano... Albus estaba resentido con sus padres por todo.
Primordialmente por la falta de atención y el distanciamiento.
Lily era neutral. No quería bajo ningún concepto que acabaran las clases y tener que vérselas sola en casa en una guerra continua, como había pasado el último verano. No, no podía ser así...
-¿Qué utilizaríamos plantea o afrea, Lily?- el profesor Longbottom cortó el hilo de sus pensamientos como si fueran cordeles de un manojo de globos.
Lily se sobresaltó tanto que todo el mundo se puso a reírse.
-Ehh.. Si, si... Para.. Esto.. Para las mandragoras es mejor plantea. Evita que les crezcan mucho las raíces..- menos mal que Lily conocía perfectamente todo el temario de la asignatura.
-Exacto, si utilizáramos afrea las raíces sobrepasarían los estimado y podrían gritar hasta enterradas...- el profesor siguió hablando pero Lily volvió a centrarse en sus pensamientos como si no hubiera habido interrupción alguna.
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-Venga Lily... Porfa, no quiero ir solo, Mcgonagall me da un poquito de miedo...- James había estado todo el día insistiendo para que su hermana pequeña le acompañara al despacho de la directora, ya que debía recoger el mapa que le había sido confiscado.
Él mismo sabía que si Lily iba, Mcgonagall no tendría problema en devolvérselo.
-Bueno, no tengo nada para mañana, y supongo que podría sacar un poco de tiempo...- Lily, que no tenía ninguna excusa cedió al final- de acuerdo... Te acompañaré, pero me tienes que dejar tu Nimbus 2100 este verano.
-Eso está hecho- dijo James con una amplia sonrisa.
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Era una realidad que los tres hermanos Potter eran los alumnos que conocían mejor el colegio, pero a Lily le seguía intimidando andar sola por los pasillos.
Un aura sombría hacia que el aire pesara más de la cuenta y fuera complicado concentrarse.
Además sumamos lo intimidante que suponía tener cuadros persiguiéndoles con la mirada.
Pero la pequeña intentaba pensar que no había nada raro en ese pasillo que conducía exclusivamente al despacho de la directora. Aunque ese día era diferente. Lily no sentía pesadez, sentía más bien tristeza.
Una tristeza totalmente inexplicable y extraña que no tenía ninguna fuente ni provocador y que incomodaba aún más que de costumbre.
Y por fin.
Allí estaba. La entrada al despacho de la directora. James miró a Lily con una mirada preocupada.
Ésta, sabiendo que su hermano no tenía ni idea de la contraseña, le sonrió y dijo algo y claro:
-Ojos de lechuza con salsa de caramelo- y mágicamente la puerta se abrió.
Pero al llegar a la puerta todo cambió.
Lily estaba a punto de dar el primer paso para descubrir quien era realmente.
Abrió la puerta.
Y allí, de pie, se encontraba nada más y nada menos que Harry Potter.
¡Bienvenidos a todos! Éste es el primer capítulo de MI PRIMER FANFIC, así que estoy súper emocionada. Muchas gracias por la lectura. ACTUALIZARÉ TODOS LOS VIERNES. Deja tu VOTO y COMENTA. Me gustará saber que te gusta la historia tanto como disfrute yo escribiéndola. Invito especialmente a Celiasylveon11 y a princess--pink . ¡Nos leemos!
