Capítulo 6

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Los rayos de sol atravesando la ventana.

La dulce respiración de sus compañeras de cuarto.

El suave tacto de su piel.

Lily acababa de despertarse y una gran sonrisa iluminó su rostro como una vela en una sombría habitación. Algo dentro de ella le decía que ese iba a ser un gran día. No sabía muy bien por qué, pero se sentía llena de felicidad y de energía, las cuales tenía que aprovechar.

Agarró su bufanda de Gryffindor y su varita y salió disparada de la habitación, a lo que ella creía, un gran día. No se cruzó con nadie en su camino. Lo cual la extrañó, pero sin darle mucha importancia, siguió con su día perfecto.

Al llegar al patio, un viento helador pasó a su lado rozándola con una leve caricia. Ella, involuntariamente, se sacudió. Y un ruido llamó su atención.

Era una respiración muy parecida a la de un humano. Era pausada y tranquila. Pero, no era tranquilizante para nada. Estaba cargada de oscuridad.

Para poder percibirla mejor, Lily aguantó la suya propia, y por puro miedo a darse la vuelta permaneció quieta. Como una nota musical, la respiración se fue apagando y apagando, hasta no ser más que un leve susurro. Fue sólo en ese momento cuando Lily se atrevió a dar alguna señal de vida, miró a su espalda, pero no había nada.

Hasta que un grito desgarrador sonó por todo el colegio.

En este tipo de situaciones; la introvertida chica solía quedarse paralizada por el miedo, pero ese momento fue diferente. La chica reconoció a la perfección la voz que había gritado. Una voz tan familiar como la suya propia.

La de Scorpius Malfoy.

Lily reaccionó en menos de medio segundo, y comenzó a correr. Corrió y corrió mientras las lágrimas se derramaban inertes por sus hermosos ojos verdes. Mientras gritaba y gritaba el nombre del chico del que estaba enamorada en secreto. Mientras sus pensamientos intentaban, inútilmente, detenerla.

El subconsciente de Lily tiraba de ella como si de una cuerda se tratase. Pero algo más fuerte tiraba de ella en dirección a Scorpius.

Su corazón.

Tiraba de ella y la llenaba de adrenalina.

No pasaron más de 2 minutos hasta que la chica llegó a la entrada de la sala común de Slytherin. No hubo problema al entrar, la puerta se hallaba abierta y con restos de cenizas. Alguien había quemado la entrada.

Su razón tiró de nuevo de ella para que no pudiera entrar allí. Pero su corazón tiró muchísimo más fuerte y la impulsó con una fuerza descomunal.

Lily siguió los restos de cenizas. Los cuales le llevaron a la habitación que compartían Scorpius y su hermano. La puerta estaba hecha pedazos, al igual que la de la entrada. Y al entrar se encontró a su hermano tirado en el suelo.

— ¡ALBUS! ¡ALBUS! ¡¿Qué ha pasado?! - Lily gritaba y sacudía a su hermano mientras numerosas lágrimas derramaban por sus mejillas involuntariamente.

— ¡ALBUS! ¡ALBUS! ¡¿Qué ha pasado?! - Lily gritaba y sacudía a su hermano mientras numerosas lágrimas derramaban por sus mejillas involuntariamente

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— ¡¿¿CÓMO HA PODIDO OCURRIR??! - gritaba Draco Malfoy - ¡¿¿QUÉ TIPO DE SEGURIDAD BLINDA EL COLEGIO A LOS ALUMNOS??!

— Draco, tranquilízate, lo encontraremos - le decía su mujer, Astoria.

— Lo vi con mis propios ojos; era Voldemort - dijo Albus Potter rechinando los dientes - me lanzó y se llevó a Scorpius.

— ¿Cuál será el propósito de semejante acto? - dijo Hermione Granger, actual ministra de magia.

El despacho de la directora se había convertido en una sala de discusiones. Todo el mundo tenía su mente trabajando a 1000 por hora, para poder encontrar al joven Malfoy.

Todos menos una persona.

En el rincón más apartado de la estancia, una persona había sido despojada de todos sus sentimientos. No tenía capacidad de reacción ni de movimiento.

Lily Luna Potter.

La chica estaba rodeada de una burbuja invisible, la cual la incapacitaba y le impedía sentir. Ella había intentado salir de aquella destructiva y horrible estructura, pero al hacerlo, un dolor agonizante la recorría y una sensación de vacío se apoderaba de ella. Lily quería a Scorpius como si de un hermano se tratase, pero en los últimos tiempos, el joven había hecho florecer en la pequeña la semilla del amor.

Con Scorpius, Lily se sentía muy diferente que con el resto de personas.

Sus sonrisas le dejaban sin habla. Su voz le derretía el corazón, sus caricias involuntarias la sonrojaban, sus miradas le aceleraban el corazón y su presencia conseguía llenar a Lily de felicidad y seguridad.

Y en estos momentos se encontraba perdido en el mundo. Lily tuvo que salir de su escondite, de aquel lugar que le blindaba la esperanza de una vida sin dolor, redimiendo cualquier dolor físico.

Tenía que salvar a Scorpius. Ella misma sabía que para él no era más que la hermana de su mejor amigo. Pero su corazón había tomado las riendas de sus acciones.

— No servirá de nada que sigamos discutiendo - dijo Lily. Todo el mundo se quedó paralizado. El tono de Lily expresaba un dolor mayor al de cualquiera en la estancia. La chica no se había fijado en que tenía el rostro lleno de lágrimas, pero en ese momento no tenía importancia.

— Cariño, intentamos averiguar qué es lo mejor - la tranquilizó su madre.

— No - repuso Lily - solo queréis ver quién lleva la razón. Esto no es una guerra entre amigos, esto es serio. El destino de Scorpius corre peligro, y nosotros lo único que estamos haciendo es discutir sobre a quién avisar.

— Lily tiene razón - refutó James.

— El señor Malfoy me llevó ante el señor tenebroso - dijo la pelirroja dirigiéndose a Draco - creo que él puede saber dónde está Scorpius.

— Mi padre puede haber hecho muchas cosas malas, pero nunca pondría en peligro a su propio nieto - se defendió Draco.

— ¿No lo entendéis verdad? - dijo Lily. Le estaba costando no llorar pensando en lo que estaba a punto de decir y estuvo tentada de volver a entrar en su burbuja - Voldemort no quiere a Scorpius. Me quiere a mí. Bueno, quiere venganza. Su secuestro ha sido solo un as bajo la manga, nos está intentando incapacitar.

Lily pensó dos veces lo que acababa de decir. Voldemort tenía a Scorpius por su culpa. Si ella estuviera muerta todos estarían a salvo y todos los problemas habrían quedado solucionados. Se imaginó a Scorpius saludándola desde el fondo de la habitación y dándole una palmadita en el hombro, no era justo. Él era un chico extraordinario y no iba a dejar que le pasara nada.

Y de pronto, la joven recordó la conversación que tuvo con Scorpius cuando retó a Lucius al duelo. Fue como un flash pasando rápidamente por sus ojos. El mismo chico le dijo que no iba a dejar que le pasara nada.

Lily no había entendido el peso que tenían esas palabras hasta ahora.

¡Bienvenidos una tarde más al maravilloso mundo de Harry Potter! ¿¡SCORPIUS!? ¿SECUESTRADO? ¿QUÉ ESTÁ PASANDO?
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Lily Luna Potter y el nuevo comienzo #LumosAwards2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora