Capítulo 5

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Me encontraba flotando en el vacío.

Lo más extraño era, que no era un vacío físico. Simplemente me encontraba en medio de la nada.

No había nada. Ni siquiera sentía mi propia presencia.

De repente, ese vacío se apoderó de todo mi ser, dejándome a la deriva.

Lo había conseguido. Ya no pensaba ni sentía. Era consciente de todo, pero ya nada ocupaba mi mente. Todo eran pensamientos rápidos. No me acordaba de quién era ni de dónde venía.

Nada.

La gran nada se había ocupado de vaciar toda mi memoria.

A lo lejos, vislumbré un resplandor. Un resplandor blanco. Blanco como la nieve. Un blanco cegador. Que fue seguido por la presencia de una mujer. Intenté reconocerla, pero la nada me lo impedía. Se acercó a mí, con una gran sonrisa en su cara de ángel. Y me miró.

Era una mirada tan familiar... Tan acogedora... Tan cercana...

Sus ojos eran verdes, verdes como el más hermoso de los prados.

Sentía la necesidad de preguntarle una infinidad de preguntas. Una infinidad de preguntas que llenaran el vacío. Pero ella se me adelantó. Sin ni siquiera mover los labios me dijo:

—Todo saldrá bien.

Todo el mundo estaba paralizado

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Todo el mundo estaba paralizado. Paralizado por el miedo, la angustia, pero sobre todo; por la ira.

Lily era una niña extraordinaria, y estaba tendida en el suelo como un muñeco de trapo.

Las mirada de su madre expresaba el dolor más absoluto. No hay nada peor que perder a un hijo. Y Ginny estaba teniendo mil y un sentimientos en ese momento. Soledad, rabia, vacío, irritación... Y dolor. Muchísimo dolor. Un dolor inimaginable. Que la estaba consumiendo por segundos.

Harry Potter tenía la mente en blanco. No podía pensar. No podía reaccionar a lo que acababa de pasar.

Y Scorpius... Su dolor era muy diferente al de Ginny. Él no podía imaginarse un mundo sin Lily. Sin su sonrisa, sin sus miradas, sin sus caricias, sin sus chistes, sin sus consuelos... Sin ella. No era posible, no podía estar ocurriendo.

En medio de todos estos pensamientos, lo único que se podía oír eran las carcajadas atronadoras y diabólicas de Lord Voldemort. Riéndose de la familia que acababa de destrozar.

Y de la nada, en esos trazos de dolor y sufrimiento, una ralla de esperanza tocó el horizonte. Una luz cegadora brotó del cuerpo de la pequeña. Y de la nada se alzó una criatura espléndida.

Era un ángel, la felicidad y la bondad personificadas. Reflejadas en un rostro liso como la porcelana y un cabello sedoso como el mar. Con unos ojos verdes resplandecientes.

Lily Luna Potter y el nuevo comienzo #LumosAwards2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora