Hoy es el día, hoy entra Mia a nuestra clase, tengo muchas sensaciones y la gran mayoría son malas, sensaciones entre inquietas, desconfiadas, miedo y la única que me queda son los nervios, si esa es la única que se puede llamar buena entre todas las demás, seamos sinceros tampoco es que sea muy buena esa sensación, esos nervios son a causa de pensar en el que hará Jesús, mi Jesús, cuando la vea no sé qué hará y estoy demasiado nerviosa, pensar que me pueda llegar a dejar me parte el corazón.
Salgo de mis pensamientos cuando mi madre entra a la habitación metiéndome prisa para que baje a montarme en el coche, ese medio de transporte que me llevara a mi gran pesadilla.
(...)
Bajo del coche insegura buscando a Ainhoa con la mirada, una vez que la visualizo camino hacia ella.
-Buenos días amor - me dice, seguidamente me saluda con dos besos los cuales le correspondo.
Saludo a Luna y a Cristian que son los que de momento han llegado y comenzamos una conversación de temas triviales, cuando vemos una cara nueva entre todas aquellas que hemos visto todos los días que llevamos de clase, y por lo que veo ella debe de ser la majestuosa y famosa Mia, cuando me visualiza me sonríe falsamente con un toque digamos de malicia y sé que no tiene muy buenas intenciones.
-Tranquila- me acaricia el brazo Ainhoa - Jesús te quiere a ti.
Le sonrió asintiendo y vamos entrando dentro del edificio, una vez que estamos en nuestra clase y nos sentamos en nuestros respectivos pupitres entra él, esa persona a la que tengo miedo de perder, me sonríe y se dirige hacia a mí y a su asiento el cual está al lado del mío, cuando pasa por al lado de Mia la mira con despreció y tristeza y sigue su camino pero ella lo coge del brazo haciendo así que se de la vuelta.
- ¿No me vas a saludar? - dice coqueta. - Ayy si perdona - le sonríe y le da dos besos, ella me mira con maldad, le dice algo en el oido y Jesús continúa su camino hacia mí, se sienta en su pupitre sin mirarme si quiera y empieza a sacar los libros de la asignatura que toca.
- ¡Hola Ainara! ¿como estás? ¿Has dormido bien? ¡Hola Jesús! Estoy bien Gracias por preguntar - digo irónicamente mirándolo, eso me ha dolido mucho.
- Hola - dice mirando al frente.
- Estupendo.
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La profesora entra y empieza a dar clase y sinceramente no sé de qué está hablando si quiera, estoy pensando en Jesús es que no entiendo que le pasa conmigo, es increíble.
(...)
Es la hora del recreo y estamos todos sentados donde siempre tomándonos nuestro almuerzo, lo que ha cambiado es que Marcos está con nosotros y que Jesús no está aquí, ninguno sabemos donde se ha metido, no sé que le pasa conmigo sinceramente está desaparecido y para variar Mia tampoco está por el patio ¿es más que obvio no? Lo mejor de todo es que tengo unas ganas de llorar inmensas y al fin las derramó cuando veo claramente una escena que me lo dice todo, un Jesús riendo como nunca con Mia y de vez en cuando se abrazaban o ella le daba pequeños puñetazos en el brazo riendo, básicamente lo que se llama un tonteo bastante claro, pasan por nuestro lado y Mia es la única de los dos que dirige su vista hacia nosotros sonriendo, me levanto y corro hacia los baños no aguanto más ¿que le está pasando a mi novio ? ¿Que le he hecho para que no me haga ni puñetero caso ? Y la mejor pregunta ¿donde está ese dolor y ese corazón roto causado por ella? ¿Donde? Porque parece que no ha existido jamás.
