Bueno sinceramente no sé si estoy preparada para volver al instituto, pero lo tendré que descubrir en... ¡Ya!
Todos mis amigos se acercan a mí como si no me ubieran viesto en años o me ubiera pasado alguna situación en la que estubiese entre la vida y la muerte, son demasiado exagerados todos, me dan un abrazo y dos besos, y cuando llega el turno de Luna le susurro al oído.
- ¡Por fin estás con Marcos eeh pillina! - pongo cara de pervertida.
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Ella ríe y me vuelve abrazar, la verdad es que necesitaba volver a pasar tiempo con mis amigos me alegran la vida, sinceramente no sería nada sin ellos, son lo mejor de lo mejor.
Suena el timbre lo que hace que todos movamos nuestros culos demasiado apurados hacia nuestra clase, estamos entrando cuando escucho esa risa, la inigualable y preciosa risa del famoso Jesús Oviedo, todos nos giramos para ver la siguiente imágen de Mia y Jesús, él esta haciendole cosquillas a ella con sus labios en el cuello.
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Cojo aire, miro hacia el frente y ando con paso firme, la mirada de preocupación por parte de mis amigos pasa a ser una mirada divertida y orgullosa, por no hablar de la cara que se le ha quedado a Jesús al ver que estaba allí y que no le he tomado ni la mínima importancia, eso sí que era un cuadro, y no de estos normalillos, no, un cuadro en el que aparece con cara de orangután, vamos la que tiene, podéis pensar lo que queráis pero yo os digo que Jesús Oviedo es un orangutan tremendamente gilipollas, pero no os preocupéis que no os va ha hacer nada, tranquilos, yo me encargo de llamar a un zoo y que se lo lleven lo más lejos posible de aquí.
(...)
Ya es la hora del recreo, pero la verdad que las dos primeras horas no estuvieron nada mal, que ¿por qué? pues porque le pedí al profesor que si me podía cambiar de sitio con la excusa de que no veía desde el mío haciendo así que me cambiaran de al lado de Jesús y se quedara bastante impresionado por lo que hice, poder ver esa cara valía millones en serio.
