Capítulo 3: Mariposas revoloteando.

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--Capítulo 3—

Este no era un día cualquiera, Guillermo y su estómago lo sabían, pues desde que él despertó, había sentido como miles de mariposas revoloteaban en su interior, poniéndolo nervioso, a pesar de que por la mañana su día fue como cualquier otro; desayunó tostadas con mantequilla, y bebió un café, se vistió con su uniforme, cepillo sus dientes y su cabello, y tomo su mochila y cartera antes de marcharse, al llegar al instituto se topó con Fernando, un chaval de 2° grado que le había gustado hace un año, él era más bajito que Guillermo, pero tenía unos ojos color miel que enamoraban a cualquiera, él era bisexual por lo que Guillermo tuvo una oportunidad de salir con él, ¿Por qué no fue así? En pocas palabras, el propio Guillermo se alejó de él pues todo iba bien, y creyó que era imposible que la vida le sonriera, por lo que dejó de verlo para ahorrarle daños a ambos, sobre todo a él, pero cuán equivocado estaba, Fernando se había enamorado de él, cosa que Guillermo no sabía.

-Hola Guille, ¿Qué tal te va?-Fernando no le guardaba rencor, todo lo contrario, aún lo apreciaba.

-Todo bien, ¿Y a ti que tal?

-Me alegro, yo también estoy bien, pero ya sabes, la de física nos ha dejado un proyecto para la siguiente semana y mi equipo es una mierda.

-Vaya, es una lastima, si necesitas algo que pueda ayudarte dímelo, puedes contar conmigo, ¿Lo sabes no?

-Claro que sí, gracias Guille.

Guillermo estaba a punto de entrar a su aula pero Fernando lo detuvo, tomándolo del brazo derecho.

-Aguarda un segundo.

-¿Sí?

-No es por entrometerme pero hace un año fue lo nuestro, y ahora que yo estoy saliendo con Sandra, me preguntaba si tu sales con alguien.

-Bueno, no estoy saliendo con nadie, pero debo confesarte que me atrae alguien, no es de este instituto, y ni siquiera sé si le gusto-respondió ruborizado.

-Me alegro por ti-y Guillermo sabía que lo decía de verdad-Y te deseo suerte, cualquiera que este salga contigo será muy afortunado.

Guillermo sonrió, le murmuro un simple "gracias", y antes de que pudiera girarse, Fernando plantó un beso en su mejilla, Guillermo pensaba que ese chaval era un encanto.

Finalmente entró a su aula, aun no llegaban sus amigos por lo que decidió mirar el móvil un rato, en cuestión de minutos llego uno a uno, el último en llegar fue Pablo, como siempre.

El profesor no tardó en llegar, nunca había llegado tarde, y hoy no sería la excepción, Guillermo creyó que sería un día normal, al llegar el receso se dio cuenta de que se equivocó, recibió un mensaje de su madre: "He pedido salir antes del trabajo para cocinar todo, yo recogeré a Carol, dejare 100 euros en la mesa de la entrada para que te compres ropa nueva y el vecino te note, lleva a Frankie para que te ayude, te quiero."

-No me lo creo-respondió David entre risas-Tu madre es la hostia.

-David tiene razón, mi madre jamás me animaría a salir con alguien, ella solo quiere que estudie.

-Es muy guay, pero acaba de decirme indirectamente que mi manera de vestir es fea, y la de Frank no.

-¿Qué se le puede hacer?-Respondió Francisco riendo-Tu madre me ama.

-Incluso creo que te quiere más que a mi, tío.

-Eso no te lo discuto.

-Bueno, el punto aquí es que vosotros iréis a comprar ropa, y escúchame bien Guille, nada de tus sudaderas ni camisetas de Jack & Jones, ¿Entiendes? Esta cena es importante.

"Nuestra historia"Where stories live. Discover now