[narrado]
Ya estaba dicho, se iban a ir a vivir juntos. El hermano del Javier, Camilo, les había ofrecido su viejo departamento ya que él se iba a ir a Estados Unidos a vivir con la polola. El departamento era ni tan amplio ni tan chico, era lo justo y lo necesario, nada al estilo kardashian o alguna de esas weas.
Ese día iban a mudarse, la Belén estaba rozando los nueve meses y por poco no la tenían que llevar en grúa.
-¿Estai segura de querer mudarte hoy? Podemos esperar a que nazca la porotito y después nos mudamos. -dice el Javier ayudandole a la Belén a ponerse los zapatos.
-Quiero que cuando nazca la porotito ya tengamos un lugar a donde traerla y no a la casa de nuestros papás, quiero llevarla a nuestro hogar.. Un hogar tuyo, del Gabo, mío y próximamente de la porotito. -dice la Belén amarrándose el pelo.
El Javier accedió y llamo a los cabros pa que lo ayudaran con las cosas de él y a las chiquillas pa que fueran con la Belu a buscar todas sus weas pa después irse al departamento.
La Belén espero a que llegara la Janis, que era la única weona con auto y tampoco digamos que era la media wea de auto, era uno que le dejo el abuelo, rasca y piñuflo.
La bocina del auto de la Janis sonó avisando que ya había llegado y el Javier ayudo a la Belén a bajar, el Gabo también bajo corriendo con su mochila de mono puesta y tomo la mano de la Belu.
-¡Yo voy con mami! -gritó el Gabo dando unos saltitos.
El Javo miro a la Belén y esta asintió llevando al Gabo al auto, ambos subieron y saludaron a sus comadres.
-Amor, ten cuidado, te puedes lastimar. -dice la Belu mirando por el retrovisor al Gabo que estaba sentado junto a la Cona dando salto en su asiento.
-La Anto, la Vale y la Xime están en tu casa empacando tus cosas con ayuda de tu mamá.
-Mami, hambre. -dice el Gabo haciendo un puchero.
-Ya, mi vida, en cuanto lleguemos te daré de comer.
La Cona abrió su bolso y saco una barrita de cereal.
-¿Puede comer barrita de cereal? -dice la Cona preguntándole a la Belén como si fuera su patrona.
-Si, pero dale de a pedazos pequeños, tiene un diente suelto y no quiero que se le caiga y lo pierda en el auto.
La Cona le fue dando pedazitos al Gabo y este comía feliz como lombriz.
-Ya llegamos. -dice la Janis estacionando el auto afuera de la casa de la Belu.
La Belu se bajo con ayuda de la Cona y la Janis, le tiro las llaves a la Cona y agarro la manito del Gabo.
-¿Cuando va a salir porotito, mami? -pregunta el Gabo tocando el vientre de la Belu.
-Pronto, amor.
[ • • • ]
El Javo con todos los simios llegaron a la casa de la Belu en la camioneta del Dano, ya que este había aprovechado el fin de semana largo para poder ir a ayudar a sus amigos.
Tocaron la bocina y la mamá de la Belu grito que estaba abierto, los Cabros entraron y ayudaron a subir las cajas con cosas de la Belu.
La Belu salió con una caja y cuando la levanto para dejarla en la camioneta sintió un tirón en su zona baja.
-Mami, te hiciste pipí. -dice el Gabo poniendo sus manitos en ambas mejillas poniendo cara de asombro.
-¡Javieeeeeeeer!
El Javier llego corriendo y vio a la Belu agarrándose el vientre.
-Al hospital, ¡Ahoraaaaa!
-¡Danieeeeeeel!
Salieron todos los weones y de los últimos el Dano, el Javier tenía ganas de estrangularlo.
-Subete conchetumare y arranca pal hospital.
Todos se dividieron entre la camioneta del Dano, el auto de la Janis y el auto de la mamá de la Belu. En la camioneta del Dano iban la mamá de la Belu, el Javier, el Dano y la Vale; en el auto de la Janis iban esta misma, el Max, la Xime y el Jano; y en el auto de la mamá de la Belu iban la Cona, la Anto, el David (hermano chico de la Belu) y el Gabo.
En cuanto llegaron al hospital todos entraron armando medio escandalo, por su suerte el doctor que atendía a la Belu venía justo pasando con unos papeles en la mano.
-¿Ya rompió fuente? -pregunta el doctor mirando como el Javier y el Dano cargaban a la Belén, todos lo miraron como si fuera un enorme aweonao.
-Pues si, wey, no mames. -dice el David rodando los ojos.
-Fue una pregunta weona, lo siento. -dice el doctor para luego llamar a una enfermera para que trajera una silla de ruedas para meter a la Belén a parto.
La mamá de la Belén agarro el brazo del doctor y lo miro seriamente.
-No importa si ella se desmaya o tienen que pincharla, queremos un bebé sano y fuerte.
El doctor asintió y se llevo a la Belén, todos fueron a sala de espera, el doctor solo salio para llamar a un enfermero para que trajiera la anestesia.
Ahora solo les quedaba esperar.
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Te sigo amando, weon (#2)
Contola misma mierda de siempre, los mismos weones de antes. || segunda parte de Te amo, weona ||