Capítulo 7.

3K 223 0
                                    

Pov Holly.

En mi cabeza no cabía la idea de que Matthew negara a su novia, la pobre chica no debe estar enterada de que el capullo la niega y juega con ella de una manera tan vil, solo suspire levemente y Annika me miro con una sonrisa, ella era una chica muy linda, su cabello castaño caía por sus hombros de manera que este le llegaba a la mitad de su espalda confundiéndose con su piel morena.

—Sabes Holly, tengo una hija, la cual vive en Africa con mi hermana y cada día espero verla, se llama Maika y es mi mayor tesoro —articulo la morena con una gran sonrisa en su rostro.

—No sabía que tuvieras una hija Annika, te ves tan joven que no pensé que fueras madre —arrugue mi nariz perpleja; —es algo increíble, no parece que fueras madre —sonreí enormemente mientras me acomodaba en mi cama.

—Tiene 4 años y es la luz de mi vida, aunque la tuve muy chica, apenas tengo 25 años y créeme que ser madre sotera, no es nada fácil más cuando tienes que irte a otro país a ganarte la vida —estaba nostálgica al recordar a su pequeña hija.

—Tengo la pequeña corazonada de que pronto la verás, no te sientas mal, tu hija se debe sentir muy orgullosa de ti —toque su mano con una sonrisa a lo cual ella correspondió con un apretón de mano.

—Lo hago, día a día le ruego a Dios que me permita volver a ver a mi pequeña —sonrió ampliamente y asintió contenta, aún ella tenía la esperanza de ver a su pequeña hija.

—Y la verás pronto —articulé tomando su mano; —ella estará feliz de verte, quizás no hoy, menos mañana, pero eso ten por seguro que un día de estos la verás y valdrá la pena todo lo que estás haciendo por ella en estos momentos —culmine con una leve sonrisa.

—Holly tienes un gran corazón, no es justo que estés pasando por esto, deberías estar en este instante con tu familia y todos los que te quieren, rodeada de mucho amor —comento ella haciendo una mueca.

—Sé que no es justo, pero vamos, ¿la vida es justa? —cuestione divertida.

Annika solo sonrió negando con la cabeza, la puerta se abrió dejando ver a Hellen con una gran bandeja llena de fruta picada y jugo de tamarindo, se acercó a nosotras y con una gran sonrisa nos saludó para así correr las cortinas de la gran ventana para dar paso a la luz de la mañana.

—Creo que es prudente que bajes al jardín, te hará bien tomar un poco de aire fresco y Matt me dijo que podías utilizar la piscina para mejorar tu recuperación —nos miró a ambas con una sonrisa.

—Es una buena idea Hellen, Holly necesita seguir unos ejercicios en el agua para poder seguir con su rehabilitación —espeto Annika, ella se levantó de la silla y me tomo por el brazo; —vamos, Holly te ayudaré a bajar las escaleras para ir a la piscina —agrego ayudándome a mover.

Asentí y me levante dando zancadas para salir de la habitación, a veces me aburre estar sola sin hacer nada cuando Annika sale por mi medicina o simplemente sale de mi habitación o cuando Hellen se marcha de la casa dejándome sola completamente.

Aunque mi recuperación cada día es mejor, no puedo negar que dolían los masajes como los mil demonios, pero, ¿acaso nunca podre recuperar la memoria?, creo que eso únicamente lo sabe el destino, porque yo no sé ni quién soy misma.

Tenía puesta mi pijama de osos y era incómodo a veces que Annika me ayudara a cambiar de ropa, aunque nunca me había visto desnuda, lo había hecho en ropa interior y era un poco incómodo que lo hiciera.

Hoy era un hermoso domingo lleno de sol, me adentre al baño y me acomode sobre el borde de la tina para ponerme mi vestido de baño, me hice una coleta alta y con poca dificultad me puse el dichoso vestido de baño para bajar.

—Holly, ¿estás lista linda? —cuestiono Annika desde afuera.

—Sí, puedes pasar —grité para que me escuchara.

Ella entró y me ayudo a salir, aunque caminaba adolorida, sabia que estos masajes me servirían de mucho para mi rehabilitación, llegamos frente a una habitación y la puerta se abrió dejando ver a la pelirroja de la entrevista parada frente a nosotras nos miró de mala manera, solo llevaba puesta una camisa de Matthew la cual le llegaba a sus muslos y llevaba su cabello en una coleta.

—Buenos días, quiero un jugo —nos saludó con una sonrisa falsa.

—Buen día Srta. Hammeson —saludo Annika de buena manera.

—¿Y tú quién eres? —cuestiono y me miro con cara de pocos amigos.

—Holly Daniels, Srta. Hammeson —la miré sería.

Ella únicamente dio una carcajada sonora y entro de nuevo a la habitación, ¿acaso había pasado la noche con Matthew?, pues clara tonta, son novios y es algo normal en una pareja, que pasen tiempo juntos y duerman.

Annika me termino de ayudar a bajar las escaleras y llegamos al jardín con un poco de trabajo, me adentré dentro de la piscina, la morena se metió a mi lado para comenzar los masajes, había conocido a la tal Scarlett Hammeson semidesnuda en la habitación de Matthew y una pequeña punzada se instaló en mi pecho, solo respiré un poco molesta.

Después de dos horas de ejercicios y masajes decidimos salir de la piscina, mi piel ardía un poco, ya que estábamos expuestas al sol y estaba roja, mis pies dolían un poco, pero sabía que pronto caminaría bien sin tener la ayuda de alguien.

QUIÉREME DESPACIO ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora