Sus labios se rozaron, Fernando pudo observar como ella cerraba los ojos al contacto, él hizo lo mismo y se dejó llevar. Fue un beso totalmente tierno, la tomó de la cintura mientras disfrutaba el momento. Lucero pasó sus brazos por el cuello de él, era un momento demasiado romántico, duraron unos minutos más besándose. Después ambos se separaron al mismo tiempo lentamente, estaban un poco agitados y trataban de recobrar la respiración.
-Eso fue... fantástico- susurró Fernando, luego la observó fijamente a los ojos mientras se acercaba lentamente a ella, uniendo sus labios de nuevo.
Volvieron a besarse tratando de mitigar su deseo pero en lugar de eso, éste se hacía cada vez mas grande. Los labios de ella eran carnosos, además tenían un sabor dulce, eso los hacía perfectos, Fernando estaba desesperado, quería saborear toda su boca en un instante, mordió el labio inferior de Lucero delicadamente, ella le respondió haciendo lo mismo, ninguno de los dos quería que ese momento terminara. Después de unos cuantos minutos separaron sus labios quedando sus rostros a unos pocos centímetros, rieron mostrando complicidad y se dieron otro corto beso.
Fernando comenzó a hablar -creo que después de esto...- unos gritos lo interrumpieron.
-Lucero, hija, ¿estás ahí?- parecía que su madre se acercaba.
-Debo irme- dijo Fernando, le dio un beso fugaz y se alejó sonriendo.
-¿qué haces aquí? ¿por qué desapareciste?- preguntó su madre, pero Lucero no le había prestado atención, tenía una sonrisa tonta en la cara -¿me estás escuchando, hija?-
-¿Eh? Ah si, es que sólo quería un momento de tranquilidad, había comenzado a marearme entre tanta gente- mintió.
-¿Ya te sientes mejor?- preguntó su madre un poco preocupada.
-Si, ya estoy bien, vámonos- dijo Lucero, le hizo una seña a su madre y caminaron hacia la salida.
A la señora todo le había parecido muy extraño pero, ¿qué razones tendría su hija para mentirle? Olvidó lo ocurrido y siguió caminando.
Durante el camino al hotel en el que se estaban hospedando, Lucero iba muy feliz mientras veía por la ventana, sólo bastaba recordar el beso de Fernando y su sonrisa aparecía de nuevo. Pero, ¿qué pasaría ahora? ¿Comenzarían una relación? ¿Estaba preparada ella para eso? ¿Él la estaría tomando en serio?
Llegaron al hotel y bajaron del auto, la madre de Lucero le dijo que tenía que arreglar unas cosas en la recepción pero que ella podía ir subiendo. Lucero así lo hizo, subió por el elevador con la esperanza de encontrar a Fernando y si lo encontró, pero no de la manera en que esperaba, él estaba abrazando a una mujer, quedaba de espaldas a Lucero por lo que no la vio entrar a su habitación.
Lucero ya estaba en su habitación se sentía... ¿celosa? Si, si lo estaba, no le gustó para nada ver a Fernando fuera de su habitación abrazando a esa mujer. ¿Quién era ella? O peor aún, ¿Qué hacía ahí?
Se sentía estúpida, lo peor de todo es que no tenía derecho a reclamarle o preguntarle algo, sólo se habían besado, eso tal vez no significaba nada para él.
Se acostó en su cama tratando de descansar, tratando de evitar pensar en lo que estaría haciendo Fernando con esa mujer.* * * * *
A la mañana siguiente Lucero deseaba ir a correr, era una forma de relajarse. Era muy temprano, era extraño, pero ya no deseaba ver a Fernando, al menos no como los días anteriores.
Salió de su habitación y ahí estaba él, pero no estaba solo, la chica de la noche anterior estaba con él, en la puerta de su habitación, besándolo.
Lucero observó por unos segundos, Fernando en ese momento se separó de la chica y vio a Lucero, ella se apresuró a irse.
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Un Lucero en mi vida
FanfictionLucero... mi Lucero, cómo describirla, simplemente es perfecta; es demasiado hermosa, la mujer mas hermosa que vi y veré en mi vida, también es muy talentosa y lo más importante es que tiene un gran corazón. Yo tuve la fortuna de conocerla y no habl...