XXII. Acontecimientos inesperados

178 4 2
                                    

Después de los hechos anteriores, los Caballeros habían vuelto a la Mansión Kido, y vieron en las noticias que el coliseo había sido incendiado.

Shun: —No entiendo, ¿Porqué habrían incendiado ese lugar?.
Hyoga: —Seguramente están desesperados por recuperar la armadura.
Seiya: —Perdemos el tiempo intentando comprender sus razones, debemos pensar en el modo de vencerlos.
Yume:"Me pregunto, ¿Qué habrá pasado con Agnes?, ¿Cumplirá su palabra?".
Shiryu: —Pues yo tengo una idea, ¿Qué les parece si nos ocultamos por un tiempo?, Solo así el casco estará protegido.
Tatsumi: —¿Estás loco?, Así no cumpliremos los deseos de mi difunto amo?.
Seiya: —¡Tiene razón!, Aunque hayamos vencido a Alluriana, otros vendrán por el, si al menos supiéramos quien manipuló a Ikki y a ella, estaríamos al tanto del enemigo.

Todos se quedan pensando acerca del comentario que hizo el moreno.

Shun: —Eso habría sido posible si nos lo hubiera dicho a tiempo, o mejor aún, si estuviera vivo.
Yume: —Shun, el se sacrificó para salvarnos, al igual que Haruka, ¿Comprendes?.

El solo asiente con la cabeza, y la observa por el rabillo del ojo, a pesar de la difícil situación, el estar cerca de Yume lograba calmarlo y olvidar todo lo malo. En el Santuario, Ícaro y Marin caminaban tranquilamente, pero se toparon con los hombres del Gran Maestro atacando al Caballero de Cristal, este los derrotó y exigió ver a su santidad, apareciendo frente a el.

Arles: —¿Así que querías verme?.
Cristal: —¡Oh Gran Maestro!, ¿Cómo pudo alejarse del buen camino?.
Arles: —¡Tu no eres nadie para decirme que debo hacer!, ¡Yo soy el que da las ordenes aquí!.
Cristal: —¿Pero qué?.
Arles: —¡Cristal!, ¡Mírame!, ¡Mírame bien!.

Al obedecerlo, fue víctima del Satán Imperial, cambiando su personalidad, y jurandole fidelidad, la amazona y el arcángel quedaron sorprendidos ante tal suceso, pensando que los Caballeros de Bronce ahora deberían desconfiar del Maestro Cristal, aunque no se lo creyeran. Por otra parte, Shun y Saori subieron a un helicóptero, iban a refugiarse junto con el casco, puesto que tomaron en cuenta la propuesta de Shiryu.

Yume: —¡Adiós Shun!, Cuida bien de la señorita Saori y del casco.
Shun: —¡Claro!, ¡Así será!, ¡Hasta pronto amigos!. 👋
Todos: —¡Hasta pronto Shun!. 👋

El helicóptero se puso en marcha, mientras los demás lo contemplaban.

Shiryu: —Debe haber alguien que sepa algo sobre el Santuario.
Hyoga: —Yo le preguntaré al Caballero de Cristal, el fue mi maestro temporal.
Seiya: —Yo iré con Marin, mi maestra.
Yume: —Y yo buscaré a mi maestro Ícaro, puede que tal vez sepan algo.

Ícaro y Marin no dejaban de pensar en lo sucedido, e intentaron pensar en como prevenir a sus discípulos, pero fueron interrumpidos.

Aioria: —¿En qué piensan?.
Ícaro/Marin: —¡En nada!.
Aioria: —No les creo nada, cuéntenme, jamás los había visto tan preocupados.
Marin: —Pues... verás...
Ícaro: —E-Es una situa-ción difícil.

Shaina aparece junto a varios hombres.

Shaina: —¿Se puede saber qué están tramando?.
Ícaro: —¡Shaina!.
Marin: —Yo te pregunto lo mismo.
Shaina: —No tengo por que dar explicaciones.

Intenta atacar a Marin, pero Ícaro se interpone, usando su escudo de alas, y deteniendo uno de sus puños.

Shaina: —¿Porqué la defiendes tanto?, ¿Acaso ya te olvidaste de Nefertari?.
Ícaro: —¡Cállate!, ¡Mi vida no te incumbe!.
Shaina: —Entonces no te entrometas entre ella y yo, acabaré con su discípulo, así como Sanae terminará con Yume. Ríe maliciosamente
Ícaro: —¡No lo permitiré!. La suelta —Con nuestros discípulos nadie se mete, mientras estemos de pie.
Shaina: —Hablas muy pronto, se te van a caer las alas por ello.
Ícaro: —¡Que me las arranquen si es posible!, ¡Pero a mi querida Yume nunca!. 😠

☆ Saint Seiya ◆ El Sueño de un Arcángel ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora