0 5

2K 215 76
                                    

- ¿Hola? -hablo primero, ya que yo fuí la que llamó. Mi voz suena algo temblorosa por los nervios. Algo inusual en mí, ya que en realidad no tenía ni tengo mucho interés en hablar con Camila por teléfono, pero supongo que es más práctico y menos dañino para mis ojos escucharla que leerla.

No soy cruel, lo juro.

-Oh, hola -se escucha del otro lado de la línea, y su voz me parece extrañamente familiar: Suave, dulce, femenina- ¿Cold?

-No, Camilita. No conozco a esa persona con ese nombre tan extraño a la que conociste por Facebook. -ella ríe, y su risa es bastante linda, como un tintineo de campanillas. Sacudo la cabeza rápidamente, sacando esos pensamientos de mi retorcida mente.

-Tu voz es tierna. Aunque lo sarcástica lo arruina todo. -se apresura a decir.

-Mi sarcasmo es lo que le da carisma a mi personalidad. -replico, sentándome en la silla giratoria que hace unos años mi madre compró para su oficina, pero ahora se encuentra en mi habitación, desgastada, con trozos de esponja saliendo de las esquinas.

Recorro la silla hasta estar frente al ordenador y lo enciendo- ¿Para qué querías llamarme?

-Si te llamo no puedes ignorarme.

-Aunque en realidad yo te llamé, así que, yo estoy gastando mi saldo -digo, haciendo énfasis en el pronombre "yo", sonriendo a medias mientras abría mi perfil, sosteniendo el móvil entre mi hombro y mi oreja.

-Oh, vamos, Cold. Es lo menos que puedes hacer por mí, ya que eres una tremenda chica cruel y cortante.

-No sabes cuánto me hiere ese comentario.

-¿Lo ves? Ahí está otro comentario sarcástico, pero supongo que eso es lo que me gusta de ti.

Me incomodo un poco, ya que hace vario tiempo que no escucho halagos de parte de otra persona.

Normalmente los de mi clase me catalogan como la amargada del salón, la culera, la cara de orto, etc.

-Si haces estos tipos de comentarios la gente pensará que eres lesbiana -digo a manera de broma.

-¿Acaso la niña fría es homofóbica? -me dijo a modo de reproche, como si me estuviera retando a una clase de duelo imaginario.

-Oh, todo lo contrario. Amo ver a dos hombres besándose y teniendo coito en páginas porno. No sabes cuánta sensualidad hay en eso. -comento con total naturalidad, lo que la hace estallar casi a carcajadas- Es en serio, Camila, los gemidos de un hombre siendo el pasivo podrían ser más orgasmeantes que las de una mujer de la vida galante.

-Ya lo creo que sí. -contestó entre risas- Pero son mejores los videos lésbicos.

-Vaya, chica enferma, viendo mujeres sexys teniendo sexo en páginas porno.

-Mira quién habla, la señorita "Amo ver a hombre besándose y fornicando" -replicó. Podía sentir su sonrisa socarrona desde aquí.

-Bueno, pero yo soy la chica de sensual misterio, ¿lo olvidas? Mi mente puede ser tan enferma como quiera.

-Claro, claro. Tienes voz de... ¿Laura?

-¿De verdad? -pregunto con voz y cara de póquer- ¿Jugaremos a adivinar mi nombre? ¿No te conformas con saber mi voz? Esto va muy rápido, mi corazón no está preparado para dar un paso adelante.

De nuevo, estalló a carcajadas. Yo reí un poco, claro que mis propios chistes no tienen la misma gracia cuando yo misma los cuento, pero ¿qué puedo decir? Soy la diosa de la diversión.

-Cold, Cold, Cold... Es algo extraño decirlo y no escribirlo -comenta ella, reflexionando un poco acerca de mi nombre.

Cold Coffe. Usuaria de Facebook. Una Fake. Con desamor en el corazón. Amargada. ¿Qué más se puede pedir?

Cold Coffee; CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora