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Camila.


Después de estar todo un día entero incomunicada, decido encender mi teléfono. Tenía tarea pendiente de las vacaciones y quería terminarla  rápido para tener más tiempo libre con Lauren. Y al encender mi celular me encontré un mensaje de ella. No dudé ni un segundo en responderle.

Camila Cabello: Quiero salir hoy, VAMOS A SALIR HOY. O PREFIERES SOLO CHATEAR???

Espero un momento a que conteste, pero no está activa en este momento, muy raro de ella, ya que suele estar pegada al ordenador todo el tiempo, así que bloqueo mi celular y bajo las escaleras, dirigiéndome a la cocina para desayunar algo.

Hay una nota de mi madre, la reconozco por su bonita letra cursiva, diciendo que tuvo que trabajar desde temprano y que había dejado panqueques fríos en el microondas. Suelto un suspiro y estrujo la nota, para después tirarla al bote de basura.

Mi celular vibra dentro del bolsillo de mi pijama, y asumo que es Lauren, porque es la única que me habla últimamente. Sonrío ante la idea y desbloqueo mi teléfono.

Cold Coffee: Sería bueno, ¿qué tienes en mente, príncipe azul?

Antes de contestarle, enciendo el microondas a tres minutos para calentar los panqueques. Y decido no escribirle, después de todo, ya había confianza entre nosotras.

Le envío una nota de voz.

—No lo sé, desperté y me pregunté: ¿Por qué no invitar a mi queridísima amiga Lauren a mí casa? ¿Qué te parece? Puedo pasar por ti. Caminando, claro. No tengo auto. —envío entre risas, esperando a que lo vea.

El microondas se apaga a los tres minutos. Lo abro y el aroma a panqueques calientes se impregna  por toda la cocina, haciendo despertar aún más mi apetito.

La ojiverde lo ve, y se tarda un rato en responder. Yo, mientras, trato de sacar los panqueques sin quemarme y trasladarlos a un plato limpio.

Cold Coffee: JAJAJAJAJAJA ¿Quieres que también te mande notas de voz?

Camila Cabello: POR FAVOR.

Al poner los panqueques en el plato limpio, los llené de jarabe de chocolate y miel de maple, junto con algunas chispas de colores. Qué cerda soy. Me senté en el desayunador, tomé un tenedor y comencé a comer; el tenedor con la mano derecha y el celular en la izquierda.

—Eso sería muy emocionante, espero que al salir de tu casa esté completamente casta. — dice, y suelta una risita a través del teléfono. Debo admitirlo, eso me mató de ternura. Sonrío como tonta y trato de mantener la compostura para poder contestarle con otra nota de voz sin parecer una completa loca.

—Lo estarás, no soy ninguna depravada o algo por el estilo. —contesto entre risas. Mis panqueques vuelven a estar fríos, pero no importa, aun así saben bien— TENGO UNA IDEA. —se me ocurre agregar de repente, y afortunadamente aún seguía grabando.

Cold Coffee: JAJAJAJAJA QUÉ IDEA.

—Voy a ir a tu casa en este instante para llevarte a la mía. ¿Estás en pijama? Espero que sí, son las ocho y media. Yo estoy en pijama e iré a tu casa así. Será como… ¡Una pijamada de día!

Cold Coffee: MEMUERO JAJAJAJAJA ¿EN SERIO? AKI T EZPERO BVE.

Camila Cabello: Hablo en serio.

Camila Cabello: Dame diez minutos.

Bloqueo mi celular de nuevo y acabo con mis panqueques de una mordida, llenándome la boca. Reitero, qué cerda. Me sirvo un vaso de leche, la tomo toda antes de dirigirme hacia afuera, no sin antes tomar las llaves de mi casa y meterlas al bolsillo de mi short de pijama.

Cold Coffee; CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora