Caleb pierce es el chico más guapo que se haya visto. Él está en el ejercito y es comandante, por azares del destino lo emboscan matando a sus amigos y dejándolo a él con graves heridas en todo su cuerpo donde pronto se vera con cicatrices por todos...
Eres tan hipnotizante, tus ojos azules lo son. Tu sonrisa ilumina la habitación, puedes detener el mundo entero si quisieras, o al menos detienes el mio. comienzo a quererte Azul y no lo puedo negar. Sin pensarlo y sin buscarlo te encontré y no quiero dejarte ir. Llegaste como un angel a salvarme cuando yo estaba mal, no se en que momento robaste mis pensamientos y mi corazón ahora solo se que te necesito Mi Angel Azul...
— Ve con ella Caleb, deja de ser un loco acosador y acércate — habló tía Amy sacándome de mis pensamientos. Me sentí un poco avergonzado, no se ni por cuanto tiempo estuve aquí viéndola sentada en la fuente donde la vi por primera vez.
— intenta con un hola siempre funciona — continuó. Eran las 10 de la mañana y teníamos nuestro descanso, había sido una mañana agitada con nuevos libros entrando no había tenido la oportunidad de saludarla después de lo de ayer. O tal vez soy muy cobarde y e estado evitándola. — llévale estos cafés, y ¡habla con ella por amor de Dios! — me entrego una bolsista y me dio un pequeño empujón — Vamos sobrino tu puedes acércate ¡eres el mejor! — más falso eso ultimo no pudo ser.
Camine hacia ella y mis piernas temblaban como gelatina, no se cuando me volví tan tímido pero odio esta faceta de mí. Moje mis labios y me obligué a calmar mis ansias.
— Comenzaba a creer que no querías hablarme — saludo Azul sonriendo como siempre.
" si supieras que tengo miedo de perderte mi angel Azul, pero ni si quiera te tengo"
— Siempre me ha impresionado tu poder para sentir a las personas — contesté tomando asiento junto a ella. Se veía hermosa simplemente hermosa porque así era ella sin llamar la atención. — Te traje un café — continué colocandolo en sus manos tan suaves y tersas.
— ¡Adoro el café! Me encanta el olor por las mañanas es una adicción — sonrió tomando un sorbo de su vaso. Ella simplemente alegra mi vida con sus ocurrencias y su forma de ser. — ¡Oficialmente eres mi héroe!... este café esta delicioso — Sonreí por el bigote de espuma de café que se había dejado.
— ¿De que te ríes?— pregunto frunciendo el ceño fingiendo un puchero. — Tienes un bigote déjame quitarlo — contesté aun riendo. Era mi venganza por las veces que ella se burlo.
Tomé una servilleta y mientras me acervaba sentí su perfume a jazmines que siempre usaba, era realmente embriagador. Me quede allí unos segundos disfrutando de esos pocos centímetros que me alejaban de sus labios, respirando el mismo aliento que ella soltaba. Limpie el resto de espuma y sentí su cuerpo tensarse. Mi garganta estaba seca y mi corazón latía frenético, mis labios estaba deseos por juntarse con los suyos. La idea de besarla invadió mi mente dejando atrás cualquier otro pensamiento. No volveré a perder otra oportunidad.
Me acerqué más.
— ¡Niños! — ¡Carajo! primero me da aliento y luego me interrumpe. Comienzo a irritarme con tía Amy. — ¡oh! lo siento... no quería interrumpir — nos vio a los dos desviando su mirada entre Azul y yo — es que no podía dejar de contarles — parece que no capto mi mirada asesina ya que tomo asiento junto a nosotros. — Me llamaron de la editorial y ya tengo fecha para publicar mi libro... Tendremos una gran fiesta y tienen que ayudarme es en unas semanas — Nos abrazo a ambos destilando felicidad.
Quiero a tía Amy juro que si, pero hoy realmente ¡quiero matarla!
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