Me he dado cuenta de que si quiero encontrarme con palabras bonitas, tengo que dejar de encerrarlas en mi memoria (por ende, olvido).
Que es como guardarte la semilla y preguntar por la flor.
Como tener una idea y no llevarla a cabo.
Como querer esperanza y no agarrarte al clavo solo porque está ardiendo, cuando sabes que estás congelándote y necesitas ese calor.
Pues eso, que hay personas que con palabras te regalan flores, ideas y hasta esperanza. Y sabiendo que, si no las cuidas, las flores se marchitan, las ideas se olvidan y la esperanza se agota, sería pecado de mal gusto no plasmarlo en un texto, un cuadro, una canción, o lo que sea que despierte en ti.
