;; 🎀 tres 🎀 ;;

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- ¡Hunter! –gritó mamá, al ver cómo él estaba persiguiendo a James por toda la casa. No lo culpaba, James tenía su figura de acción.

- James. –dije, mirando al niñato. Él suspiró y me entregó la figura, que le devolví a Hunter. – A ti no te gusta que tomen tus peluches, así que no hagas eso con Hunter. –él suspiró y comenzó a juguetear con sus manos.

Mamá me miró sonriendo y luego besó mi frente para meterse en la cocina. Papá la siguió, con su teléfono en la mano.

El timbre sonó unos minutos después y cuándo estaba dispuesta a levantarme del sofá para abrir James se adelantó. Seguramente había visto quién era por la ventana porque normalmente ni siquiera volteaba a ver la puerta.

- ¡Springtrap! –sonreí al escuchar su nombre, volteando para encontrar al pelimostaza cargando a mi hermano menor y hablando con él.

- Hola muchacho. –chocaron sus manos y Hunter hizo un puchero al verlos.

- Ve. –dije, señalando a ambos con la cabeza. Él sonrió y saltó del sofá para correr hacia el ojigris.

Yo me levanté lentamente, caminando igual de lento y esperando que no utilizara esa palabra para dirigirse a mi persona.

- Hola enana. –y... mis esperanzas murieron tan rápido cómo el pez de Hunter. El pobre Oro duró tan solo diez minutos luego de venir de la tienda y debimos tirarlo por el retrete.

- Hola Spring. –dije entre dientes y él rió. Inclinándose para darme un beso en la frente cómo si fuera mí hermano mayor. Amaba que hiciera eso y nunca me cansaría de eso.

Mis padres salieron de la cocina también para saludarlo. Springtrap pasaba mucho tiempo en mi casa, principalmente porque desde pequeños somos mejores amigos.

Me abrazó por los hombros y volvió a besar mi cabeza, ahora, mi sien. Sonreí y me acurruqué.

Si bien odiaba que se burlara por mi baja estatura, me encantaba que él fuera tan alto, podía envolver casi todo mi cuerpo con sus brazos y era un buen escondite si jugábamos a las escondidas junto a mis hermanos.

Porque sí, había usado a Springtrap de poste para esconderme detrás de su cuerpo.

Mis hermanos se sentaron frente al pelimostaza y comenzaron a hablarle de –cosas que no me interesan – autos y figuras de acción al chico, pero él parecía bastante interesado en esa charla sin sentido.

Tiene diecisiete, niños.

Mis padres terminaron la cena rápidamente y comimos entre risas y chillidos por parte de mis hermanos.

- Nos vemos, Enana. –rodé los ojos cuándo el me llamó así.

- Adiós, poste. –dije divertida y él me besó la cabeza para luego colocarse la capucha y voltear, para irse caminando.

Enana {Springtrap y tú}Where stories live. Discover now