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Sonreí.

- Hola Fox. –levanté la cabeza y él estaba sonriéndome. Tanto él como Springtrap eran muy buenos amigos míos. Pero el pelimostaza era mucho más cariñoso conmigo y yo con él.

- ¿Cómo vas con Golden? –pregunté entre risas. Él rodó los ojos. –

- No preguntes. –reí y él me acompañó en las risas unos segundos después.

Debió irse porque tenía ensayo con su banda.

- ¡Hola ___! –me saludó Freddy, le sonreí. Fred estaba a su lado y trataba de arrastrarle más lejos. Pero al verme me guiñó un ojo y se acercó. El oji-azul rodó los ojos y continuó caminando.

- ¿Qué hay, linda? –preguntó con una expresión "sexy". Y reí.

- Hola Fred. –le di un beso en la mejilla y él de inmediato se sonrojó a lo que reí. Coquetea mucho pero se sonroja por poco.

- N-nos vemos. –dijo tras algunos balbuceos y corrió hacia dónde Freddy estaba, abrazándolo por los hombros.

Escuché un gruñido detrás de mí y me volteé. Springtrap tenía los puños apretados.

- ¿Por qué hiciste eso? –acaba de hacer un puchero, practíquenme RCP porque eso me acaba de dar un ataque cardíaco.

Es. Demasiado. Tierno.

- Enana~... -alargó y luego soltó otro bufido. Sonreí algo embobada y lo tomé de la capucha de su sudadera, para tirar de él más cerca de mí y darle un beso en cada mejilla. – Así mejor. –sonrió y me dio un abrazo. Mi baja estatura sólo me permitía abrazarlo por la cintura, y por el cuello si me ponía de puntitas.

- Eres tierno estando celoso. –dije al separarnos. Él se quitó la sudadera y negó con la cabeza.

- No soy tierno y tampoco estaba celoso. –me tendió su sudadera, pasé mis brazos por las mangas y él rió, me llegaba a las rodillas y las mangas ni siquiera rozaban mis dedos.

- Si lo estabas. –dije, al mismo tiempo que sentía cómo él me colocaba la capucha, evitando que pudiera ver cualquier cosa puesto que también me quedaba grande.

- Yo solamente estaba reclamando mis cosas. –respondió y me atrajo a su cuerpo.

- ¿Así que ahora además de ser una cosa soy tuya? –puse mis manos en sus hombros. Él sonrió.

- Eres mi enana. –se inclinó para besarme la frente y solté unas risitas inevitablemente y dejando que me rodeara con sus brazos. Enterré mi nariz en su pecho al mismo tiempo que me dejaba llevar por el olor de su sudadera. No, no olía a sudor o tomates, olía a Springtrap. 


Enana {Springtrap y tú}Where stories live. Discover now