Seis.

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Maratón 1/3.

Kasey cierra con dificultad la puerta detrás de él y sube con mucho cuidado las escaleras cargando a Liam en brazos. Le habían dado un sedante al castaño para ayudarle a pasar el celo, e inmediatamente se sumergió en un profundo sueño. 

Colocó a su pequeño hermano sobre su cómoda cama en cuánto cruzó la habitación, habiéndolo arropado dejó un besito sobre su frente y se sentó al borde, mirándolo con preocupación. 

Recordó la vez que fueron con un médico y le expresaron su preocupación por el ya gran retraso del celo del menor. El especialista que estaba tratándolo les explicó a ambos que éste llegaría cuándo un alfa logre hacerlo sentir alguna emoción, lo que significaba que su pequeño Liam estaba enamorado, y esperaba que no fuera del moreno que lo tenía en brazos cuándo llegó al instituto. 

Había pedido al director el expediente del chico el día anterior, luego del alboroto que se causó con los otros idiotas. No encontró nada bueno en los papeles al momento de leer y lo último que quería era ese tipo rodeando al omega, estaba agradecido con el chico por defenderlo del grupo de idiotas, pero no quería ver a su hermanito ilusionado por el alfa y que después terminara con el corazón roto.

Suspirando, se levantó de la cama y recogió los tenis de Liam, los arrumbó por ahí y salió. Aún era medio día y tenía que preparar algo de comer para Liam, el sedante le abriría el apetito y cereales no serían suficientes. Luego tendría que regresar al trabajo, admitía que fué demasiado impulsivo salir sin decir una palabra, dejando todo atrás, pero en ese entonces estaba tan asustado de que algo grave le hubiera pasado a su hermanito.

Cuatro días después.. 

Liam parpadeó sin entender bien a qué iba su hermano, lo había sentado en una de las sillas altas de la isla de la cocina y le tendió un vaso con chocolate. Su hermano parecía debatirse en su mente, Kay tenía la cabeza gacha y las manos enterradas en el cabello. El menor deslizó su mano hasta tomar el codo del alfa y sonreírle cuando éste le miro.

—Todavía eres un bebé— le dijo Kasey, tristeza chispeó en su lengua haciendo a Liam sonrojarse.

Negó ante las palabras de su hermano, cumplió diecisiete hace unos meses, por lo que se consideraba un chico grande. Kay lo trataba, y le gustaba ser tratado dulcemente, aparte de ser omega, su hermano lo mantenía en algodónes que Liam disfrutaba mucho.

—¿Sabes lo que te sucedió éstos días?— como esperaba, Liam negó luciendo confundido. —Empezaremos desde el principio.

Liam empujó el popote naranja en sus  labios y absorbió el chocolate, mirando como su hermano balbuceaba sin sentido.

—Tu tuviste tu primer celo— Kasey trago difícilmente saliva, no era fácil hablar de la vida sexual que despertó en su pequeño hermano, quien la ingenuidad y la inocencia brotaba como aura a su alrededor.

El omega inclinó la cabeza hacia un lado, había escuchado la palabra celo, pero no sabia exactamente qué era, pero seguro que Kay le diría.

—El celo es cuando tus sentidos despiertan de otra manera, tu omega interior empieza a sentirse solo y... necesita cariños especiales— Kay no parece convencido con su explicación, pero Liam es inteligente así que no se preocupa por entrar en detalles.

—De hoy en adelante tu cuerpo cambiará, tanto física y mental— su hermanito le mira un poco confuso, no entiende a qué va todo. —Seguirás siendo el dulce Liam, eso no cambiará. Solo unas cosillas que todos empezarán a notar.

Liam sonríe un poco, hacerse notar entre los demás le llama la atención, tal vez tendría unos amigos gracias a eso, o tal vez el alfa de piel morena le mire como él le mira todos los días.

—No te confíes, Liam, los alfas pueden ser engañosos y sólo quieren hacerte daño, usándote como objeto para su bienestar.— Kay dice automáticamente con un Zayn en la mente, destruyendo las ilusiones del castaño.—Debes ser aún más inteligente, cariño. Conocer las verdaderas intenciones de los que te rodean, alfas u omegas sin excepción, antes de mantener relación alguna con ellos. No quiero—suspira bajando la cabeza y la apoya entre sus manos. Liam estira un brazo y le acaricia con ternura las oscuras hebras.—Sabes que si por mí fuera, te mantendría en una caja de cristal, alejado del mundo para que nadie pueda lastimarte. —Su voz salió estrangulada. Liam sonrió, sabía que su hermano sería capaz de mantenerlo bajo llave sólo para alejarlo de lo que sea -o quien sea- que el mayor considerara una amenaza para el pequeño. El alfa lo miró debajo de sus delgadas pestañas, pavor brillando en ambos fanales.—Lamentablemente, no puedo hacerlo. Por eso necesito que te cuides mientras yo no estoy presente. No quiero decir que no tengas amigos, ahora más que nunca necesitas a alguien de confianza a tu lado. Sólo ten cuidado, pimpollo.

Liam asiente con la cabeza efusivamente. Aún no comprende del todo lo que su hermano quiso decirle, pero pocas eran las veces que lo había visto tan alterado que las palabras no llegaran a él, así que sea lo que haya tratado de decir Kay, le hará caso porque sabe que es sólo por su bienestar. Andará con cuidado -aún más cuidado- ahora que vuelva a sus actividades diarias.

No recuerda mucho de los pasados días, lo último que viene a su memoria es estar sentado en el regazo del atractivo alfa mientras disfrutaba de su desayuno y las suaves caricias en su nuca que ásperos dedos le ofrecían. Sus mejillas se colorean ante el recuerdo, y Kasey lo mira aún preocupado. Se le han hecho agua los ojos ante el pensamiento de su Li en brazos de un completo desconocido, pero al ver el potente brillo que el par de orbes miel poseen, se da cuenta que ahora es demasiado tarde para evitar que algo suceda, lo único que haría a su hermano retroceder sería obtener un corazón roto y, por el bien del famoso alfa, espera que no llegue a suceder.

Ahora sólo quedaba esperar a que Liam hiciera el resto, y luego él podría ponerle una buena advertencia de cómo cuidar de su pequeño bebé.





Lo prometido es deduda. Yo sé que nos aman.

Sigan dejando sus bonitos comentarios.

Todo el amor para ustedes. -J&T.

La calma del alfa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora