Veintiuno.

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Liam derramó dosis de aroma por cada paso que daba, chillando y riendo por el beso que Zayn le dió. Su primer beso, robado y poseído por el chico que su alma había reclamado como el alfa de su vida. Quien será quien cuide de él en lo más bajo de la relación y quien lo mime en el punto más encima de aquel amor que late en ambos corazones.

Kay solo podía ver el encanto de su pequeño hermano, enamorado por el moreno de tatuajes y aspecto de solo solitario, aunque eso es verdad, conocía a Zayn cuando aún seguía en el instituto, no había día que lo mirase de reojo caminar con olas que determinan alejamiento hacia él.

—Tu cereal se convertirá en masa si no lo comes ahora— le dijo en momento que Liam sólo batía la cuchara en círculos dentro del tazón.

—Uhm— un quejido salió de su garganta, saliendo del sueño y dejó de rozar los dedos en sus labios, que no había dejado de tocar desde que Zayn se fué en la tarde.

—Dije que tu cereal se hará masa si....— el omega se levantó y salió de la cocina, arrastrando los pies y con una sonrisa tonta en el rostro, aún hechizado por el contacto del alfa.

Subió las escaleras y se adentró a su habitación, rápidamente se quitó los pantalones y se colocó un short pequeño deportivo, cambiando el suéter por una playera enorme.

Quedó unos minutos embobado en la ventana, suspirando por el contacto de Zayn en sus labios, no pudiendo creer que el alfa haya tomando la iniciativa de besarlo y Liam no puede esperar a mañana a que el alfa lo vuelva a hacer. Decidido a meterse en la cama antes de que su hermano lo pillara despierto a causa del moreno.

Saltó dentro de las sábanas y rodó, cuando estuvo cómodo y listo para cerrar los ojos, recordó algo. Sin dudarlo, alzó la cabeza y miró la grabadora encima de su escritorio, no podía dormir sin haber grabado aquel día tan especial. Así que, se levantó y tomó el aparato, volvió a la cama y cuando encontró de nuevo la posición, pulsó play con su dedito y una exhalación salió por sus labios ya no vírgenes.

— Kasey me presentó a su omega hoy —su voz salió en un murmullo bajo, pensando en lo ocurrido más temprano: cómo el chico sonrió cuándo su hermano lo presentó, y las horas que pasó hablando con él luego de que el moreno se hubiera marchado—, es muy lindo, y cuándo él está Kay parece relajarse y sonreír mucho más. Estoy muy feliz por él, necesitaba a alguien como Brandon. Me sentía triste cuando me iba y lo dejaba solito; ahora sé que en ese tiempo va a estar con él.

Liam sonrió, permaneciendo unos segundos en silencio cuando un recuerdo volvió a su mente. Cerró los ojos, disfrutando el cosquilleo que todavía era capaz de sentir en sus rosados labios.

—Y Zayn me besó —soltando una encantadora risita, parpadeó lentamente varias veces, sintiendo el suave roce de sus largas pestañas en sus pómulos —, no fué uno como el que Hazzie y Luu se dan siempre, pero me hizo muy feliz porque los besos son sólo para las personas que quieres, y Zaynie me quiere. —Un bostezo salió de sus labios involuntariamente, detuvo la cinta y volvió a colocarla en la mesita de noche que tenía a su lado. Sintiendo sus párpados más pesados con el paso de los segundos, se acurrucó aún más entre las cálidas sábanas, dejándose llevar finalmente por la inconsciencia.

...

Era sábado por la mañana, normalmente Liam estaría revoloteando a su alrededor con un plato lleno de cereales, con un bonito pijama de cuerpo entero de Sulivan, el monstruo principal de una película para niños. Pero hoy no era el caso, su hermano se encontraba aún envuelto en las sábanas, suspirando de vez en cuando y sonriendo entre sueños, mientras él se encontraba en la cocina, bebiendo café con la no grata compañía de cierto alfa moreno.

La calma del alfa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora