SAUDOM

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El corazón le latía tan fuerte que temía que este la delatara. De un momento a otro, el comedor se llenó de susurros y todas las miradas se clavaron en Lara, hasta el director la miraba con cierto interés. Alex tratando de pasar inadvertido, se apresuró de salir del comedor antes que el instructor, sin siquiera echarle una mirada a Lara.

Lara se armó de valor y se puso de pie. Levantó la cabeza bien alto y salió del comedor junto al instructor sin mirar a nadie.

Vin era el más corpulento de todos los instructores, tenía los brazos gigantes. Llevaba la cabeza rapada y tenía las facciones hoscas.

Afuera estaba Alex apoyado en una pared con los brazos cruzados. Su boca era una fina línea, y no levantó la cabeza cuando salieron a su encuentro.

-Vamos a los jardines – propuso Alex, pero parecía más una orden que una idea.

-Aquí las reglas las pongo yo – espetó Vin desconcertado.

Alex levantó la cabeza y lo miró sin comprender. Hizo una mueca amarga.

- Bueno – dijo apretando los dientes - ¿A dónde vamos señor instructor?

Lara sentía que podía pescar un par de tijeras y cortar la tensión que había en el aire.

-Vamos a los jardines – repuso Vin y Alex puso los ojos en blanco.

Bajaron las escaleras que daban a la primera planta, y Lara estaba tan absorta en sus pensamientos que no se fijó en los elaborados tapices. Llegaron a las enormes puertas de vidrio que daban al jardín y en seguida sintió la calidez del sol sobre la piel. El jardín era inmenso, era un extenso terreno de césped que parecía cortado con tijeras. Era muy colorido. Lara sintió una punzada de dolor al recordar el jardín de Killian. Había banquitos de piedra repartidos entre los árboles para que les diera sombra. A lo lejos se veía el bosque, imponente y silencioso.

Se encaminaron a unas mesitas que estaban junto a una pequeña laguna llena de patos. Lara observó cómo nadaban y agitaban sus alas. Amaba a los animales. Se volvió y sus se encontraron con los de Alex. Lara apartó rápidamente la mirada y tomó asiento junto a Vin. Alex tomó asiento al frente del Vin.

-Bien, como sabrán – comenzó Vin – mi nombre es Vin Morton, tengo 29 años, y seré su instructor de combate durante todo el año.

- ¡¿De combate?! – protestó Lara atragantándose con su propia saliva.

- ¿Qué esperabas? – dijo Alex entornando los ojos - ¿Clases particulares de matemática?

- Sí – confirmó Vin lanzándole una mirada asesina a Alex - ¿No te han explicado nada?

Lara negó con la cabeza y sentía que un sudor frío le recorría la espalda. Vin asintió soltando un suspiro.

-Te lo explicaré todo enseguida, pero primero necesito sus nombres y edades.

Alex miró a Lara esperando a que hablara primero.

-Lara Green, quince años.

Vin escrutó el rostro de Lara, pero no dijo nada, y se dispuso a anotar su datos en un cuaderno, para luego mirar a Alex.

- Alex Hunter, dieciséis años.

- ¿Un Hunter? ¿Cómo Michael Hunter? – preguntó Vin pasmado.

- Sí, ¿Algún problema?

- No – repuso, pero se le ensombreció el rostro. Anotó los datos de Alex en el cuaderno.

Alex tenía el rostro completamente inexpresivo, pero Lara observó que bajo la mesa apretaba los puños tan fuerte que se le empezaban a poner morados.

Lara GreenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora